Cristhiam Lagos busca un trabajo ‘en lo que sea’
Goleador narra sus congojas en Turrialba por falta de salario: volvería a bananeras
Cristhiam Lagos afronta una dura realidad. El delantero que milita en Turrialba, de la Liga de Ascenso, contó las penurias que vive, las cuales se agravaron por la crisis económica generada por el nuevo coronavirus.
El atacante reveló que por la situación financiera de Turrialba, no recibe salarios completos desde la última quincena de enero y sus esperanzas de que le paguen lo adeudado se esfuman por la parálisis del fútbol nacional.
La situación de Lagos es tan complicada que el mismo ariete ya le comunicó a su esposa, Jessica, que está en busca de trabajo para no poner en peligro el sustento de su hogar, compuesto por su compañera de vida y sus dos hijos.
“Ni yo ni mi esposa estamos trabajando, porque ella trabaja en una academia y, desde hace rato, también la mandaron para la casa.
”Le voy a decir algo: mi situación es muy similar a la del resto de mis compañeros de equipo. Yo lo último que recibí fue el 15 de marzo y fue un abono, no fue completo. Desde entonces, no he recibido plata; esto es difícil, pero vamos día a día, agarrados de la mano de Dios”, confesó.
Lagos dijo que ya se contactó con empresas en las que podría trabajar. Lo único que pide, aseguró, es tener el dinero para llevar comida a la casa.
Peón bananero. En sus inicios, cuando era jugador amateur, el goleador trabajó como peón en una bananera.
“Uno, sinceramente, lo que quiere es traer el sustento a la casa. Yo soy humilde y sé trabajar en bananeras y sé que en este momento continúan trabajando, por lo que yo tengo claro de dónde salí y, si debo volver, pues lo hago. Yo trabajaré en lo que sea para llevar sustento a mi casa”, explicó.
El exfutbolista de Saprissa,
Alajuelense y Herediano contó que su esposa tiene un pequeño salón de belleza, pero está sin clientela, además de que impartía clases de estética en una academia; pero fue enviada a casa por la situación, lo que implicó la suspensión de su pago.
La familia de Lagos ha apostado por los ahorros para mantenerse; no obstante el jugador afirma que el “colchón” ya se terminó.
“Más bien, mi esposa estaba mandando un correo y yo le dije a ella que yo pensaba en ella y mis hijos, esto está feo. Vea que mis ahorros se terminaron. Mi esposa, de un poco de materiales que tenía, se puso a hacer alcohol en gel, pero ya ni eso se está vendiendo, porque los primeros días la gente le compraba, pero luego ya no”, ralató.
En Turrialba, la situación era complicada desde antes de esta pandemia, pero al menos se les daba lo necesario para alimentarse quincena a quincena.
“Nosotros veníamos con atrasos de salario, pero ellos, con las taquillas, nos iban dando abonos, porque es así. Sinceramente, esta situación ha sido muy compleja, pero con esto de la pandemia se puso peor. Todo esto nos está golpeando en muchos aspectos”, profundizó.
Christiam cuenta con responsabilidades como el alquiler de la casa donde vive y los gastos habituales del hogar, situación que lo agobia.
“Yo tengo dos hijos, estos días han sido muy difíciles. Yo pago alquiler, las responsabilidades personales, además luz, agua... Es muy difícil. Yo ya estoy buscando otro trabajo, porque sinceramente la cosa es bien ruda y no se sabe hasta cuándo se estará así. Yo he tocado puertas y estoy esperando”, finalizó.
De mecánico. Un compañero de Lagos, el jugador Kevin Pereira, es otro ejemplo de lo difícil que está la situación en las tierras azucareras.
Cuando el equipo suspendió los entrenamientos, el jugador se dedicó, junto a su abuelo, a arreglar carros. “Desde que se canceló el torneo, yo estoy trabajando con mi abuelo en un taller mecánico. Tengo un hijo y no puedo dejarlo sin sustento. Nosotros no hemos tenido comunicación con el club para nada y no sabemos qué va a pasar”, dijo.
En Turrialba se organizó una campaña por Facebook para recoger víveres para los jugadores, en la que se pide una bolsa de arroz o una contribución económica.