Iglesia en problemas para pagar a curas y ayudantes
Las medidas sanitarias para frenar la propagación del nuevo coronavirus también impactan las finanzas de las parroquias de Costa Rica.
Como ha ocurrido en centenares de empresas, también en algunas parroquias se aplicaron recortes de jornada laboral de sacerdotes y colaboradores, en el intento de hacerle frente a la importante caída de ingresos.
El cierre de los templos y la suspensión de las misas con presencia de personas suspendió la entrega de ofrendas por parte de los fieles católicos.
De esos dineros salía el estipendio de los sacerdotes, así como el pago para los colaboradores y demás gastos operativos de las parroquias.
El sacerdote Mauricio Granados, vocero de la Conferencia Episcopal, reconoció que “muchas parroquias” enfrentan problemas de liquidez ante la ausencia de ofrendas.
“La situación de la gran mayoría de las parroquias es difícil, pues el medio de financiamiento es mayormente por las ofrendas, son pocas las parroquias que tienen otra fuente de ingresos.”, afirmó el cura.
Según el vocero de la máxima autoridad católica en el país, cada obispo se encarga de girar directrices a las parroquias de sus diócesis.
“Es en este orden de ideas que no se descarta acogerse a la reforma del Código de Trabajo, que recientemente se aprobó en la Asamblea Legislativa,
que posibilita la reducción de las jornadas laborales, o bien, la suspensión temporal de los contratos individuales de los trabajadores, pero será cada obispo en su diócesis el que instruirá a las parroquias en el camino a tomar”, dijo el religioso.
Monseñor José Rafael Quirós, arzobispo de San José, emitió una circular a todos los párrocos el pasado martes, para que se acojan a la reducción de jornada.
Dicha indicación afecta por igual a sacerdotes y empleados de las parroquias, según afirmó el periodista de la arquidiócesis de San José, Jason Granados.
El salario de los sacerdotes, llamado subsidio, es de ¢300.000 mensuales en la arquidiócesis. Sin embargo, ese monto puede variar en cada diócesis.
“Obviamente esto afecta un montón la economía de todos los servicios que se brindan. En el caso de la arquidiócesis de San José, lo que se ha hecho es acogerse al decreto presidencial que permite bajar las cargas laborales y reducir los salarios, para que la gente del todo no pierda su trabajo, porque la realidad es muy dura para todas las parroquias”, afirmó Granados.
Colectas virtuales. Algunas iglesias que celebran misas virtuales piden a sus fieles dar ofrendas a través de medios electrónicos.
Ese es el caso de la parroquia de Mercedes Norte de Heredia, que a través de sus redes sociales publicó sus cuentas bancarias para recibir la colecta virtual.
“Tenemos que mantener el pago de la luz, el teléfono, el agua, los trabajadores, las cargas sociales, las pólizas, entonces, nuestra única entrada son las colectas, quienes voluntariamente quieren darla como lo hacen domingo a domingo. No estamos exigiendo a nadie que dé ni un cinco, así que Dios les bendiga a todos los que están colaborando como verdaderos cristianos”, dijo el padre Walter Marchena, al término de la transmisión de la eucaristía, este domingo.
El párroco también se refirió a unas pocas críticas que han recibido en las redes sociales por esa iniciativa.
“Como siempre habrá algunas personas cabezas calientes y enemigas de la Iglesia, o quizás que ni a la Iglesia vienen, para manifestar su malestar porque estamos pidiendo para el sostenimiento, pero todos tenemos que ayudarnos unos a otros”, afirmó.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica señaló que para enfrentar esta contingencia financiera, no pedirán ayuda económica del Gobierno.
“No se tiene previsto pedir ninguna ayuda al Gobierno de la República ni en el estrado de la Conferencia Episcopal, ni en cada uno de los obispos en forma individual”, subrayó el sacerdote Mauricio Granados.
Debido a la emergencia nacional por el nuevo coronavirus covid-19, la autoridad eclesiástica también suspendió las procesiones y actos religiosos de Semana Santa, a celebrarse del 5 al 12 de abril.