Hospitales de la Caja tienen 227 camas de cuidado intensivo para contagiados graves
Los principales hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) disponen de 227 camas en sus unidades de cuidado intensivo (UCI), las cuales podrían ser utilizadas para enfermos graves con covid-19.
De esa cifra, 147 (casi un 65%) serían utilizadas en una primera fase de atención.
Esas UCI están ubicadas, principalmente, en los centros médicos del área metropolitana, como el México (con 51 camas de este tipo), el San Juan de Dios (52) y el Calderón Guardia (28).
Las cifras incluyen las camas disponibles en la Unidad de Cuidado Intensivo Quirúrgico, Medicina y Neurocirugía, informó Daniel Quesada, director del Centro de Atención de Emergencias y Desastres de la CCSS.
Sin embargo, también hospitales fuera de San José tienen estos servicios especializados en la atención de los pacientes más complejos.
El presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya, informó este 27 de marzo de que los siguientes centros tienen UCI: el Hospital San Rafael de Alajuela, seis camas; el Tony Facio, en Limón, cinco; el Escalante Pradilla, en Pérez Zeledón, cuatro camas.
En el San Vicente de Paúl, en Heredia, se dispone de ocho camas de ese tipo; el Max Peralta, de Cartago, 24; el Hospital San Carlos tiene cuatro; el Monseñor Sanabria, en Puntarenas, seis; el Enrique Baltodano, en Liberia, otras seis, y el Hospital La Anexión, en Nicoya, tres.
El total de espacios disponibles en UCI no se usaría exclusivamente en pacientes infectados con el nuevo coronavirus, pues debe haber disponibilidad para el ingreso de personas que presentan otras afecciones.
Alto costo. En Costa Rica, a este martes, ocho personas cotagiadas estaban en cuidado intensivo. El costo por día por persona en un servicio de estos ronda los ¢1,5 millones, y entre esos ocho hay personas que llevan tres semanas luchando por su vida ahí.
La pandemia por el nuevo coronavirus ha causado que decenas de hospitales en todo el mundo se conviertan en enormes unidades de cuidado intensivo, debido al incremento de enfermos complicados que desarrollan neumonía bilateral debido a la infección.
Estas personas requieren estar conectadas permanentemente a un respirador. El incremento exponencial de los casos en poco tiempo ha obligado a países como España o Italia a tomar decisiones de guerra: escoger a quién le ponen el respirador.
Costa Rica, aclaró Quesada, se está preparando para que esto no suceda. Sin embargo, advirtió que el hecho de que esas escenas no ocurran aquí depende, en gran medida, de cuánto acaten las personas las medidas ordenadas por el Ministerio
de Salud para cortar las cadenas de transmisión y evitar el crecimiento exponencial de casos en poco tiempo.
Opciones. Las UCI, añadió Quesada, tienen todos los recursos tecnológicos y el personal entrenado para tratar a pacientes muy complejos.
También están las unidades de cuidado intermedio, que tienen un nivel menor de complejidad, porque ahí se ven pacientes menos críticos, quienes igual necesitan vigilancia y monitoreo.
A inicios de marzo, las autoridades de la Caja informaron de que tienen 5.400 camas en sus 29 hospitales, y que destinarían un 30% (unas 1.600) para los casos más graves y los de menor complejidad.
Actualmente, la tasa de ataque del virus en el país (porcentaje de personas de una población expuestas a enfermar) es de 1,7%.
“Si se mantiene así, nos da capacidad de responder a la demanda. Pero si sobrepasa el 3% o si llega a un 2,5% de forma abrupta, nos satura los servicios”, dijo Quesada con base en estimaciones realizadas por la Caja.
El especialista informó de que muchas de las camas se han desocupado en estos días; entre otras razones, porque se suspendieron operaciones programadas y también se ha reportado una baja en los accidentes de tránsito, por las restricciones para la circulación ante la emergencia nacional.
Las acciones van encaminadas a prevenir esos escenarios, pero si sucede y se sobrepasa la capacidad instalada, el plan B es reconvertir las camas de cuidado intermedio en intensivo, y recurrir a las 88 instaladas en el centro abierto en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare).