Vuelo desde China traerá 55 toneladas de insumos de protección
Un cargamento de 55 toneladas de batas descartables, mascarillas, lentes de seguridad, cubrebotas y guantes, llegará a Costa Rica procedentes desde China en los próximos días.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) informó de que el vuelo chárter saldría de Los Ángeles, Estados Unidos, hacia China, el 15 de abril.
Luis Fernando Porras, gerente de Logística de la Caja, estima que el costo del traslado de la carga será de $1,1 millones, informó en un comunicado.
Según explicó el gerente, este es un mecanismo común que se utiliza para el transporte de mercadería y se convierte en una opción, ya que permite hacer una ruta directa de China a Los Ángeles, y de aquella ciudad a Costa Rica.
“El objetivo es traer los insumos donados por el Gobierno de China, que serán llevados al puerto de Shanghái, lo cual tiene un costo cero para la CCSS puesto en este lugar”, informó Porras en el comunicado de prensa.
El vuelo del carguero aéreo, al ser directo, elimina el riesgo de que la mercadería sea incautada por algún país.
Ruta. El chárter saldrá con la carga desde el puerto de Shanghái y hará una ruta directa hasta Los Ángeles, Estados Unidos; ahí esperará otro avión carguero, al que se trasladará la mercadería en lo que se denomina “carga cola a cola”, que tendrá como destino directo Costa Rica.
Según dijo, se analiza sincronizar la entrega de la donación con la de otros proveedores de ese país, a los cuales ya se les remitieron órdenes de compra.
“Buscamos coordinar la entrega de los insumos en el mismo tiempo y lugar, y que los proveedores asuman un pago parcial del costo del chárter”, detalló Porras.
De ser posible, ello ahorraría costos de transporte a la institución.
Según la CCSS, la donación del Gobierno de China incluye respiradores N-95, mascarillas quirúrgicas, guantes y batas descartables, con un valor de mercado de $830.000.
Otra compra. La CCSS, por su parte, gestiona otra compra de superior a los $3,7 millones: $1,1 millones para respiradores N-95 y $2,5 millones en lentes de seguridad.
El gerente de Logística explicó que, de concretarse la coordinación, el material equivalente a los 600 metros cúbicos que se traería por chárter incluirá parte de la donación y parte de los insumos comprados. Eso permitirá, a su vez, reducir costos de transporte del vuelo, porque los proveedores asumirían un pago parcial de ese costo.
La otra parte de la mercadería (donada y comprada) llegaría vía marítima en 22 días.
Porras no descarta utilizar de nuevo en el futuro el transporte de carga aérea.
Hasta este 7 de abril, Costa
Rica registraba 483 enfermos contagiados y dos fallecimientos.
Es un fenómeno bastante nuevo respecto a lo que se conoce hasta ahora sobre el nuevo coronavirus. De hecho, fue hasta hace un par de semanas que comenzaba a discutirse a nivel internacional. Hablamos del hecho de que personas que habían sido infectadas con este virus experimentaban como primero (o único) síntoma la disminución o pérdida de su sentido del olfato y variaciones en el sentido del gusto.
A esto se le conoce como hiponosmia (sentido del olfato reducido) o anosmia (pérdida total de la capacidad para oler) y disgeusia (alteraciones en el sentido del gusto).
“El 20% de casos (con la enfermedad covid-19) no cursan con síntomas respiratorios; de ellos, de un 30% a un 60% sí registran pérdida o disminución del olfato o del gusto”, precisó Daniel Salas, ministro de Salud, en conferencia de prensa, la tarde del viernes pasado.
Salas añadió que a estas personas sí se les recomienda utilizar mascarillas, especialmente cuando están en la casa, para evitar que infecten a aquellos con quienes conviven.
Por esta razón, el jueves anterior se actualizaron los protocolos de definición de caso sospechoso. De acuerdo con esos ajustes, se les debe realizar la prueba a personas con pérdida de olfato, porque aunque se sientan bien, sí podrían transmitir la enfermedad.
A nivel internacional, un pronunciamiento de la Asociación Británica de Otorrinolaringología recalcó que personas con esas condiciones pueden representar entre el 10% y el 15% del total de pacientes con covid-19.
El fenómeno también se ve en el sentido del gusto, porque este se halla muy ligado al olfato.
La razón de por qué se producen estos síntomas particulares, es compleja y depende de varios factores, como los componentes de las células de la nariz, sus proteínas, la forma del virus y la manera en que funciona el sentido del olfato.
La Nación revisó literatura científica sobre dicha característica de la enfermedad. Es poca la información disponible por tratarse de un virus muy nuevo, que apenas comienza a estudiarse.
Por ende, los análisis son aún preliminares y no han sido revisados por pares.
La revisión por pares es una parte vital del método científico. Consiste en que un estudio es sometido a un grupo de expertos en la materia para que estos garanticen su veracidad, confiabilidad, integridad y consistencia.
El papel clave de la nariz. La comprensión de por qué este órgano es tan importante en la acción del virus obliga a repasar cómo ingresa el patógeno al cuerpo.
Una persona con el virus tose o estornuda y expulsa pequeñas gotas de saliva que pueden transportarse hasta metro y medio, y caer en los ojos, nariz o piel de una persona sana, que será infectarla.
También puede suceder que una persona con el virus estornude o tosa y que esas gotas de saliva caigan sobre superficies, que luego toca alguien sano. Esta persona se contagiará al llevarse las manos a ojos, nariz o boca. Esto, porque el virus ingresa al organismo por las mucosas de estas partes de la cara.
Tan pronto el virus entra por la nariz, se multiplican las velocidades del patógeno, el cual también pudo haber ingresado por mucosas de ojos o boca.
La forma del virus, sus proteínas, y las proteínas de una parte específica de las células de nuestro cuerpo son cruciales para que este “inquilino indeseable” se abra paso.
“Si vemos una imagen de este nuevo coronavirus, notaremos que tiene ‘picos’ (los que le dan el nombre de coronavirus), esos son como una llave, pero esta llave necesita encontrar cuál candado (es decir, cuál proteína celular) en nuestro cuerpo tiene una boca de cerradura que pueda abrirse con esa llave”, explicó el biotecnólogo y especialista en genética Osvaldo Vega.
Ese “candado” ya está identificado y es el mismo que tuvo el virus del SARS, un coronavirus “hermano” de este, que causó una epidemia de males respiratorios en Asia en los años 2002 y 2003. Se trata de un receptor (proteína) llamado ACE2.
Pero eso no es suficiente. Si bien el ACE2 es la puerta de entrada a la membrana celu
lar, por ahí pasaría solamente el 10% del virus.
Se requiere de otra proteína clave que le “corte” la corona al virus para que este pueda ingresar a la célula libremente. Esta proteína se llama TMPRSS2. En otras palabras, se necesita de dos factores: ACE2 y TMPRSS2. Y resulta que tanto el receptor ACE2 como la proteína TMPRSS2 están presentes en la nariz del ser humano.
Sistema olfativo. Una investigación preliminar (aún no revisada por pares) desarrollada por el Departamento de Neurobiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Massachusetts, Estados Unidos) y el Instituto de Ciencias Animales Waltham (Reino Unido) revisó la acción del virus en células de ratones y de seres humanos.
Es necesario saber que la nariz tiene dos sistemas o endotelios: el respiratorio y el olfativo. Para efectos de comprender la acción del nuevo coronavirus, interesa el endotelio olfativo (EO).
En el EO hay varias células. Las que están directamente relacionadas con el virus se llaman neuronas sensoriales olfativas, pero también hay otras que lo apoyan y se llaman sustentaculares. Las neuronas olfativas se regeneran constantemente y, para ello hay una reserva de células madre que dan origen a estas neuronas.
Las neuronas sensoriales olfativas no expresan ni el receptor ACE2 ni la proteína TMPRSS2, pero los otros dos tipos de células sí.
De acuerdo con la literatura, habría entonces dos hipótesis. La primera es que, una vez que el virus ingresa a las células sustentaculares o las células madre, las inflama y esto reduce las posibilidades de las neuronas sensoriales olfativas de trabajar bien.
La segunda plantea que el virus ataca las células madre que están listas para dar origen a nuevas neuronas olfativas y las mata.
Entonces cuando las neuronas olfativas que están en funcionamiento terminan su vida útil y necesitan ser relevadas, no hay relevos. La consecuencia es que se pierde el sentido del olfato.
Los autores aseguran que ambas posibilidades son, hasta ahora, hipótesis.
No tan inusual. No es la primera vez que un virus de carácter respiratorio causa distorsiones en los sentidos.
Según el pronunciamiento de la Asociación Británica de Otorrinolaringología, el 40% de los casos de anosmia en adultos son efecto de la acción de un virus respiratorio.
No obstante, en otros virus, la hiponosmia o la anosmia se dan después de la infección y no como síntoma inicial.
Especialistas británicos afirman que esto, más bien, arroja una luz.
“Si hay adultos con anosmia pero ningún otro síntoma, y se les pide aislarse y no salir del todo, es posible que podamos reducir el número de personas aparentemente asintomáticas que sí podrían contagiar a los demás”, subraya el pronunciamiento.