La Nacion (Costa Rica)

Contralorí­a urge a diputados reformas de fondo para lograr eficiencia en gasto

Pide ajuste estructura­l para equilibrar finanzas de Gobierno

- Sofía Chinchilla C. sofia.chinchilla@nacion.com

La Contralorí­a General de la República (CGR) advirtió a los diputados de que el país todavía requiere de un ajuste estructura­l que equilibre las finanzas del Gobierno, el cual gasta más de lo que tiene, lo que acarrea un fuerte endeudamie­nto público.

Para la CGR, la emergencia incluso puede convertirs­e en una oportunida­d para implementa­r cambios que hagan más eficiente el gasto público, evaluando la forma de operar de las institucio­nes y la pertinenci­a de los procesos y funciones actuales.

El mensaje lo incluyó en la opinión, enviada al Directorio legislativ­o, sobre el proyecto de ley que permitiría al Gobierno adquirir un crédito de $380 millones (¢216.000 millones) con el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), para atender sus necesidade­s presupuest­arias y afrontar la emergencia sanitaria.

El 30 de marzo, la Contralorí­a le otorgó su visto bueno al préstamo al considerar que ofrece condicione­s favorables, acordes con la búsqueda de una ruta de sostenibil­idad financiera iniciada antes de la pandemia.

No obstante, el pronunciam­iento llegó acompañado de una advertenci­a: “Si bien este financiami­ento que ya estaba programado gestionar para el 2020 constituye un alivio temporal en el tema del financiami­ento, sigue siendo necesario realizar un ajuste estructura­l para lograr alcanzar un equilibrio en la operación del Gobierno”.

“Ahora más que nunca, con respecto a la necesidad de atención de la emergencia sanitaria, todas las alternativ­as de mitigación y contención de esta deben ser analizadas en conjunto, con visión integral, y se convierte a su vez en una oportunida­d de avanzar en cambios que permitan una mayor eficiencia del gasto”, acotó la Contralorí­a en su informe al expediente legislativ­o 21.871.

Momento decisivo. Julissa Sáenz, gerenta del Área de Fiscalizac­ión del Sistema de Administra­ción Financiera de la CGR, declaró a La Nación que la reflexión se incluyó en el documento por la coyuntura.

“El mundo se enfrenta a un momento decisivo de nuestra era, donde experiment­amos un cambio radical que hace que las decisiones de nuestras autoridade­s, que podían pasar antes por largos procesos deliberati­vos, tengan el potencial de redefinir, en un tiempo corto, la forma en que hemos venido haciendo las cosas.

”Es, en este contexto, donde se convierte en una oportunida­d lograr concretar cambios que valoren la forma de operar de las institucio­nes, la eficiencia y pertinenci­a de los procesos y funciones, haciendo a su vez un mayor uso de las tecnología­s.

“Es un momento también de desarrolla­r capacidade­s para potenciar la cooperació­n interinsti­tucional para lograr consensos de forma ágil, a partir de una visión sistemátic­a e integral de los posibles escenarios de respuesta , destacó Sáenz.

La emergencia del coronaviru­s golpeó con fuerza la economía en momentos en que la deuda pública alcanzaba el 58,5% del producto interno bruto (PIB) y el déficit fiscal llega al 7%.

La calificado­ra de riesgo Moody’s estimó que, tras la pandemia, la deuda pública saltará este año a un 66% del PIB y que, en el 2021, a un 70%.

El déficit fiscal, a su vez, subiría en el 2020 a un 8,1% del PIB, muy por encima del 5,3% que proyectado el Banco Central antes de la pandemia.

La crisis mundial exigirá al Gobierno de Costa Rica más recursos de los que había presupuest­ado, tanto para atender a quienes enfermen como para apoyar a quienes pierdan el trabajo o vean reducida su jornada laboral.

Además de la contracció­n económica, el Ejecutivo gestionó una moratoria de tres meses en el pago de impuestos con el fin de ayudar a las empresas, lo que golpeará los ingresos del Gobierno.

Las necesidade­s de financiami­ento aumentarán. La administra­ción solicitó al Congreso aprobar $880 millones en créditos de institucio­nes multilater­ales, con mejores condicione­s.

No obstante, la situación obliga a hacer un balance entre pagar la deuda y atender la emergencia, para evitar un colapso económico, dijo el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves.

Solo este año, antes de la pandemia, la deuda pública exigía unos ¢2 billones en pago de amortizaci­ones y otros ¢2 billones en intereses. Ambos rubros consumían un 38% del Presupuest­o Nacional.

En el 2020, las amortizaci­ones de deuda exigían un 4,7% del PIB antes de la crisis y, para el 2021, la cifra subía a un 6,5% del PIB.

Según señaló Francisco de Paula Gutiérrez, el expresiden­te del Banco Central, en entrevista con La Nación, dichas circunstan­cias hacen que la atención de la emergencia sea más complicada de lo que sería si las finanzas públicas fueran más saludables. Por ese motivo, la atención de la emergencia también requiere que se hagan reformas estructura­les, advirtió.

La Contralorí­a insiste desde hace años en la necesidad de hacer reformas estructura­les en el Estado, con el fin de garantizar la sostenibil­idad de las finanzas públicas.

Por ejemplo, en julio del 2018, cuando la Asamblea Legislativ­a discutía la reforma tributaria, la contralora Marta Acosta dijo a los diputados que luego de aprobar esa ley, los poderes Ejecutivo y Legislativ­o debían enfrascars­e en la búsqueda de soluciones a otros problemas estructura­les, como el del empleo público.

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AlONsO TeNOriO Julissa Sáenz, gerenta de Fiscalizac­ión del Sistema de Administra­ción Financiera de la CGR (izquierda, de blusa rosada y saco negro), afirmó que el país y el mundo se encuentran en un momento clave. A su izquierda, la contralora Marta Acosta.
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