Esposa le enseñó a Junior Díaz cómo ser más veloz
››Defensa le pidió ayuda para su preparación rumbo a Brasil 2014
Si se retrocede unos 20 años, el nombre de Gabriela Patterson daba de qué hablar en el atletismo. Era una joya que volaba en la pista y marcaba diferencia en Juegos Nacionales, Juegos Estudiantiles y categoría mayor.
También es la mujer que en diciembre del 2008, se convirtió en la esposa de Junior Díaz y, según cuenta el defensor de Alajuelense, ella tiene una influencia directa en su carrera futbolística y en que hoy, a los 36 años, él sea uno de los hombres más regulares en el equipo a cargo de Andrés Carevic.
Aquella jovencita veloz rompía récords con frecuencia y lograba la clasificación para representar al país en selecciones nacionales.
Por ejemplo, el 12 de octubre del 2002 ganó los 200 metros del Campeonato Centroamericano de Atletismo con un tiempo de 25:42. De acuerdo con una publicación de su entrenador ,Sergio Molina, en esa misma temporada, ella cronometró 24:39 en los 200 metros del Iberoamericano en Guatemala.
El técnico reseñó que ella se retiró muy joven y “tenía un futuro enorme en el proceso hacia el alto rendimiento”. Además, lamentó que, en su criterio, “nunca ha existido en Costa Rica una verdadera estructura deportiva para cobijar a los talentos deportivos hacia instancias de rendimientos superiores”.
La vida deportiva de Patterson fue tema de conversación entre Francisco Paco Cortez (técnico del Alto Rendimiento y a la U-12 de la Liga) y Díaz, en una charla en Instagram, donde el formador mexicano asume el rol de entrevistador.
En vista de que varios jugadores de las ligas menores de Alajuelense estaban conectados a la transmisión, Cortez le consultó al exmundialista de Brasil 2014 cómo debe ser la pareja de un futbolista, ya que varios de esos talentos del semillero manudo tienen novia.
“Es una parte muy importante para todos, el poder tener a una persona a la par que se preocupe por su bienestar, por ser una compañía, que te dé buenos consejos para cumplir los sueños de llegar a ser jugador profesional. Tiene que entender que es una vida diferente, no es la vida de andar en fiestas, de andar tarde por la calle, de exhibirme”, dijo.
Y agregó el espigado defensa: “La prioridad es cuidarse para poder llegar a ser jugador profesional y si esa persona quiere estar con usted y lo valora, es porque quiere ese crecimiento honesto, no de interés, porque hay que decirlo así, ahora muchas personas se acercan solo por interés”.
Indicó que puede hablar del tema con propiedad por experiencia personal.
“Eso a mí me ha ayudado mucho, porque mi esposa fue atleta, campeona centroamericana, participó en un Mundial Juvenil de Atletismo en 100 metros y rompió récords, todavía tiene el récord nacional en el país y ella comprende muchas cosas de lo que yo he vivido durante mi carrera”.
Díaz relató que ella es una de las claves para que, a sus 36 años, aún rinda en la cancha.
“Cuando llego a la casa, me tiene una comida adecuada, sabe qué me tiene que dar para alimentarme bien, también me ayuda en la parte del ejercicio porque es entrenadora personal; sabe que tengo que cuidarme, que tengo que descansar y, de vez en cuando, me da algunos consejos”.
Tras esas palabras, el defensor se acordó de una anécdota que quiso compartir.
“Para el Mundial (Brasil 2014) fue curioso, lo voy a contar como anécdota, porque yo decía que quería mejorar la técnica de carrera, que quería llegar lo más rápido posible al Mundial, en la mejor forma física y, entonces, yo dije que la mejor persona a la que le podía preguntar era a ella, a mi esposa”.
Ella le enseñó ejercicios de técnica de carrera.
“Yo los hacía en la casa, los hacía con ella y yo siento que, al final, me ayudó un poco, porque pude hacer un buen Mundial y la verdad no me vi tan lento (ríe…). Esa parte es fundamental en el crecimiento de uno como profesional”, añadió.
Inicios. Al ser hijo de Enrique Díaz, Junior traía la pasión por el fútbol desde el nacimiento y, para él, no había un mejor regalo de Navidad que un balón.
“Crecí en barrio, en la calle jugando con mis amigos, con compañeros de colegio, siempre tuve esa pasión y, si se desarrolla el talento, se pueden hacer grandes cosas en el fútbol”.
Lo suyo era defender, pero aquel 7 de setiembre del 2003, cuando debutó en la Primera División, Carlos Watson ordenó su ingreso a la cancha en un momento de apremio, en Guanacaste, a casi 40 grados de temperatura y, entre risas, cuenta que lo mandó a la guerra como delantero.
“Ese momento nunca se me va a olvidar”, señaló, para agregar que otra experiencia inolvidable fue cuando sus compañeros lo felicitaban tras una práctica y él no sabía qué pasaba, hasta que le comunicaron que, por primera vez, había sido convocado a la Selección Mayor.
“
PARA EL MUNDIAL FUE CURIOSO, LO VOY A CONTAR COMO ANÉCDOTA, PORQUE YO DECÍA QUE QUERÍA MEJORAR LA TÉCNICA DE CARRERA, QUE QUERÍA LLEGAR LO MÁS RÁPIDO POSIBLE AL MUNDIAL, EN LA MEJOR FORMA FÍSICA Y ENTONCES YO DIJE QUE LA MEJOR PERSONA A LA QUE LE PODÍA PREGUNTAR ERA A ELLA, A MI ESPOSA”.
Junior Díaz
Capitán de la Liga