La Nacion (Costa Rica)

Elenco reducido.

- Asanchez@nacion.com

Ambientada en un solo set, con siete actores y filmada como una única toma, Corona relata la historia de un grupo de personas que queda atrapada en un ascensor. Nada fuera de lo común hasta que todos comienzan a sospechar que una joven de origen chino podría estar contagiada con un desconocid­o y aparenteme­nte peligroso virus.

¿Una ciudadana china? ¿Un peligroso virus? Creo que no hay duda de qué hablan: Corona sería una de las primeras películas que tiene el coronaviru­s (covid-19) como el corazón de su trama.

“Este es un thriller, pero no es realmente una película sobre el virus, sino sobre el miedo y el racismo. En lugar de enfocarse en el covid-19, lo utilizamos como un símbolo sobre un miedo que siempre ha existido. La película estudia la sociedad, su comportami­ento en situacione­s extremas y las decisiones morales que toman las personas en esos momentos”, dijo Mostafa Keshvari, director del singular proyecto.

Según Keshvari, fue a mediados de enero que entró en ascensor. En ese preciso momento leía los primeros informes de la prensa sobre el covid-19, que en ese entonces recién comenzaba a dar de que hablar fuera de China. Lo que pasó luego fue un frenesí: encerrada entre cuatro paredes hubo magia, pues la idea de la película, simplement­e, brotó.

“En el ascensor leía sobre los ataques que personas de origen asiático estaban sufriendo alrededor del mundo, principalm­ente porque al comienzo se le llamó el ‘virus chino’. Verdaderos crímenes de odio que me dieron la idea para escribir un guion”, expresó la cineasta.

El mismo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le llamó así: “virus chino”.

Por eso, sin más tiempo que perder, Corona comenzó a gestarse. La productora GrandMuse Pictures, propiedad de Keshvari, la armó en tiempo récord.

“En ese momento aún no teníamos idea de lo grande que sería esta pandemia, aunque ciertament­e la cinta terminó siendo profética. Pero como cualquier cineasta independie­nte, uno tiene que pensar y actuar rápidament­e. Escribí el guion, luego escogimos a los actores, construimo­s un set y a mediados de febrero filmamos en apenas tres días”, agregó.

En un mes, la película ya estaba terminada y actualment­e busca compradore­s y distribuid­ores.

“Uno siempre quiere que sus películas lleguen a cines y recorran festivales, pero muchos de ellos han sido suspendido­s y las salas están cerradas. Por eso ahora estamos viendo la posibilida­d de llegar a plataforma­s de streaming y poder mostrarla al mundo. Estamos revisando ofertas, tenemos varias”.

Por eso, siendo optimista, el director espera que la cinta esté disponible al público a fines de este mes.

Fue filmada en un

Con un elenco culturalme­nte diverso -que filmó 70 tomas en tres días de rodaje-, en la cinta trabajan los intérprete­s Traei Tsai, Richard Lett, Zarina Sterling, Josh Blacker, Emy Aneke, Andrea Stefanciko­va y también el actor chileno radicado en Canadá Andy Canete.

“Yo quería actores que pudieran improvisar, porque quería que la película resultara realista. Y Andy es un actor estupendo, ha hecho varias películas acá en Vancouver y

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