Dinero público
Para no enredarnos con problemas de huecos fiscales, como el gobierno anterior, y con el gasto que ha sido necesario para defendernos de la pandemia, gastos muy informados, muy justificados y transparentes, hay que leer a Guiselly Mora, en su artículo “Apología de la malicia matemática”, donde habla de la importancia (y ahora más que nunca) de fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas. La mayoría de los costarricenses entendemos y deseamos que no vayan a meternos gato por liebre. En lo referente a gastos injustificados, no vaya ser que nos confundamos y durante el “ilusionismo” la gente ni cuenta se dé de lo que pasó.
Doña Guiselly nos alerta de reformas necesariamente creadas en este momento, pero que son puertas que deben ser transparentes y rigurosas para que no queden peligrosos portillos o hendijas para el abuso porque, aprovechándose del disfraz de la buena intención, podrían colarse gastos que no corresponden. Un ejemplo que menciona: los diputados no sabían que una parte del dinero que se procura de forma expedita para atender la emergencia sanitaria tendrá como destino el pago de salarios públicos y transferencias ordinarias a las instituciones.
Recuerdo el refrán: en río revuelto, ganancia de pescadores. No debemos permitir que se aprovechen de las necesidades y situaciones de emergencia, y nos quieran confundir aprovechándose del gran esfuerzo y la buena voluntad de nuestra identidad costarricense. Por eso, ruego a los legisladores y a los involucrados en los planes de emergencia estar alertas y, como menciona doña Guiselly, hacer las matemáticas.
Yo agrego: asesórense con los mejores auditores, a sabiendas de que el gobierno no está en Jauja. Hoy, es cuando deben ser más cuidadosos con los recursos disponibles y optimizarlos para ayudar a quienes verdaderamente lo necesitan.
Liana Garnier san José