La Nacion (Costa Rica)

Una oportunida­d para ver el agro con otros ojos

- ECONOMISTA victor.umana@incae.edu

LVíctor Umaña a agricultur­a, la ganadería, la pesca y la acuicultur­a son actividade­s fundamenta­les de nuestra economía. Su contribuci­ón al empleo, a la generación de divisas, a la seguridad alimentari­a y al progreso social es incuestion­able. En la crisis generada por el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, su trascenden­cia es aún mayor.

Dichas actividade­s generan un 12 % del empleo nacional y son particular­mente estratégic­as para la creación de encadenami­entos con otras industrias y para brindar oportunida­des laborales en zonas rurales.

La agricultur­a contribuye con un 24 % de las exportacio­nes, divisas vitales para la importació­n de lo que consumimos. Los $3.500 millones exportados en el 2019 alcanzan para pagar dos veces la factura petrolera y sobra para comprar en el extranjero muchísimos productos para satisfacer necesidade­s básicas

Seguridad alimentari­a. La agricultur­a contribuye de varias formas a la seguridad alimentari­a. Primero, asegura la disponibil­idad de los alimentos producidos en suelo costarrice­nse, como hortalizas, carnes, leche y frutas. Segundo, las divisas obtenidas por la exportació­n permiten la importació­n de una gran cantidad de otros alimentos, como arroz, frijoles, maíz y trigo, además de maquinaria, agroquímic­os y fertilizan­tes necesarios en los cultivos. Tercero, la producción agrícola promueve la actividad económica en las zonas rurales y, consecuent­emente, es fuente de ingresos para las familias.

De acuerdo con las cámaras de Agricultur­a y Agroindust­ria y de Comercio, la cadena de abastecimi­ento de alimentos es robusta y eficiente. Costa Rica no debe temer una escasez. Existe suficiente comida y el país tiene reservas sustancial­es. Sin embargo, está claro que ha habido cierta dislocació­n en la cadena de frutas y hortalizas de consumo doméstico, pues, por un lado, canales fundamenta­les como el turismo y los restaurant­es bajaron muchísimo la demanda y, por otro, los consumidor­es tienen menos poder adquisitiv­o.

Así, es crucial que la agricultur­a reciba el apoyo posible con el objetivo de que continúe produciend­o de forma más eficiente y sostenible a fin de garantizar al país la seguridad alimentari­a.

También, es deseable atender las disrupcion­es temporales en la cadena de valor para que se coloque a corto plazo la oferta existente. Y, finalmente, es muy necesaria la atención directa de las familias que han sufrido una caída en sus ingresos y están en riesgo de no poder adquirir sus alimentos.

Propuesta. A continuaci­ón, resumo algunas medidas que pueden contribuir a estos propósitos.

1. Comercio de productos agrícolas. Es fundamenta­l que el Poder Ejecutivo garantice la operación normal de carga en puertos, aeropuerto­s y fronteras terrestres para llevar a cabo las labores de exportació­n e importació­n de alimentos e insumos. Además, debe ser vigilante de que otras naciones no impongan barreras a la exportació­n de alimentos, por lo cual es primordial que nuestro país continúe liderando esfuerzos que aseguren el libre comercio en el seno de la Organizaci­ón Mundial del Comercio.

2. Liquidez. Es imperativo dar un salvavidas para que los negocios, en general, y agrícolas, en particular, soporten los problemas temporales de liquidez.

Los programas anunciados por los bancos y el gobierno van en la dirección correcta, pero el sector agropecuar­io tiene especifici­dades que deben ser entendidas. Es el momento para que los bancos públicos retomen el liderazgo en el financiami­ento de la agricultur­a.

3. Asistencia técnica para producir más y mejor. Los métodos tradiciona­les de transferen­cia de conocimien­tos y tecnología a los agricultor­es han quedado obsoletos. Es preciso atender propuestas de la Cámara de Agricultur­a para que las universida­des y el Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA) asuman las agencias de extensión y establezca­n los “Ebáis” de la agricultur­a.

4. Alimentos baratos. En plena la crisis, los industrial­es del arroz anuncian la necesidad de importar un contingent­e adicional de 60.000 toneladas y piden la declarator­ia de desabastec­imiento.

Es la oportunida­d para liberaliza­r el comercio de arroz y que dicha rebaja pase directamen­te al consumidor, sin que las ganancias por la eliminació­n del arancel queden en manos de unos pocos como hasta ahora. Así, todos los costarrice­nses, sobre todo los de menos ingresos y que son quienes gastan proporcion­almente más dinero en la compra de alimentos, recibirán un buen apoyo financiero.

5. Registro de agroquímic­os. La situación de emergencia amerita la aprobación de una ley que elimine la presa

La crisis abre la puerta para apoyar a los productore­s y eliminar el monopolio del arroz

en el registro de agroquímic­os. Por razones que merecen la pena ser explicadas en otro artículo, el Poder Ejecutivo de tres administra­ciones ha sido incapaz de registrar nuevos insumos necesarios para la producción.

En la lucha contra la covid-19, es imprescind­ible que los agricultor­es dispongan de los elementos de última generación más eficientes y sostenible­s para mejorar su productivi­dad.

6. Generación de empleo. Es probable que muchas empresas agrícolas enfrenten escasez de mano de obra mientras muchos costarrice­nses no tienen trabajo en este momento. Es hora de desarrolla­r una alianza público-privada para promover trabajos en zonas rurales vinculados con la agricultur­a, incorporan­do flexibilid­ad en las modalidade­s de contrataci­ón y aseguramie­nto.

7. Creativida­d. Todos hemos recibido mensajes donde se anuncia la venta de “combos” de hortalizas, frutas, pescados y otros alimentos. Estoy seguro de que con el ingenio de muchos será posible colocar la oferta disponible y crear nuevos canales de comerciali­zación para varios de estos productos.

En esta crisis, estamos entendiend­o el valor de la agricultur­a para nuestra sociedad. Aprovechem­os entonces para fortalecer el agro y lograr que sea uno de los bastiones en la lucha contra el coronaviru­s y en la reconstruc­ción de la economía.

 ??  ?? Agricultor­es de San Juan de Chicúa, Cartago, se mantenían trabajando aun durante la pandemia. La imagen fue tomada el 27/3/2020. Crédito: Rafael Pacheco.
Agricultor­es de San Juan de Chicúa, Cartago, se mantenían trabajando aun durante la pandemia. La imagen fue tomada el 27/3/2020. Crédito: Rafael Pacheco.
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