¿A quién le importa el fútbol?
La Tribuna
Algunas personas se mostraron indignadas cuando Canal 7 envió una consulta sobre el fútbol nacional para que la respondiera el ministro de Salud, Daniel Salas.
En lo personal y como periodista, no veo nada malo en esa pregunta que no solo resultaba interesante para los futbolistas, que son trabajadores, como usted, o como yo.
También es información importante para los entrenadores, árbitros y miles de seguidores de este deporte que a diario exteriorizan en redes sociales lo mucho que extrañan ir al estadio.
De inmediato se dispararon las opiniones, a favor y en contra. Leí un tuit de una muchacha: “¿A quién le importa el fútbol? A nadie”.
Precisamente porque estamos en una emergencia provocada por el covid-19, creo que el fútbol nacional le interesa a más personas de las que muchos imaginan.
La salud es lo primero, por supuesto; pero si el fútbol no es de su agrado, probablemente usted pensará que se limita al pitazo inicial. La realidad es que el partido se juega desde antes, fuera de la cancha y que continúa después, involucrando a muchas personas que dependen de él.
Hoy se ven disminuidos los ingresos de quienes se ganan la vida en un estadio vendiendo hamburguesas, gaseosas, palomitas, pastelillos, tacos, empanadas, mangos, chifrijo, perros calientes, maní, carnitas, cantonés, vigorón, pizza, dedos de pollo, salchipapas, gallos de carne, choripanes y el infaltable patí.
Con ellos van ligados a quienes les hacían los encargos masivos de alimentos, como carniceros, pulperos, o el chino de la esquina.
También hay menos ganancias para quienes antes se iban a hacer compras para ver partidos en grupos de amigos, preparando carne asada, un ceviche, o algo para picar.
A la lista de personas relacionadas al fútbol y golpeadas por los efectos del nuevo coronavirus se unen quienes recibían una paga por trabajar en boleterías, cuidando carros, parqueos, comerciantes de banderas, sombreros, gorros o llaveros.
Y sume a los periodistas, fotógrafos, camarógrafos, técnicos y asistentes que han visto la reducción de su salario, se les suspendió el contrato o los despidieron.
Limpieza, seguridad y puedo seguir. El fútbol es una industria poderosa, de la que dependen miles de familias.