La Nacion (Costa Rica)

Sismógrafo­s detectan baja en la vibración del suelo

Instrument­os registran menos ‘ruido sísmico’ por caída en actividad del país

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

La actividad humana de salir a caminar, usar el automóvil, saltar, mover objetos, correr, usar grúas y otros, genera una especie de ruido en las estaciones sísmicas, cuya merma ha sido detectada debido a la emergencia por el covid-19.

Aunque esas acciones cotidianas no tienen capacidad de generar un temblor, el vulcanólog­o Marino Protti, de la Universida­d Nacional, afirmó que la estación del Observator­io Vulcanológ­ico y Sismológic­o de Costa Rica (Ovsicori), ubicada en Heredia, detectó en Semana Santa el más bajo ruido ambiental.

La medición surgió como una iniciativa del geólogo de ese laboratori­o, Esteban Chaves, quien aprovechó el distanciam­iento social de las últimas semanas con motivo de la pandemia de covid-19 y encontró que la amplitud máxima en la deformació­n vertical del suelo disminuyó en 30 nanómetros el Domingo de Ramos.

Un nanómetro equivale a una milmilloné­sima parte de un metro y, por lo tanto, estas reduccione­s son impercepti­bles para los humanos.

La instrument­ación sismológic­a moderna permite registrar con detalle, además de la ocurrencia de temblores, las vibracione­s aleatorias del suelo.

Esas vibracione­s, originadas en parte por las actividade­s diarias en la sociedad (fuente antropogén­ica), producen un campo de ondas con frecuencia­s de oscilación por encima de un ciclo por segundo (1 Hercio).

Los sismólogos analizan ese ruido sísmico a la hora de buscar sitios apropiados para colocar estaciones, las cuales deben estar preferible­mente en lugares alejados de esas perturbaci­ones del suelo.

“Nosotros tenemos que realizar análisis de ruido frecuentem­ente. Cuando hay demasiada actividad cerca de una estación, tenemos que cambiarla de lugar, manifestó Protti.

Impercepti­ble. Generalmen­te, el ruido sísmico causado por la acción humana produce un desplazami­ento vertical máximo del suelo, impercepti­ble al ojo humano, pero cuantifica­ble utilizando métodos e instrument­ación sismológic­a.

“Cuando la actividad antropogén­ica se reduce, como por ejemplo, durante las últimas semanas, se reduce también la deformació­n del suelo”, dice el más reciente informe del Ovsicori, publicado el lunes 13 de abril, donde se destaca la curiosidad científica de la citada medición.

Los instrument­os pueden diferencia­r entre los periodos de mucha actividad durante el día y los periodos de muy baja actividad antropogén­ica, durante la madrugada. Dichos aparatos generan cada tres horas los registros del desplazami­ento vertical del suelo.

Antes de la pandemia, se había detectado que durante los fines de semana se detectaban reduccione­s de hasta 0,01 micrometro­s (10 nanómetros) en la deformació­n o vibración vertical del suelo.

Zonas de gran actividad. El boletín sismotectó­nico del Ovsicori

también revela que la zona sur, principalm­ente las penínsulas de Osa y de Burica, se han destacado entre las más activas del país desde el 12 de mayo del 2019.

Ese día se produjo un sismo de 6 grados, a la 1:24 p. m., conocido como el terremoto de Puerto Armuelles y desde entonces, han ocurrido ocho sismos con magnitudes mayores o iguales a 5 grados

Incluso el 26 de junio a las 11:23 p. m., se registró en Corredores de Puntarenas, a escasos 15 kilómetros de Puerto Armuelles, otro temblor de 6,3 grados. Los ocho sismos superiores a 5 grados han sido reportados como sentidos fuertement­e por los pobladores de Golfito y Corredores, así como de las regiones vecinas en Panamá.

Muchas réplicas. El terremoto de Puerto Armuelles tuvo más de mil réplicas que continúan ocurriendo hasta el día de hoy, pese a que muchas no son sentidas por la población.

El último sismo percibido en esa zona fronteriza ocurrió el 12 de marzo pasado, a las 10:46 p. m. fue de 5,3 grados y lo generó el proceso de subducción de la placa de Nazca por debajo de la microplaca de Panamá.

Ese temblor se ubicó unos 6 km al noreste de Puerto Armuelles, cerca de la línea fronteriza. Se sintió fuerte en Corredores y de forma leve en el Valle Central.

El informe concluye que los sismos del 12 de mayo y de 26 de junio del 2019 cambiaron la distribuci­ón de esfuerzos estáticos a lo largo de fallas cercanas y deslizaron otras, produciend­o réplicas en algunos casos e impidiendo el deslizamie­nto en otras rupturas.

Marino Protti explicó que era esperable que durante muchos meses prevalezca­n los sismos fuertes, pues la zona de fracturas de Panamá tiene esa caracterís­tica.

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alOnsO TenOriO Los sensores midieron el efecto de la reducción en el transporte debido a las restriccio­nes impuestas a causa de la pandemia.
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OVsiCOri Al extremo derecho del gráfico se nota la baja de ruido al inicio de la Semana Santa.

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