Ningún odio, solo periodismo
La Nación ya dijo en “No Coma Cuento”: Nunca fui demandado por Herediano, don Isaac Sasso, Jafet Soto, Fuerza Herediana, etc, etc. No existe revancha, odio o algo maquiavélico contra nadie.
El periodista Antonio Alfaro y yo hicimos un trabajo profesional y nada más. Aparte del tema de las relaciones entre Fuerza Griega y gente del Herediano, publicamos en los últimos años varias investigaciones.
Algunas: La sustracción de dineros de la Fedefútbol con cuentas de una sociedad panameña ligada a Jefrey Webb. La piñata del Mundial sub 17 femenino, según el informe de auditoría. Las relaciones impropias entre proveedores y la Fedefutbol. La denuncia de un vendedor de alimentos en el estadio por dineros que aseguró entregaba a Rodolfo Villalobos.
Desde mi columna he tenido una constante actitud crítica y llamado a la trasparencia por lo que fue el proceso electoral de la Fedefútbol, por las responsabilidades no asumidas en relación al Fifagate tico, al nombramiento de Gustavo Matosas, por supuesto, a los irrespetos de Jafet Soto hacia los árbitros, dirigentes y periodistas.
Eso no me convierte en enemigo de Soto, Villalobos, Li, o algún otro personaje del futbol. Mi único “delito periodístico” es que me gusta la transparencia y que estoy preocupado por un deporte que disfruto, pero sin esa pasión enfermiza de quienes creen que el resultado o el negocio lo justifica todo.
Las pruebas de lo publicado están allí. Escrituras, cesiones, contratos, cheques, letras, transferencias. Esa es nuestra única verdad. Lo que dijeron los personajes en cada momento histórico está en blanco y negro y videos. En el caso del Herediano-Grecia, es una colección de contradicciones, justificadas ahora con un simple “no teníamos que decir tal cosa porque son negocios privados”.
Tan sencillo como que el mexicano enseñe las transferencias con que pagó a Jafet. Antes de lo publicado, por supuesto. O los pagos hechos a Paniagua, previo al abandonar Grecia, momento en el cual, ha dicho, ya había vendido sus acciones a José Fernández.
El deber de un periodista es publicar apegado a los hechos, sin importar a quién se beneficia o perjudica. Sería más fácil si en la prensa deportiva fuese un hábito. Cada quien con su conciencia. Nosotros, en paz.