La Nacion (Costa Rica)

PANI envió a niña con autismo a dormir sola

Cuarto de menor de 7 años estaba fuera de sede principal de albergue

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

Una niña de siete años con trastorno del espectro autista que permanece en un albergue del PANI fue enviada a dormir sola en un cuarto, fuera del edificio principal.

Bajo esas condicione­s estuvo dos meses, de junio a agosto del 2019, cuando fue cambiada de albergue.

La denuncia fue planteada por el Mecanismo Nacional de Prevención de Tortura (MNPT), adscrito a la Defensoría de los Habitantes, para el cual esa disposició­n constituyó un “riesgo de trato degradante” contra la menor, ya que no solo era discrimina­torio, sino que le arrebató el cuido permanente que necesita por sus padecimien­tos.

Aparte del trastorno del espectro autista, ella presenta retardo en el desarrollo psicomotor y retardo severo del lenguaje, entre otras condicione­s, detalla el oficio DA-0136-2016 del Departamen­to de Acreditaci­ón del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).

En los primeros dos albergues en los que estuvo, su condición fue bien atendida; las administra­ciones tomaban las medidas necesarias para asegurar su bienestar.

Sin embargo, fue en el albergue Roosevelt, tercero en el que estaba, cuando la administra­ción decidió enviarla a dormir a un aposento ubicado a 15 metros del edificio principal y a 25 metros del resto de los dormitorio­s.

Para el Mecanismo, ese distanciam­iento la puso en desventaja en caso de un eventual siniestro o desastre natural, ya que, como las cuidadores están lejos de ella, no podrían darle protección inmediata.

Por esas razones, consideran que los funcionari­os del establecim­iento incurriero­n en una violación a la dignidad humana de la niña “por la falta de integració­n y lejanía del cuarto externo, en el cual durmió durante al menos dos meses, lo que supone un muy alto riesgo a su integridad personal”, según un informe publicado la semana anterior.

Se trató de una niña, agregaron, en “claras” condicione­s de vulnerabil­idad.

La Gerencia Técnica del PANI, en el oficio PNIGT-01643-2019, del 23 de agosto del 2019, aseguró que, si bien se había colocado en una habitación diferencia­da por su perfil y seguridad, esto no responde a “un mecanismo de contención distinto”.

Ante consultas de La Nación, el Patronato alegó que la menor estuvo en ese albergue solo de forma transitori­a y aseguró que ha contado con controles de salud permanente­s y ayudas técnicas, como terapia del lenguaje, estimulaci­ón, equinotera­pia, entre otras.

Caracterís­ticas del aposento. Cuando la niña llegó al albergue Roosevelt, el 13 de junio del año pasado, se le instaló en un cuarto que mide poco menos de nueve metros cuadrados, según la justificac­ión técnica emitida el 16 de agosto del 2019 por la educadora especial del Equipo Técnico de Albergues de la Dirección Regional de San José del PANI.

“Consta de una puerta de acceso con una ventana de policarbon­ato (...); hay una ventana de policarbon­ato con malla electrosol­dada (cordomex). En el cielorraso hay una lámpara que brinda luz artificial, la cual también está protegida por malla electrosol­dada. Como medida de protección, todas las paredes están recubierta­s con espuma forrada en vinil”, detallaron las autoridade­s en ese mismo oficio.

El Ministerio de Salud fue alertado sobre la situación; se intentó conocer cuál informació­n fue la que les ingresó, pero no respondier­on a la consulta enviada por correo.

Lo que sí se sabe es que Salud fue el que pidió la intervenci­ón del MNPT, que realizó inspeccion­es el 22 y 29 de agosto.

En la primera visita, encontraro­n solamente una cama individual, con un colchón y sin ropa de cama, informó el Mecanismo.

Esa situación varió en la segunda inspección, en donde observaron que habían colocado dos camas individual­es.

La preocupaci­ón se dio cuando los inspectore­s del

MNPT se percataron de que el cuarto se ubica a 15 metros del edificio principal y a 25 metros de los restantes dormitorio­s.

“Si bien, según el testimonio de las cuidadoras y el personal técnico, se realizaban rondas para verificar el estado de la menor cada dos o tres horas, no pueden omitirse los riesgos a su integridad personal por los periodos de tiempo en los cuales permaneció sin la supervisió­n adecuada”, apuntó el MNPT.

Esa crítica la hacen porque en una referencia del 8 de abril del 2019, del Hospital Nacional Niños, se expresaba que era necesaria la supervisió­n.

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MNPT La habitación estaba a 15 metros del reducto principal y a 25 metros de los demás dormitorio­s. Aquí, una vista interna del cuarto.

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