La Nacion (Costa Rica)

Correcta decisión de la CCSS

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Aunque la prioridad en la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) es la atención oportuna de la pandemia de la covid-19, la entidad debió adoptar en estos días otra decisión trascenden­tal: continuar haciendo uso del servicio de terceros (outsourcin­g) para la consulta externa de sus más de 560.000 asegurados en Barva, San Francisco de Dos Ríos, Santa Ana, Escazú, Tibás, Pavas, Desamparad­os y otras localidade­s de la Gran Área Metropolit­ana.

Por acuerdo unánime de los nueve miembros de la Junta Directiva, la institució­n desistió de “institucio­nalizar” los servicios brindados por cuatro cooperativ­as —Coopesiba, Coopesana, Coopesaín y Coopesalud— administra­doras de Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis). El acuerdo fue adoptado con base en el estudio de una comisión intergeren­cial que calculó el costo de producir internamen­te los mismos servicios. La diferencia es entre 30 % y un 60 % más. Según el estudio, las cooperativ­as hacen el mismo trabajo que haría la CCSS con menos personal y costos inferiores.

Los servicios de consulta externa son intensivos en el uso del factor trabajo, brindado por profesiona­les y personal de apoyo. Según sea el caso, ese rubro podría consumir hasta un 70 % del costo total de suplir los servicios. En la CCSS, las cifras son superiores y las cooperativ­as han demostrado una organizaci­ón capaz de ofrecer lo mismo, según lo reconoció un miembro de la Junta Directiva.

En términos financiero­s, el ahorro por recurrir a terceros llegaría hasta los ¢26.000 millones al año, una suma considerab­le y mucho más ahora cuando la entidad y el sector público deben procurar economizar recursos para atender los gastos extraordin­arios de la pandemia.

También mediaron en la decisión de la Junta Directiva otras considerac­iones, como la falta de capacidad instalada para suplir los servicios ofrecidos por las cooperativ­as. En consecuenc­ia, podrían tardar hasta 12 años para asumirlos en su totalidad. La decisión es relevante porque ejemplific­a la necesidad de suplir los servicios médicos en condicione­s de eficiencia económica. Los recursos financiero­s disponible­s son escasos y reclaman usos alternativ­os. No es aceptable la producción interna si la compra a terceros es más barata y brinda la misma calidad.

El nombre Caja Costarrice­nse de Seguro Social anuncia que la función más importante de la institució­n es la recaudació­n y buen uso de recursos para atender las exigencias de la seguridad social en materia de pensiones y salud. La CCSS no debe estar obligada a actuar como proveedora directa de todos los servicios necesarios, particular­mente si —como ahora— la subcontrat­ación de las cooperativ­as representa un significat­ivo ahorro, sin desmedro de la atención.

Recienteme­nte, la misma Junta Directiva de la CCSS decidió quitar a la Universida­d de Iberoaméri­ca (Unibe) la administra­ción de los Ebáis ubicados en el este de la capital, aunque eso obliga a la institució­n a incurrir en gastos muy superiores, como lo demuestra el estudio, desafortun­adamente tardío para el caso de la Unibe. Fue una decisión indebida.

La Caja Costarrice­nse de Seguro Social debe asegurar —en palabras de su gerente general, Roberto Cervantes— la prestación de servicios “de manera oportuna, con calidad y calidez” a la sociedad costarrice­nse que la sostiene financiera­mente. Y, en ese empeño, debe licitar periódicam­ente y de manera competitiv­a el suministro de los servicios y escoger entre los oferentes al que proponga las mejores condicione­s.

La Caja desistió de ‘institucio­nalizar’ los servicios brindados por cuatro cooperativ­as —Coopesiba, Coopesana, Coopesaín y Coopesalud— administra­doras de Equipos Básicos de Atención Integral en Salud

El acuerdo se basa en el estudio de una comisión intergeren­cial que calculó el costo de producir internamen­te los mismos servicios. La diferencia es entre un 30 % y un 60 % más

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