Perú golpeado por pobreza y fallas en el confinamiento
LIMA. Perú fue el primer país en América Latina en adoptar medidas para contener el coronavirus, pero nueve semanas después, las cifras de covid-19 son exorbitantes. ¿Qué salió mal?
El país cerró sus fronteras y decretó un confinamiento nacional obligatorio desde el 16 de marzo, cuando solo había 86 contagios. Actualmente, los casos confirmados se acercan a 110.000 y los muertos sobrepasan los 3.100.
“Lo central aquí ha sido la falla de gestión. Ha habido falla e improvisaciones” del gobierno del presidente Martín Vizcarra, afirma Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi.
Varios factores. Al decretar el confinamiento, el gobierno mantuvo las actividades económicas esenciales, entre ellas la venta de alimentos en los mercados. Éstos se convirtieron en silenciosos focos del virus.
Por otra parte, unos 7.500 enfermos con covid-19 están hospitalizados, pero por falta de equipos de protección o desatención a los protocolos de seguridad sanitaria, el virus se propagó entre el personal de salud.
Al menos 635 médicos y 1.200 enfermeros contrajeron la enfermedad, y 20 galenos y 12 paramédicos fallecieron.
Otro factor es la informalidad laboral que ronda el 70% de la economía peruana. Así miles de trabajadores han desobedecido las órdenes de confinamiento para poder alimentar a sus familias.
Pobreza. Si bien se lanzaron campañas de higiene para estimular el lavado de manos de modo de evitar contagios, este esfuerzo chocó con una cruda realidad: miles de peruanos en Lima y otras ciudades carecen de agua potable.
En la capital, de 10 millones de habitantes, 1,2 millones de personas no tienen acceso al agua y otros tres millones la consiguen de manera racionada.