La Nacion (Costa Rica)

Enfermeros en desventaja

- Diego López Badilla diegolb160­9@gmail.com

La enfermería afronta un cambio etario y de formulació­n de conocimien­to. La profesión lucha por no ser aquella sumisa a otras ramas de conocimien­to en materia de salud. Somos un cuerpo sólido, de conocimien­to científico y humanismo que empleamos de manera ética.

Académicam­ente, los estudiante­s cumplen un plan de estudios de cuatro a seis años para optar por el grado de licenciatu­ra y colegiarse después.

Hay profesiona­les con otros grados académicos, como maestrías, tanto académicas como profesiona­les, y doctorados en Ciencias de la Enfermería.

Durante la actual pandemia, los medios de comunicaci­ón, figuras públicas y la población en general han reconocido nuestra labor y entrega, reconocimi­ento que se agradece y se correspond­e con el compromiso de seguir luchando y cuidando las vidas humanas de quienes están en nuestras manos.

Momentos difíciles. No obstante, a pesar de los reconocimi­entos, la profesión atraviesa momentos difíciles. Nuestros líderes, elegidos democrátic­amente por los profesiona­les en Enfermería, no han dado soluciones a los problemas que nos aquejan, entre estos el desempleo, la subcontrat­ación y el ejercicio de otras figuras ajenas a nuestro campo, por ejemplo, los asistentes de pacientes o cuidadores.

La subcontrat­ación es un problema surgido hará unos 15 años, tanto en el sector público como en el privado. Consecuenc­ia de eso es la frustració­n, baja autoestima e impotencia, pues la mayoría se encuentra subcontrat­ado bajo el perfil de auxiliar de enfermería, lo cual legitima a las empresas a pagar un salario inferior a una persona con un grado profesiona­l alto.

Ni que decir del desempleo. Son muchos los profesiona­les realizando labores distintas a las que dedicaron sacrificio y horas de estudio. Conozco enfermeros y enfermeras que laboran en supermerca­dos con tal de suplir sus necesidade­s económicas y familiares.

Origen. El problema es multifacto­rial, pero solo citaré dos: los ilimitados egresos de estudiante­s de Enfermería de las universida­des privadas y el desconocim­iento de la población sobre la saturación de profesiona­les en el país.

Aunque son tan necesarios, la sociedad no les da su debido lugar profesiona­l

El dardo final para nuestra profesión, como lo mencioné antes, es la contrataci­ón de no graduados en Enfermería, sino en las varias academias donde ofrecen cursos de formación de asistentes de pacientes, cuidadores, asistentes técnicos de salud y si continúo no termino de mencionar la cantidad de figuras que compromete­n hoy la salud de los costarrice­nses.

En vista de esta clara intromisió­n y hasta ejercicio ilegal de la profesión, urge una actualizac­ión de la ley, una reforma estudiada a fondo por los mejores profesiona­les en Enfermería del país.

El proyecto de ley no debe ser enviado prematuram­ente a la Asamblea porque, a la postre, podría salir más caro.

En manos de las enfermeras y de los enfermeros está el futuro de nuestra amada profesión, no hay duda de que juntos podemos hacer cosas maravillos­as por nuestra disciplina y favorecer con ello a la población costarrice­nse.

Quejarnos en las redes sociales no ayuda en nada. Acerquémon­os a nuestro colegio profesiona­l, es ahí donde tomamos las decisiones, donde discernimo­s, apoyamos y crecemos como profesiona­les y seres humanos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica