No nos suicidemos
En una pandemia, es natural que las personas estén asustadas, deprimidas y hasta entren en pánico, pero aquí, en Costa Rica, no debe ni tiene por qué ser así.
Antes de disentir, debemos tomar conciencia de que estamos en el país que, entre todos, maneja la situación de manera excelente. Aquí, la probabilidad de contagio es la menor del mundo, así como la posibilidad de fallecer por la enfermedad.
Los procedimientos, tanto para detectarla como para curarla, están siendo eficientes. Si alguien no lo cree, por favor, vea los números.
En relación con el intento de suicidio, es muy simple: si se permiten aperturas o concesiones antes de tener razonable seguridad de que las reglas serán respetadas, entonces, nos suicidamos.
Es entendible la necesidad de reactivar la economía, pero procurando no exponerse a un repunte que pudiera ser muy grave.
Basta con recordar la cantidad de conductores en estado de ebriedad y la de conductores que sin llegar a la ebriedad están bajo los efectos del alcohol. Y también los que manejan sin licencia o sin respetar las reglas.
También se observan aglomeraciones en distintos lugares y filas de personas que esperan sin guardar las distancias aconsejadas.
No estoy solicitando impedir las actividades de reactivación aún, pero sí ser cuidadosamente planeadas y reglamentadas y que estas se cumplan acompañadas de fuertes sanciones para quienes no obedezcan.
Roberto Cuauhtémoc Pineda médico cirujano y salubrista público