Dueña de bar El Manudito: ‘Es triste no ver clientes’
En un día de clásico, el bar El Manudito recibe cerca de 400 aficionados. Depende de la hora y del resultado del partido, pero cuando gana la Liga se vacían los congeladores, confiesa su propietaria, Elena Llorca.
Si el juego se realiza un sábado en la noche, el horario que más le favorece al negocio, el bar llega a vender hasta 60 cajas, lo que equivale a 1.440 cervezas.
Llorca, española dueña del negocio desde hace 17 años, vive con tristeza la actual realidad de su popular negocio, ubicado frente a la gradería de sol del Morera Soto.
Hace 75 días que está cerrado y así se mantendrá este domingo a las 6 p.m., cuando Alajuelense reciba en su estadio al Saprissa.
Llorca reconoce que el año anterior fue especialmente bueno, pues la Liga consiguió finalizar de líder, con muchas victorias al hilo, lo que se tradujo en público.
Como las taquillas del club eran buenas, los aficionados se acercaban en más cantidad al pequeño local.
El estado anímico también influye, dado que cuando el club gana, los feligreses consumen en más cantidad.
La propietaria cuenta que tiene dos tipos de clientes: Los que toman entre semana, cuando no hay partidos, y los que cada domingo se acercan a pedir una cerveza.
Cree que sus clientes más fieles son aquellos aficionados que visitan el escenario cada domingo para ver los partidos.
“La verdad siento tristeza por no ver a los clientes y además el fútbol es una fiesta. Ahorita es una fiesta en la que solo están los músicos y no los asistentes”, explica Llorca, quien le compró el bar a sus antiguos dueños, unos canadienses.
El Manudito nació hace más de 50 años, pero ha cambiado de dueño en distintas ocasiones. La actual propietaria afirma que nunca había vivido una crisis como la actual.
Aunque su negocio no depende solo del fútbol, claramente es su valor agregado. Y los días de clásico las ventas aumentan casi un 25%.