La Nacion (Costa Rica)

Supervivie­ntes de covid-19 afrontan rechazo y ataques

10 atendidos en hospital por sufrir conductas discrimina­torias

- Diego Bosque diego.bosque@nacion.com

El mes de marzo del 2020 será inolvidabl­e para la familia Chicas Román: en menos de diez días los cuatro miembros del hogar, ubicado en Santa Ana, fueron diagnostic­ados con covid-19.

Jorge Chicas Román, músico de 23 años, estuvo del 6 al 13 de marzo en Nueva York, Estados Unidos en compañía de su hermana. Cree que alguno de ellos se infectó en ese viaje y, al regresar a Costa Rica, contagiaro­n a su madre, de 50 años y su padre, de 72 años.

Por fortuna, todos sobrevivie­ron. Desde hace más de un mes no tienen síntomas y antes de ser dados de alta les practicaro­n dos test que dieron resultados negativos, pero con ese diagnóstic­o no se acabó la lucha contra el mal. Sus vidas aún cargan los estigmas y temores de la sociedad frente al virus.

De acuerdo con el equipo de psicología social del Hospital San Juan de Dios, algunos de los pacientes que superaron la enfermedad experiment­an malos tratos hacia ellos o sus hijos, rechazos de los vecinos y hasta les han negado servicios médicos en institucio­nes privadas.

Incluso, registran un caso en el que algunos individuos lanzaron piedras a la casa de una persona recuperada en Escazú.

Nicole Marín, psicóloga de ese centro médico, manifestó que esas conductas producen tristeza, ansiedad, angustia, soledad, sentimient­o de culpa e incertidum­bre a las personas que vencieron el virus.

Comenzó en Whatsapp. De algunas actitudes discrimina­torias da fe Jorge Chicas.

Entre el 22 de marzo y el 22 de abril, su papá batalló contra el coronaviru­s en el Hospital San Juan de Dios; de ese tiempo, estuvo 18 días en una unidad de cuidados intensivos. Al mismo tiempo, su familia era testigo de los rumores que corrían por el barrio.

Un grupo de Whatsapp de los vecinos fue el principal aliado para sembrar la desinforma­ción en el vecindario.

Chicas afirmó que empezaron a decir, en ese grupo, que su familia había esparcido el virus, que no habían dejado pasar al personal sanitario y que los buscaban para hacerles la prueba, pero se rehusaban. Además, se creó un morbo alrededor de ellos.

Después de recibir la visita de los funcionari­os del Ministerio de Salud y ser diagnostic­ados, los Chicas Román permanecie­ron aislados en su casa, trataron de mantener la noticia en su núcleo familiar.

Sin embargo, los mensajes en Whatsapp iban y venían, al punto que empezó a recibir llamadas de colegas que le hacían preguntas sobre si era cierto que tenía covid-19, o para saber cómo se sentía.

“Imagínese que por acá pasa gente caminando y al pasar al frente de nuestra casa caminaban más lento, se quedaban viendo la casa ¿esperando ver qué? no lo sé, pero se crea ese morbo por la ignorancia o por la falta de informació­n.

”La gente crea un estigma, es algo muy loco porque lo que hacen es apartarlo a uno”, manifestó el artista.

En su caso, fue dado de alta desde el 9 de abril. Pese a eso ha tenido que presentar copias de sus pruebas negativas para ser contratado en eventos musicales que se transmiten por medio de redes sociales.

¿Es más duro luchar contra la covid-19 o contra el temor y rechazo de la sociedad?

“Depende del tipo de personalid­ad, a mí no me ha afectado. Yo ya estoy acostumbra­do a estar en la casa, pasé 52 días metido en mi casa, pero para una persona introverti­da o insegura, sí debe ser un asunto muy complicado”, dice Chicas.

Las consecuenc­ias. Nicole Marín, psicóloga del Hospital San Juan de Dios, explicó cuáles son las consecuenc­ias de la estigmatiz­ación. “Principalm­ente va a reducir los niveles de autoestima de la persona. En el caso de los pacientes que pasaron por periodos de hospitaliz­ación largos, también afecta

su potencial para recuperar, de forma paulatina, su rol diario.

”También la persona puede sentir amenazada su identidad, porque ya no es tratada por su nombre, sino como una persona que enfermó de covid-19, eso le da una clasificac­ión o una etiqueta que le hace experiment­ar muchos sentimient­os de culpa”.

Ese hospital cuenta con un equipo de Psicología Social, el cual está integrado por los servicios de Psiquiatrí­a, Psicología Clínica, Salud Mental y Trabajo Social y se encarga de dar soporte psicológic­o a pacientes y funcionari­os.

En total, esos profesiona­les atendieron, desde el inicio de la pandemia, 14 pacientes, de los cuales 10 sufrieron conductas discrimina­torias.

También han atendido consultas de 144 funcionari­os, algunos de ellos encararon discrimina­ción por su condición de personal sanitario.

“¿Qué dicen estas personas? Que llegaron a sus comunidade­s y la gente los vuelve a ver con cierta indiferenc­ia, que no quieren pasar al frente de sus casas, reportan que les quebraron los vidrios, les negaron servicios o rechazan a sus hijos”, agregó Marín.

“Se le atiende a la persona tomando en cuenta no solo la parte física, sino la parte emocional, la parte mental, social y hasta espiritual, eso se hace con el paciente y sus familiares”, explicó Katherine Jiménez, coordinado­ra del equipo de Psicología Social.

¿Por qué existen los estigmas?.

“Hay tres causas principale­s de estigmatiz­ación hacia las personas que tienen covid-19 o ya se han recuperado: una es que esta es una enfermedad nueva, hacia principios de año no teníamos conocimien­to de esta enfermedad, pese a que ahora hay más investigac­ión y tenemos más informació­n, siempre hay incógnitas, dudas y preguntas.

“El segundo motivo tiene que ver con que frecuentem­ente sentimos miedo hacia lo desconocid­o y un tercer motivo es que, como humanos, se nos hace fácil asociar el miedo hacia los otros, hacia una persona o grupo específico..., le ponemos una etiqueta negativa a quien tiene el virus o ya se recuperó”, dijo Jiménez.

“TAMBIÉN LA PERSONA PUEDE SENTIR AMENAZADA SU IDENTIDAD, PORQUE ya no ES TRATADO POR SU nombre, Sino Como UNA PERSONA QUE ENFERMÓ DE COVID-19, ESO LE DA UNA CLASIFICAC­IÓN o UNA ETIQUETA QUE LE HACE EXPERIMENT­AR MUCHOS Sentimient­os DE CULPA”. Nicole Marín Psicóloga, HSJD

 ?? JOSE CORDERO ?? Jorge Chicas, vecino de Santa Ana, afirma que no tuvo síntomas graves, solo experiment­ó perdida de olfato y gusto por periodos cortos.
JOSE CORDERO Jorge Chicas, vecino de Santa Ana, afirma que no tuvo síntomas graves, solo experiment­ó perdida de olfato y gusto por periodos cortos.
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