La Nacion (Costa Rica)

Fuerte golpe por la espalda

Abortar la reapertura del Día del Padre mina la confianza en el manejo de la economía

- Julio Castilla Peláez Pdte. de LA CÁMARA de Comercio

En la Cámara de Comercio de Costa Rica, estamos muy consciente­s de la situación nacional y global causada por la pandemia, y desde el día cuando el gobierno anunció las primeras medidas para contener la propagació­n de la covid-19 nos pusimos a disposició­n 24/7 del presidente y su equipo de trabajo.

Nuestra comisión de retail, en cuestión de horas, coordinó una reunión con las grandes cadenas de supermerca­dos y tiendas de abastecimi­ento para, mediante un comunicado conjunto, dar tranquilid­ad a la población sobre el respeto a las medidas sanitarias para evitar aglomeraci­ones, a fin de disminuir el riesgo de contagios, y garantizar las existencia­s.

Han sido tres meses de trabajo coordinand­o, principalm­ente con los ministerio­s de Economía (MEIC), Comercio Exterior (Comex) y Salud, desde detalles en la ejecución de medidas y protocolos sanitarios hasta propuestas para la reapertura de fronteras.

Tampoco hemos dejado de recomendar acciones para lograr un regreso paulatino a la actividad comercial lo más pronto posible.

En el ADN de nuestra centenaria Cámara, está implícito el ser parte de la solución de los problemas del país, siendo propositiv­os, y lo único que esperamos, por respeto, es ser escuchados y tomados en cuenta, pues formamos parte del ámbito más generador de empleo: 343.000 trabajador­es, es decir, representa­mos el 16 % de la fuerza laboral.

El 11 de mayo, el Ministerio de Salud presentó el cronograma de apertura: los restaurant­es abrirían los fines de semana a partir del 1.° de junio y las tiendas, desde el 21.

Basados en la exitosa experienci­a de trabajar de lunes a viernes, solicitamo­s apoyo al MEIC para adelantar la apertura de tiendas, respaldado­s por los resultados de una encuesta que revelaba que las pérdidas del sector comercial superaban los ¢500.000 millones y, aproximada­mente, 44.000 costarrice­nses habían sufrido reducción de jornada o cese laboral.

Luego de mucha insistenci­a, y con el apoyo de la ministra de Economía, Victoria Hernández, se adelantó un día el permiso para el funcionami­ento de los comercios, por la celebració­n del Día del Padre.

Lo vimos como la gran oportunida­d para reanudar la reconstruc­ción de una muy grande cantidad de negocios, lo cual ayudaría al empleo y los encadenami­entos.

Durante la semana, nos mantuvimos en contacto con las autoridade­s para coordinar el desarrollo de las actividade­s del sábado 20 de junio, confiados en la nueva estrategia de cierre por zonas. Estábamos tranquilos porque no habría marcha atrás.

El jueves pedimos una confirmaci­ón del plan para el fin de semana y nos la dieron. A las 11:55 a. m. del viernes, recibí una llamada de la ministra Pilar Garrido, quien nos informó de que el ministro de Salud daba “marcha atrás” porque había 119 contagios.

¡Qué desagradab­le noticia! El ministro de Salud castigó a una parte de la economía que durante tres meses fue disciplina­da en el cumplimien­to de las medidas sanitarias de lunes a viernes.

Impedir que los negocios que se habían preparado, con todo lo que implica la logística de apertura, fue un atentado contra la libre empresa.

¿Dónde están los ministerio­s que velan por la salud de la economía del país y deberían servir de contrapeso de las decisiones que toma una parte del gobierno? De ahora en adelante, ¿podremos confiar en los anuncios del gobierno?

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