22 vacunas experimentales contra covid-19 se están probando en seres humanos
La batalla que libran especialistas del orbe contra la pandemia de covid-19 tiene un nuevo capítulo: 22 vacunas experimentales ya se prueban en seres humanos.
En un periodo de seis meses, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus SARS-COV-2, acumula más de 10 millones de casos y más de 500.000 muertos alrededor del mundo.
Por ello, científicos de todo el planeta luchan contra el tiempo para desarrollar una vacuna o un tratamiento que mantenga la enfermedad bajo control.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en este momento hay 155 vacunas experimentales o candidatas.
De estas, una fue aprobada ayer lunes en China para un uso temporal en personal del Ejército, otras 22 ya se encuentran en fase de ensayos clínicos con seres humanos y 132 más están en estudio preclínico, ya sea en exámenes de laboratorio o en pruebas con animales.
Además, hay 1.178 posibles medicamentos en estudio, de los cuales 644 están en fase de pruebas en pacientes o en reclutamiento de estos. Para otros 15, ya terminaron los ensayos clínicos y están en análisis de resultados.
Sin embargo, obtener una vacuna o un tratamiento no es tan fácil. Las proyecciones más optimistas hablan de finales de año para lograr tratamientos, y de mediados del 2021 para tener una vacuna.
Claves. Para que un producto como este llegue a las personas deben garantizarse al menos tres factores fundamentales:
1. Eficaz: que realmente pueda prevenir la infección o reducir el riesgo de infectarse.
2. Seguro: que sus efectos secundarios no sean mayores que sus beneficios.
3. Apto para producirse en masa: solo así podrá llegar a quienes realmente lo necesitan.
Para asegurar esas tres condiciones, los ensayos clínicos en seres humanos solo se realizan una vez que una molécula demuestra ser eficaz en laboratorio y en animales.
Estos experimentos tienen tres fases antes de que se autorice su uso y una cuarta etapa que monitorea eficacia y seguridad cuando el producto ya está en el mercado.
Diferencia. En los medicamentos, las pruebas se realizan en personas que tienen la enfermedad para ver cómo reaccionan a este, mientras que las vacunas se aplican en individuos sanos para evaluar si estas evitan que enfermen.
También hay un par de estudios llamados “de sacrificio”, donde, un tiempo después de haber sido vacunada, la persona accede voluntariamente a exponerse al virus bajo condiciones de laboratorio para ver si esta funciona.
Este tipo de ensayos buscan ganar tiempo, pero, por otro lado, tienen detractores por consideraciones éticas.
Normalmente, una vacuna lleva de cinco a 15 años de estudios para llegar al mercado, pero en caso de pandemias u otras emergencias en salud se autoriza acelerar el proceso. Por eso se habla de que las primeras estarían listas en año y medio.
“Aunque por la situación de emergencia se estaría haciendo una aprobación rápida para que las personas puedan tener a disposición vacunas, no podemos saltarnos pasos.
”En seguridad y en eficacia no hay atajos. Se puede ir más rápido en el camino, pero no hay atajos”, señaló, el pasado miércoles, Michael Ryan, director de Emergencias de la OMS en conferencia de prensa.
Ruta más rápida. Los medicamentos pueden recorrer un camino más corto y más rápido que una vacuna. Esto se debe a varias razones.
La primera es que es más difícil comprobar que una vacuna sea realmente eficaz y debe esperarse un tiempo para determinar si la inmunidad permanece por, al menos, unos meses.
Otra razón es que dentro de los medicamentos que se estudian hay más de 100 que ya tienen sus usos aprobados para otro tipo de enfermedades, por lo que su seguridad ya está determinada y solo habría que comprobar su eficacia contra la covid-19.
La OMS asegura que sigue muy de cerca cada desarrollo, dado que el obtener un medicamento certero puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de muchas personas, en las condiciones actuales.
“Aunque, Por LA Situación de EMERGENCIA, SE ESTARÍA Haciendo una APROBACIÓN rápida PARA QUE LAS PERSONAS Puedan tener A disposición VACUNAS, no PODEMOS SALTARNOS PASOS. En Seguridad Y En EFICACIA, no HAY Atajos. SE PUEDE ir MÁS rápido En EL Camino, Pero no HAY Atajos”.
Michael Ryan director de Emergencias de la OMS