Wálter Centeno remarca el sello tico con tinta morada
››sétimo exjugador saprissista que alcanza el título en últimos 25 años
Wálter Centeno Corea se convirtió en el octavo entrenador costarricense, el sétimo de origen morado, que le da un cetro a Saprissa en el último cuarto de siglo.
El Paté, quien alcanzó la estrella número 35 con los capitalinos, también ingresó a un selecto grupo, que no solo alzaron la copa como jugadores, sino también, años después lo lograron como técnicos del conjunto tibaseño, continuando un legado en el saprissismo que perdura en el tiempo.
Con un estilo muy particular, a veces alabado y en otras criticado, Centeno ingresó en esa agrupación ganadora. El exvolante ya fue campeón de Liga Concacaf el año anterior con los saprissistas y este lunes le dio la corona a la gran nación morada, después de tres temporadas en el banquillo del Monstruo.
ADN morado. “La historia dice que al final el fútbol premia a los que se esfuerzan día a día y son profesionales. No es casualidad que los que han trabajado adquieren el premio a través del tiempo. Aprendí que se debe trabajar doble, ser fuerte física y mentalmente para alcanzar los objetivos y en Saprissa es algo que se tiene muy claro desde que se es jugador”, enfatizó Centeno.
Anteriormente Alexandre Guimaraes en las temporadas 1997-98, 1998-99; Hernán Medford 2003-04, 2005-06; Jeaustin Campos en las campañas 2006-07, Invierno 2007, Verano 2008, Invierno 2008 e Invierno 2014; Roy Myers Verano 2010; Rónald González Verano 2014 y Vladimir Quesada en el Clausura 2018, lograron el máximo honor con el cuadro morado, tanto como futbolistas, como estrategas.
La única excepción a la regla fue Carlos Watson, quien fue doble campeón en las campañas Invierno 2015 e Invierno 2016, a pesar de que no fue jugador del Saprissa. No obstante, había dirigido al club en 1993, por lo que conocía y tenía muy claro lo que es estar al frente de los saprissitas.
El último estratega extranjero que se dio el gusto de salir monarca con los tibaseños fue el uruguayo Carlos Linaris, bicampeón en los años 1993-94 y 1994-95.
Una filosofía arraigada. Roy Myers fue campeón con Saprissa de la mano de Linaris y posteriormente con Guimaraes, antes de alcanzar el cetro sentado en el banquillo en 2010, por lo que tiene claro cuáles son los secretos para dar la vuelta olímpica con los capitalinos.
“Es como una cultura, una filosofía que está muy arraigada en el club y tiene un gran sentido de pertenencia, que se transmite en las diferentes categorías. Como jugador o entrenador se debe cumplir con diversos roles, como en una familia y estas son las bases para alcanzar el éxito y poder salir campeón, tanto como jugador y como entrenador”, enfatizó Myers.
El Maravilloso o El Flaco,
como se le conocía a Roy, explicó que gran parte del éxito de los estrategas nacionales es que conocen el camerino y la presión que significa jugar en el Saprissa, mientras a los técnicos foráneos les cuesta más la adaptación.
“Uno como exjugador conoce la estructura, la presión, como se dice, los rincones del estadio y el manejo que se le da a los líderes. En el pasado llegaron técnicos extranjeros muy buenos, que trataron de imponer sus condiciones, pero que desconocen la idiosincrasia del tico y al final, a pesar de tener un gran conocimiento, no han podido adaptarse o salir campeones”, añadió Myers.
Roy tiene claro que no es fácil estar al frente del club josefino, debido a la exigencia de los aficionados, que siempre quieren salir campeones e incluso tienen menos tolerancia con los técnicos foráneos que han estado al frente de la institución. “Sin duda ser campeón como jugador y después como entrenador en el Saprissa es una gran satisfacción. Tuve esa dicha y gracias a Dios pude hacerlo. Cuesta mucho que las cosas caminen en un plantel con buenos jugadores, donde todos quieren jugar. Es por eso que no reconocerlo y minimizarlo no es justo, porque los que lo hicimos quedamos en un grupo muy selecto”, manifestó Myers.
Otro de los puntos que destaca el siquirreño es que el Saprissa brinda formación a sus entrenadores, les ayuda con cursos y pasantías, además algunos dirigen en las ligas menores, los preparan y posteriormente les sacan provecho a ese aprendizaje.