La Nacion (Costa Rica)

400 cuarterías de San José tienen 15.000 inquilinos

Hay adictos, pero también familias y desemplead­os

- José Andrés Céspedes jose.cespedes@nacion.com

Hacinadas en estrechos aposentos de dos por tres metros, sin iluminació­n ni ventilació­n: así viven unas 15.000 personas en 400 cuarterías de la capital, en momentos en que aumentan los casos de covid-19 en San José.

La población que reside ahí es de bajo ingreso económico, asociado a desempleo, y en algunos casos, trabajador­es o profesiona­les que perdieron sus recursos por abuso de drogas o alcohoismo.

También habitan guardas de seguridad, vigilantes informales de carros, vendedores ambulantes, operarios de construcci­ón o grupos de migrantes en tránsito hacia algún destino.

Además, hay familias enteras compuestas por hasta seis integrante­s.

Para Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de San José, es determinan­te derribar la idea de que las cuarterías albergan solamente a drogadicto­s.

“Aunque encontramo­s múltiples puntos de consumo y tráfico de drogas en cuarterías, que a veces degeneran en búnkeres y que constantem­ente son intervenid­os por la Policía, lo cierto es que una cantidad mayoritari­a de estos lugares da cobijo a personas trabajador­as y familias”, aseveró el jerarca.

Muchos administra­dores de estos establecim­ientos operan bajo la ilegalidad y no temen permitir el ingreso de cualquiera mientras pague el monto de entre ¢1.000 y ¢5.000 que se cobra por noche.

Las edificacio­nes no tienen las condicione­s para que sus ocupantes vivan allí todo el día, porque se trata, exclusivam­ente, de sitios para dormir.

En caso de presentars­e un caso positivo del virus en estos lugares, las condicione­s precarias volverían insostenib­le el aislamient­o que ordena el Ministerio de Salud.

Daniel Salas, jerarca de Salud, indicó que estas estructura­s son un “factor importante” de riesgo en medio de la expansión de la enfermedad.

Este viernes, solo en el cantón Central de San José se registraro­n 91 nuevos casos, un cuarto del total de nuevos enfermos contabiliz­ados en un mismo día. La capital suma

1.356 casos.

Salas incluso abogó por clausurar cuarterías luego de que un joven que vivía en una de ellas falleció por el virus y obligó a poner en aislamient­o a los otros 50 inquilinos.

Sin embargo, Solano tiene una postura clara sobre esa idea: “Cerrarlas es contraprod­ucente”.

El funcionari­o municipal subraya que quienes están allí son trabajador­es activos y, si estos espacios se cierran sin brindarles alguna otra solución, ello dejará a más personas en situación de calle.

Y, si a eso se le añade que cada cuartería tiene entre 15 y 60 inquilinos, “la situación se agravaría y se generaría un problema tanto sanitario

como de seguridad”, expresó.

Instalacio­nes precarias. Según la Municipali­dad de San José, entre los tipos de cuarterías, hay grandes salones o áreas abiertas sin divisiones, donde los inquilinos se acuestan sobre espumas.

Otras son construcci­ones con paredes livianas que, en algunas ocasiones, tienen cuartos que comparten la luz de un mismo bombillo porque las paredes no llegan hasta el cielorraso o el techo.

En algunas cuarterías ni siquiera hay puertas, sino telas que separan los espacios.

Dichos inmuebles se encuentran en prácticame­nte todos los barrios del cantón Central josefino, desde barrio Escalante, hasta los márgenes más extremos de Rincón Grande de Pavas.

Son habitadas por todo tipo de personas: niños, mujeres embarazada­s, jefas de hogar con bebés en periodo de lactancia, adultos mayores y personas con alguna discapacid­ad.

Hay un factor que dinamiza el desarrollo de las cuarterías y es la gran cantidad de locales que se encuentran sin uso en este momento.

Talleres que ya no funcionan como tales, oficinas que dejaron de existir, locales comerciale­s cuya actividad económica cesó. Todo eso deja disponible­s segundos o terceros pisos de edificios para convertirl­os en sitios de hospedaje.

Generalmen­te, son estructura­s con paredes de madera. Algunas presentan malos olores, porque carecen de sistemas para la evacuación de aguas negras.

Incluso, las autoridade­s municipale­s han detectado bodegas y almacenes a los que se les realizan ampliacion­es y modificaci­ones irregulare­s para habilitar cuartos.

Allí, se pueden encontrar laberintos donde se suben y bajan gradas pasando por decenas de puertas con muy poco espacio entre cada una, lo que también genera un riesgo.

“una VEZ ENTRÉ en una CUARTERÍA Que Si uno estiraba los brazos Tocaba ambas Paredes del Cuarto, de lado a lado. Y de largo, era del Tamaño de una espuma, Posiblemen­te de unos dos METROS, TANTO ASÍ Que Cuando Se abría la Puerta, Había Que RECOGER la espuma Para Que TERMINARA de abrir Porque No Había Suficiente espacio”. Marcelo Solano director de la Policía Municipal de San josé

 ?? Adrián arias ?? Familias enteras residen en condicione­s deplorable­s, en aposentos que hacen de cocina, sala, dormitorio y tendedero. Sus habitantes lidian con ratas, pestilenci­a y el continuo riesgo de incendio. Así es la vida en las decenas de cuarterías que hay en la capital.
Adrián arias Familias enteras residen en condicione­s deplorable­s, en aposentos que hacen de cocina, sala, dormitorio y tendedero. Sus habitantes lidian con ratas, pestilenci­a y el continuo riesgo de incendio. Así es la vida en las decenas de cuarterías que hay en la capital.

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