Nadadora lanza alerta a atletas por excederse en entrenamientos
››Campeona nacional y del istmo afirma que lesiones cortaron carrera
Estar a las puertas de su tercera operación de rodillas en ocho años y tener claro una vez más que su carrera deportiva puede peligrar, llevaron a la nadadora Adriana Morera a escribir una sentida carta abierta en su cuenta en Facebook.
La campeona centroamericana quiso dejar claro el sentimiento que la embarga. Su mente le pide no rendirse y continuar cumpliendo sus metas deportivas, mientras su cuerpo le ruega parar y compartir sus vivencias con los más jóvenes.
Según narra, el sobreentrenamiento durante su infancia la llevó a sufrir graves lesiones que por poco la dejan en una silla de ruedas. Confía que después de contar su historia se valore al deportista y no se le mire solo como aquel que debe ganar medallas en los Juegos Nacionales o lograr una marca.
“Lo que he vivido es por haber sido sometida al sobreentrenamiento, a cargas de trabajo muy pesadas donde la metodología no era la adecuada, el peso emocional y físico no era el idóneo para una niña y donde mis padres y yo confiaron en la persona que me exigía más cada día y me pedía ir más allá del umbral del dolor, porque sino resistía era una mala atleta”, aseguró Morera.
La estudiante de Educación Física prefirió omitir el nombre del entrenador, explicó que su afán no era crear controversia, sino todo lo contrario, crear consciencia, tanto en los nadadores, como en los técnicos para que no cometan los mismos errores.
“Es claro que a los atletas élite se nos exige más, se nos pide más. Pero cuando pones en peligro tu estado físico, tu salud mental y se dan lesiones graves que van a influir en el futuro, no es lo correcto. Por mis logros deportivos creo que yo pude llegar más lejos, pero mis rodillas no lo permitieron y al final fui sometida a tratamientos no solo para poder competir, sino para poder caminar”, explicó Morera.
Tormento y dolor. Durante seis años Adriana Morera se convirtió en una de las figuras más sobresalientes de los Juegos Nacionales, representando al cantón de Alajuela. Del 2009 al 2015 ganó 30 medallas, de las cuales 20 fueron de oro, gracias a largos y extenuantes entrenamientos.
Su marcas la llevaron a los Juegos Centroamericanos de Panamá en 2010, donde ganó la presea de plata en los 100 metros pecho, siendo aún juvenil, sin imaginarse que a la vuelta de la esquina la esperaba un calvario.
“En el 2011 me empezaron a doler las rodillas. Los entrenamientos eran muy cargados. Pensé que era una tendinitis, pero todo se salió de control, sentía que mis rodillas no me sostenían, que las tenía falseadas. Incluso un día no pude levantarme de la cama, no sentía mis piernas”, dijo.
Adriana junto a sus padres empezaron a buscar opciones y la única que le permitía seguir con su carrera deportiva era un novedoso tratamiento de células madres y plasma, a partir de su propia sangre, el cual se realizó por primera vez en 2012.
“Después de una resonancia magnética nos dimos cuenta que tenía los ligamentos estirados, prácticamente eran hilos por el sobreentrenamiento y los tendones estaba a punto de romperse. El médico (Manuel Wong) me dijo que tenía que someterme a una reconstrucción y que tenía un 80% de posibilidades de volver a nadar, pero de fallar, podía quedar en silla de ruedas. Fue impactante para una chica de 15 años”, recordó.
Deseosa de volver a nadar se sometió a la intervención. Debió soportar la extracción de la sangre y la aplicación del plasma en las rodillas, con agujas, la cual ocasionó que se desmayara del dolor.
“Durante dos meses no pude caminar, pero me ilusionaba volver a entrenar, participar en los Juegos Centroamericanos de San José 2013 y pelear una medalla. Pero cuando sentía que estaba mejorando, el médico me dijo que la intervención solo fue exitosa en un 80%, por lo que debía volver al quirófano y no podría participar en los Juegos”, añadió Morera.
Adriana volvió a cirugía, pero no fue tan traumática, pero sí igual de dolorosa.
Cuando todo parecía mejorar de la mano del técnico Kurt Niehaus y se ilusionaba con arrancar un nuevo ciclo Olímpico en los Centroamericanos de Santa Tecla, en El Salvador, Adriana volvió a sentir dolor en sus rodillas. Al acudir nuevamente al médico y después de realizarle unos estudios, el dictamen fue contundente: debía operarse de nuevo.
“En dos meses voy a volver a realizarme el tratamiento de plaquetas. No tengo planeado retirarme, quiero empezar el ciclo olímpico”, expresó.