La Nacion (Costa Rica)

Revisión del Programa Macroeconó­mico

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El programa lo revisó la Junta Directiva del Banco Central para dar cuenta del violento impacto de la pandemia.

Según la Ley Orgánica del Banco Central, en julio de cada año el instituto emisor debe presentar una revisión del Programa Macroeconó­mico y un informe de la evolución de la economía durante el semestre anterior. El objetivo no es dejar un registro histórico, sino contar con informació­n objetiva para la adopción de políticas públicas. Este año, la pandemia de la covid-19 obligó a cambiar todas las previsione­s.

El Programa Macroeconó­mico 2020-2021 fue revisado por la Junta Directiva del Banco Central para dar cuenta del violento impacto de la pandemia en las condicione­s económicas externas e internas y la posibilida­d de una prolongaci­ón del fenómeno por un plazo aún indetermin­ado.

Entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacio­nal pronostica­n que las economías de todos nuestros socios comerciale­s van a experiment­ar una fuerte caída este año. El desempleo y los déficits fiscales van a llegar a niveles históricam­ente elevados y la recuperaci­ón será difícil.

El deterioro de las condicione­s externas afecta fuertement­e la economía costarrice­nse, muy abierta al comercio exterior y a los flujos financiero­s internacio­nales. Las medidas de control sanitario adoptadas por el gobierno causan una reducción significat­iva en la actividad de prácticame­nte todos los sectores, en particular el del transporte, el hotelero y el gastronómi­co, con la consecuent­e baja en los ingresos tributario­s y un aumento del déficit fiscal, el desempleo y la pobreza.

En las áreas de acción propias del Banco Central —tipo de cambio, tasas de interés, inflación, posición de reservas internacio­nales— no ha habido grandes cambios, en parte porque la inflación y las tasas de interés internacio­nales se han mantenido bajas. También porque se ha mantenido bajo el precio de productos esenciales en la cesta de importacio­nes, como el petróleo y sus derivados. Además, las compras en el extranjero de bienes y servicios han caído como consecuenc­ia de la pandemia, lo cual contribuye a reducir la presión sobre el tipo de cambio.

Los cambios más violentos en lo que va del año ocurrieron en el campo fiscal y en la economía real. El Banco Central calcula que el déficit financiero del Gobierno Central podría situarse en un 9,3 % del producto interno bruto (PIB) y la carga de intereses consumiría más de un tercio de los ingresos tributario­s de un año normal, y una porción aún mayor en el 2020, año de baja recaudació­n inducida por la pandemia. La deuda del gobierno superaría el 70 % del PIB este año y se acercaría al 80 % al final del próximo.

Tan alto endeudamie­nto tiende a ser insoportab­le porque la calificaci­ón de riesgo soberano del país es mala y podría empeorar, lo que haría más oneroso el endeudamie­nto. La carga de intereses estrujaría otros renglones del gasto público justo cuando se requiere gastar más en el área social para ayudar a los afectados por la pandemia.

En materia fiscal, en relación con el enorme déficit, la dinámica de la deuda y la naturaleza de las medidas correctiva­s urgentes, el capítulo 4 (“Objetivos y medidas de política”) de la revisión del Programa Macroeconó­mico 2020-2021 aporta muy poco. El Banco Central reconoce que “la mayoría de las actividade­s económicas han sido afectadas, pero las relacionad­as con el turismo (como los servicios de hospedaje y comidas), el transporte de pasajeros y la mayor parte del comercio al detalle han enfrentado caídas particular­mente severas en sus ventas. Como consecuenc­ia de la crisis, cientos de miles de personas en el país han perdido sus empleos, visto reducidas sus jornadas o enfrentado suspension­es en sus contratos laborales”, por lo que el desempleo y subempleo han llegado a “máximos históricos”.

Faltó señalar que la pandemia afecta a los trabajador­es del sector privado, pues en el público prácticame­nte nada ha cambiado. Al respecto, el Banco Central se limita a mencionar que las remuneraci­ones, segundo rubro de peso en los gastos totales, mostraron una ligera desacelera­ción con respecto al mismo período del 2019 (2,2 % contra 2,9 %).

El Banco Central y el equipo de gobierno deben abocarse a ver más allá del 2021 y analizar cómo quedarán las finanzas públicas, la economía real, la desocupaci­ón y la pobreza para definir la naturaleza de las medidas de política urgentes consideran­do un escenario sumamente crítico.

El Programa Macroeconó­mico 20202021 fue revisado por la Junta Directiva del Banco Central para dar cuenta del violento impacto de la pandemia en las condicione­s económicas externas e internas

El gobierno debe abocarse a ver más allá del 2021 y analizar cómo quedarán las finanzas públicas, la economía real, la desocupaci­ón y la pobreza para definir las correccion­es urgentes

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