‘Nos sostenemos por la ayuda de mi mamá y mi hermana’
Giovana Caruzo y su esposo se quedaron sin salario desde el 15 de marzo pasado, cuando la pandemia de coronavirus obligó a cerrar los casinos de todo el país.
Ellos sostuvieron su numerosa familia durante años laborando en esta actividad económica. Pero ahora es catalogada como foco de infección de covid-19 y se quedaron sin el respectivo permiso de funcionamiento.
Tentativamente, no podrán operar hasta enero del próximo año.
La impotencia de sentirse productiva y de llevar el sustento a su hogar atormenta a Caruzo quien, dichosamente, ha recibido apoyo económico en su familia, pues a ninguno de los dos les llegó el bono Proteger.
“Nos estamos sosteniendo por la ayuda de mi mamá que es pensionada y de mi hermana que tiene una jefatura en el Hospital México. Viendo mi situación ellas nos están ayudando.
”Nosotros tenemos casa propia, entonces mi mamá me ayuda con los recibos y mi hermana con la alimentación. Así es como hemos sobrevivido”, afirmó la mujer de 44 años.
En este hogar de Los Lagos de Heredia también viven dos de sus hijos, de 20 y 15 años, ambos estudiantes. Así como dos de sus nietos, de tres años y dos meses de edad. Caruzo, quien hasta marzo era gerenta de un casino josefino, solicitó junto a su esposo el subsidio estatal, pero a ninguno de los dos le entregaron el bono.
Ahora ella lidera un movimiento para pedirle al Ministerio de Salud que permitan a los casinos operar bajo estrictas medidas sanitarias, para que más de 2.500 trabajadores del gremio puedan llevar sustento a sus casas.
“Vivimos incertidumbre, temor, preocupación. Los que tuvieron el bono Proteger pudieron ayudarse con los alquileres, pero ya no van a recibir más pagos y ahora tienen la incertidumbre de que los saquen de sus casas.
”Y los que no han recibido peor, todavía estamos esperando si entre los bonos nuevos nos va a tocar a algunos de nosotros”, afirmó entre la esperanza y la desazón.