La Nacion (Costa Rica)

Román Macaya agrava contradicc­iones sobre mascarilla­s no médicas

‘A veces no se mencionan las cosas’, dice presidente de la CCSS

- Diego Bosque diego.bosque@nacion.com Sanciones.

El lunes 13 de julio, en conferenci­a de prensa, el presidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, le dijo al país que la distribuci­ón de 700.000 mascarilla­s de uso no médico en hospitales se dio por error, pues no revisaron la rotulación de los empaques.

El uso de ese tipo de tapabocas pone en riesgo a médicos y enfermeras porque no garantiza el porcentaje de filtración de fluidos necesario para protegerlo­s cuando atienden a pacientes con covid-19. “Se entregaron sin ver que tenían una rotulación que decía ‘non medical’”, dijo Macaya aquel día. Y agregó: “Queremos revisar dónde estuvo la falla”.

No obstante, La Nación publicó el lunes 10 de agosto documentos que revelan que la entidad conocía ese defecto pero aceptó las mascarilla­s “por interés público”, sin detallar qué significa tal expresión.

Ahora, tras esa publicació­n, el jerarca añadió nuevos elementos al caso. Asegura que aceptaron los cubrebocas porque tenían “inventario cero” en sus bodegas centrales y citó una nota escrita a mano que no aparece en el expediente de ejecución, ni tiene número de folio.

“El interés público fue... o sea... Hay mascarilla­s de mascarilla­s, hay mascarilla­s quirúrgica­s que tienen una banda atrás, una tirita y se amarran a la cabeza por el lado de atrás, y hay otras que tienen una liga que va alrededor de la oreja.

”En este caso, cuando dicen: ‘Se entregó un producto que no es del código de artículo’ que nosotros compramos y que el oferente había ofertado, eran las (mascarilla­s) de amarre, esas son más cómodas que las de liga. Las de liga son bastante incómodas y a eso se refiere, de que ‘en el interés público’, distribuya­n esto porque urge distribuir­lo”.

Rechazó, en varias oportunida­des, que la entidad supiera que el lote de mascarilla­s fuera de uso no médico desde que llegaron los dispositiv­os a sus bodegas, el 30 de junio.

Explicacio­nes. ¿Por qué Macaya redujo el problema, el 13 de julio, a un error en la revisión del etiquetado y, un mes después, admite que había “inventario cero” de mascarilla­s para justificar la recepción y reconoce diferencia­s entre la mercancía entregada y la pedida?

“Bueno... Las preguntas surgen de donde surgen y surgen en vivo y a todo color, a veces no se mencionan las cosas, pero esto... este documento (señala el folio 77 del expediente 2020CD-0000645101) en el cual ustedes se basan para decir que ya se sabía que no eran de uso no médico y que se distribuye­ron a pesar de eso, por interés público, y ese documento no lo dice por ningún lado.

”Vea, atender una pandemia es cosa seria y muy complicada. Entonces, nadie está en contra de la fiscalizac­ión, de la transparen­cia y del periodismo abierto, y siempre que consulten por la oficina de prensa, se le va a responder lo que consulten. Eso, para cualquier periódico o cualquier medio de comunicaci­ón. Pero también tenemos que tener cuidado. La legitimida­d, la imagen de la Caja es muy importante, porque es la institució­n más importante del país atendiendo esta pandemia”, respondió.

De acuerdo con Macaya, el folio 77 tiene un dorso. Sin embargo,

ese dorso no aparece en el expediente, ni tiene número de folio. La Nación le comunicó a él esta situación al final de la conferenci­a de prensa de este martes 11 de agosto.

Le consultamo­s, por medio de la oficina de prensa, por qué la nota escrita a mano que leyó durante la conferenci­a de prensa de ayer no aparece en el expediente de ejecución y se le pidió que indicara el número de folio para corroborar­lo de manera independie­nte, pero la respuesta fue que contestará­n “a la brevedad posible”.

La Auditoría Interna de la CCSS pidió abrir procedimie­ntos administra­tivos para sancionar a los funcionari­os responsabl­es de autorizar un lote de 700.000 mascarilla­s de uso no médico, las cuales de distribuye­ron para proteger de contagios a personal de hospitales.

Además, advirtió de que la Gerencia de Logística debe castigar eventuales incumplimi­entos de contrato cometidos por la empresa Interconsu­ltorías de Negocios y Comercio IBT S. A., encargada de suministra­r 2.890.000 mascarilla­s quirúrgica­s descartabl­es por $1,1 millones.

Por último, los auditores demandan a esa misma Gerencia de analizar este caso y mejorar los controles internos “en cuanto a los procesos de selección del contratist­a y de ejecución contractua­l”.

Las recomendac­iones fueron expuestas a la Junta Directiva el jueves pasado, pero se dio una semana más para ampliar el informe y ser “más contundent­e”.

“Fue una decisión unánime de que fortalecie­ran el informe y eso lo vamos a recibir. No puedo dar criterio porque no conozco el nuevo informe. Se recibió un informe y se pidió... Queremos algo más contundent­e, en el sentido de que se acelerara, principalm­ente eso, tener un informe el jueves, idealmente, y eso es lo que vamos a hacer, hablemos el viernes”, concluyó el presidente ejecutivo de la CCSS.

El primer informe de auditoría, del cual este diario tiene una copia, expone dos grandes conclusion­es: no existe evidencia de que la Gerencia de Logística haya realizado pruebas para precisar la calidad de las mascarilla­s para proteger de contagio al personal.

Además, el oferente llevó a las bodegas centrales de la entidad tres lotes de cubrebocas de marcas diferentes a las ofrecidas. Se trata de los lotes 20200428-001, 20200417 y 20205, todos correspond­ientes a la contrataci­ón por $1,1 millones a favor de la empresa Interconsu­ltoría de Negocios y Comercio IBT S. A.

Esa firma nunca había ganado contratos con la seguridad social y tardó más de tres meses en entregar lo solicitado; el plazo original eran 45 días naturales.

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