La Nacion (Costa Rica)

Falla que causó sismo del lunes tiene potencial destructiv­o

Originó temblor de 4,2, pero puede provocar uno de 6,4

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

El temblor de 4,2 grados, sentido el lunes a las 7:06 p. m., tuvo su origen en el extremo suroeste del sistema de fallas Navarro, que mide 115 kilómetros y tiene potencial para sismos de hasta 6,4 grados; es decir, tan destructiv­os como el del 2009 en Cinchona, que fue de 6,2.

Así lo explicó Lepolt Linkimer, de la Red Sismológic­a Nacional (RSN), quien explicó que se sintió en toda la Gran Área Metropolit­ana, donde se concentra la mayor parte de la población del país, y en zonas retiradas como Turrialba, San Ramón y Parrita.

Aunque no generó daños, es el temblor más fuerte en lo que va del año en esa falla, donde hasta ahora se han registrado más de 200 sismos.

Sobre la forma brusca o de golpe en que se sintió este sismo en el Valle Central, Linkimer detalló que se debe a que cuando se está cerca del epicentro, las primeras ondas, que se mueven hacia arriba y hacia abajo, son las de mayor efecto.

En zonas retiradas, la percepción es más remecida, porque llegan ondas secundaria­s.

El ruido que muchos escucharon es porque las ondas primarias golpean las casas y edificacio­nes haciendo vibrar vidrios y láminas del cielorraso que producen esos efectos.

Otro factor que contribuyó a que muchos lo sintieran fue la restricció­n vehicular sanitaria dictada por la pandemia, que obliga a que circulen menos carros y a que la mayoría de la población esté en sus casas.

“Las medidas para mitigar la pandemia de covid-19 causaron cambios generaliza­dos en la actividad humana, lo que condujo a una reducción de hasta un 50% en el ruido sísmico durante meses”, dice la revista científica Science.

Falla activa.

La falla Navarro transcurre desde las faldas del volcán Turrialba, pasando por el norte del cantón del mismo nombre, hasta Paraíso, Orosi, Frailes y San Cristóbal de Desamparad­os. En este último punto estuvo el epicentro el lunes, cuya profundida­d fue de ocho kilómetros.

En agosto de 1991, solo cuatro meses después del terremoto de Limón, ocurrió en Frailes un movimiento telúrico de 5,4 grados, que, según Linkimer, se habría originado en la misma falla del temblor del lunes.

Esa vez, el sismo produjo daños irreparabl­es en unas 40 viviendas. El área afectada fue de unos 50 kilómetros cuadrados y las poblacione­s más dañadas se localizaro­n en los distritos de Frailes y San Cristóbal.

Esa vez también se sintió fuerte en el centro de Desamparad­os, León Cortés y los distritos de Corralillo y Llano Grande de Cartago.

En Paraíso de Cartago hubo otro sismo destructiv­o en 1951, de magnitud 5,4, que también está relacionad­o con la falla Navarro y otras circundant­es.

“allí los ENJAMBRES sísmicos son MUY Frecuentes desde la década de los 80 Y los temblores suelen ser de Magnitudes Bajas, SIMILAR a los Que Hemos tenido desde el FIN de semana en esta Zona”. Lepolt Linkimer Científico de la RSN

Radiografí­a sísmica al instante.

Una nueva sección en el sitio web del Observator­io Vulcanológ­ico y Sismológic­o de Costa Rica permite enterarse de un solo vistazo sobre la cantidad de temblores registrado­s en nuestro territorio, los días con más sismicidad y el total de sismos por mes.

Ese catálogo sísmico muestra, en cada cuadro o casilla, la cantidad diaria de sismos iguales o mayores a dos grados, por lo que a cada día del año se le asigna una casilla.

A cada uno de los 365 cuadritos se le asigna un color, dependiend­o de la cantidad diaria de sismos, de modo que los días más activos se destacan del resto.

Por ejemplo, hasta el 10 de agosto pasado, las 158 estaciones del Ovsicori en todo el país habían detectado un total de 7.670 sismos de entre 2 y 5,5 grados.

Enero se muestra como el mes más activo hasta el momento, con un total de 1.218 eventos. Los días de mayor detección sísmica han sido el 21 de enero y el 28 de abril, con 179 y 172 temblores, respectiva­mente.

El mes de julio ha sido el de menos actividad sísmica, con 803 eventos.

De acuerdo con Javier Pacheco, del Ovsicori, ese instrument­o es muy importante para el Código Sísmico Nacional,

que se actualiza cada cinco años y define aspectos sobre las construcci­ones que se levantan en el país.

Dependiend­o de la cantidad de sismos, su magnitud y la zona, ese código establece dónde se puede construir y dónde no, los materiales, la cantidad de pisos de las edificacio­nes y otros aspectos.

“Con base en esos datos acumulados, se pueden extrapolar otros sobre la probabilid­ad de que ocurra un temblor fuerte en una zona determinad­a dentro de cierta cantidad de años. Eso permite al ingeniero determinar el soporte que requiere la construcci­ón de un hospital o un edificio público grande cuya vida útil se proyectó por 150 años o más”, manifestó Pacheco.

 ?? Rafael PACHECO ?? Desde el Mirador de Orosi se aprecia el valle del mismo nombre. Por esta zona pasa la falla Navarro, la cual transcurre desde las faldas del volcán Turrialba, el cantón que lo acoge, hasta Paraíso, Orosi, Frailes y San Cristóbal de Desamparad­os.
Rafael PACHECO Desde el Mirador de Orosi se aprecia el valle del mismo nombre. Por esta zona pasa la falla Navarro, la cual transcurre desde las faldas del volcán Turrialba, el cantón que lo acoge, hasta Paraíso, Orosi, Frailes y San Cristóbal de Desamparad­os.

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