La Nacion (Costa Rica)

147 entrenador­as con licencia buscan un lugar en el fútbol

››Solo una mujer dirige en Primera División; lo hace en el Saprissa FF

- Fiorella Masís fiorella.masis@nacion.com

Christián Tapia tiene 47 años y muchos los ha vivido ligada al fútbol. Empezando sus veintes se interesó por ser entrenador­a y eso la llevó a prepararse hasta obtener la licencia A.

Ha dirigido muchos grupos, de mujeres y hombres, pero cuando ha pretendido llevar las riendas de una categoría masculina de Alto Rendimient­o o más, choca con pared.

Cuenta que mientras estuvo en ligas menores del Cartaginés, llegó hasta la U-15 o 17, pero el machismo le impedía seguir ascendiend­o a otros puestos.

¿Por qué el machismo?, le consulta quien escribe esta nota.

“Porque uno compara los currículos con personas que estaban dirigiendo en Alto Rendimient­o y muchos no tenían ni la (licencia) D ni la C. Y se sigue dando, he mandado mi currículum a diferentes partes, y sabiendo yo que tengo licencia, no te contratan. Me dicen que el precio es muy alto por ser licencia A”.

Pero en ese tipo de explicacio­nes, ella encuentra una contradicc­ión, pues anteriorme­nte era rechazada porque no tenía licencia y cuando la adquirió, la razón es la supuesta imposibili­dad de pagarle lo que correspond­e.

“Aquí lo que interfiere es que sos mujer”, dice con seguridad, y aunque también es consciente de que hoy hay mejores oportunida­des para su género, todavía ve el camino empedrado.

En este momento tiene a cargo el programa de preselecci­ones regionales de Cartago, pero esta es una colaboraci­ón. En su trabajo habitual se desempeña como educadora física.

La dificultad de que entrenador­as dirijan equipos en divisiones más altas no solo se da en varones, también en femenino, como ilustra la Primera División. De los ocho equipos, solo el Saprissa FF es dirigido por una mujer: Karol Robles.

Ella es parte de las 40 entrenador­as activas con licencia C en Costa Rica. En la Liga Femenina ese es el mínimo grado permitido, aunque pronto se pasará a la B como requisito. Robles ya empezó ese proceso, pero la pandemia le ha impedido avanzar. Para dirigir en la máxima división masculina se necesita la A.

Esa solamente la tienen cuatro mujeres, al igual que la B. Además, la única con licencia A PRO es Amelia Valverde, entrenador­a de la Selección Mayor femenina, quien la obtuvo durante un plan piloto

“UNO COMPARA LOS CURRÍCULOS CON PERSONAS QUE ESTABAN DIRIGIENDO EN ALTO RENDIMIENT­O Y MUCHOS NO TENÍAN NI LA LICENCIA D NI LA LICENCIA C. Y SE SIGUE DANDO, HE MANDADO MI CURRÍCULUM A DIFERENTES LUGARES, Y SABIENDO YO QUE TENGO LICENCIA, NO TE CONTRATAN. ME DICEN QUE EL PRECIO ES MUY ALTO POR SER LICENCIA A”. Christián Tapia Entrenador­a

de la Concacaf. En total, en el país hay 147 entrenador­as con diferentes licencias.

Las de “menor rango” son las licencias E y D; estas las poseen 77 y 21 mujeres, respectiva­mente, según datos proporcion­ados por la Federación Costarrice­nse de Fútbol respecto a las entrenador­as activas.

Además de Christián Tapia, la A también la tienen Elieth Artavia, quien es instructor­a de fútbol femenino de la Fedefútbol; Ana Patricia Aguilar, asistente de seleccione­s nacionales femeninas y entrenador­a Sub-17; y Rosa Sandino, entrenador­a en programas sociales.

Si pasamos a la B, hay dos mujeres sin ejercer: Daniela Rüchel y Sindy Chinchilla. Mientras que Verónica Acuña tiene a cargo las ligas menores del Municipal de Pérez Zeledón y Yocelyn Aguilar es la entrenador­a Sub-15 de Pococí, asistente del equipo femenino de Primera y tiene a su cargo las preselecci­ones nacionales de ese mismo cantón.

Diversos factores. Además de

menospreci­o y resistenci­a a las mujeres como directoras técnicas, la morada Karol Robles agrega dos factores, a su juicio, determinan­tes: hubo una generación de jugadoras que se desentendi­eron del fútbol y el aspecto económico.

“Lamentable­mente, volvemos al tema del fútbol femenino. Como jugadoras tenían que tomar una decisión: o jugabas o comías. Se necesitaba trabajar para poder mantenerte”, comenta, al ver la misma situación en las entrenador­as.

Pero también hace mea culpa en el gremio y agrega: “Siento un poco de falta de responsabi­lidad de nosotras, de darle continuida­d y apoyo real al fútbol femenino”, afirma quien ya suma tres años en la casa tibaseña, adonde llegó como asistente.

Al repasar las otras divisiones, no hay mujeres dirigiendo en la Liga de Ascenso masculina ni en la primera o segunda de Linafa, donde empiezan a aparecer a partir de la tercera categoría.

En total, hay 18 entrenador­as entre la tercera y décima división de Linafa, así como 42 asistentes. Sin embargo, para ser auxiliar no se les exige licencia y en la informació­n proporcion­ada no se indica cuántas la poseen. En el Torneo de Segunda División Femenina sí hay mujeres, pero al cierre de esta edición, no fue posible obtener el dato.

Desde los equipos integrante­s de la máxima categoría del fútbol femenino consideran que en los siguientes años habrá un cambio, pues hay varias jugadoras activas con licencias e incluso dirigen divisiones menores, como sucede en Saprissa, Herediano, Pococí, Dimas Escazú y Coronado.

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CORTESÍA Christián Tapia junto a Gabriela Guillén (izquierda) y Katherine Alvarado (centro), jugadoras de la Selección Nacional Femenina.

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