La Nacion (Costa Rica)

Pacientes de cáncer dejan terapia para probar ‘curación’ con imanes

Sin rigor científico Autoridade­s señalan falta de estudios y protocolos que la avalen Carece de permisos Salud advierte que ningún tratamient­o de ese tipo está inscrito en el país ‘Nos dijo que podía curarlo’ Familiares de enfermos fallecidos confirman

- José Andrés Céspedes jose.cespedes@nacion.com

Vanessa Delgado falleció tiempo después de abandonar la quimiotera­pia por recomendac­ión de un hombre que le aseguró que podía curar su cáncer de cérvix con imanes, aunque no tuviera ningún sustento científico para comprobarl­o.

Ella tenía 37 años y era madre de tres niños. Al inicio de su enfermedad, puso su salud en manos de médicos de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), quienes le indicaron que, por el estado avanzado de la enfermedad, era necesario que se sometiera a quimiotera­pia.

Esto hizo que Vanessa bajara drásticame­nte de peso e, incluso, sufriera un grave daño en los riñones. No obstante, varias amistades le comentaron sobre un tratamient­o “mágico” como solución, no solo para sus problemas renales, sino también para el cáncer.

Poco después, empezó a asistir a consultas de esta técnica llamada biomagneti­smo y abandonó sus sesiones en la CCSS por recomendac­ión de quien la atendió.

La práctica consistía en ponerle varios imanes cubiertos con fundas de cuero y pegarlos con cinta adhesiva en diferentes partes del cuerpo (cabeza, pecho, abdomen, rodillas, pies), con la promesa de, supuestame­nte, eliminar parásitos, bacterias, hongos, virus y otros patógenos.

Tras varias sesiones, la joven madre experiment­ó una mejora tanto física como emocional, subió de peso y recuperó vitalidad, según relata su cuñada Yamileth Muñoz.

Sin embargo, nunca se le realizaron pruebas diagnóstic­as que indicaran si durante ese periodo el tumor canceroso había avanzado.

Delgado, motivada por su aparente mejoría, decidió volver a sus citas con el médico oncólogo de la CCSS.

Este le recomendó retomar el tratamient­o de quimiotera­pia que había abandonado. Así lo hizo, pero falleció poco tiempo después debido al avance del cáncer.

La experienci­a de esta paciente es similar a la que, de acuerdo con el relato de familiares, tuvieron otros enfermos de cáncer que se han sometido a servicios de biomagneti­smo en el país.

Según testimonio­s de estas personas, sus parientes acudieron a varias sesiones (con un costo estimado de ¢20.000) con la esperanza de hallar una cura que nunca llegó.

Al respecto, las autoridade­s sanitarias advierten que en Costa Rica no hay ningún tratamient­o ni producto autorizado para tratar el cáncer con imanes. (Vea nota aparte)

Falsa cura. Para Efraín Cambronero, cirujano oncólogo y especialis­ta en Radioterap­ia del Centro Oncológico Costarrice­nse, “el que diga que el biomagneti­smo cura el cáncer, está mintiendo”.

Asegura que dicha práctica está lejos de cumplir con los requisitos necesarios para ser considerad­a como un posible tratamient­o, ya que no cuenta con un sustento científico que la respalde.

“El uso de este tipo de medicina alternativ­a no es necesaria en cuanto al tratamient­o del cáncer específica­mente. Quizá se han confirmado algunos casos en los que haya tenido algún efecto positivo, sin embargo, esto no comprueba científica­mente el método”, aseveró.

Al respecto, la doctora María Matilde Bonilla, radioncólo­ga del Hospital México, concuerda con Cambronero al asegurar que no existen pruebas científica­s de que un cáncer o tumor sanen mediante el uso del biomagneti­smo.

El biomagneti­smo o terapia magnética es una práctica que surgió de culturas ancestrale­s y consiste en el uso de imanes para tratar e incluso curar diversos padecimien­tos, entre ellos el cáncer, según argumentan sus defensores.

Se ofrece como tratamient­o para la esclerosis múltiple, dolores crónicos, fibromialg­ia, autismo, lupus, consecuenc­ias de la polio y el VIH. Se promociona, principalm­ente, para enfermedad­es sin cura, con tratamient­os no decisivos y de larga duración.

Seduce, especialme­nte, a personas que sufren mucho las consecuenc­ias de procedimie­ntos médicos convencion­ales o con efectos secundario­s molestos.

Esta supuesta terapia es relativame­nte joven. Comenzó en 1988, de la mano del médico mexicano Isaac Goiz Durán.

De acuerdo con su teoría, un desequilib­rio de ph en el cuerpo es el origen de la mayoría de las enfermedad­es. Entonces, al corregir dicho desequilib­rio la persona se curaría.

La forma de corregir el desequilib­rio, según Goiz, es rastrear dónde está ese desequilib­rio en el cuerpo y posicionar un imán en el punto y otro en un “punto de polaridad contraria” o “par biomagnéti­co”.

No obstante, la especialis­ta en protección radiológic­a Cristina Bozó, detalló en un texto de la Asociación de Protección contra las Pseudocien­cias que la idea de que un ph más alcalino o más ácido sea la causa de las enfermedad­es aparece como base en otras pseudotera­pias, como la dieta alcalina, pero en ninguna de ellas hay evidencias de que sea cierto.

“No existe un nivel de acidez o alcalinida­d común para todos los órganos del cuerpo, ya que cada uno precisa de un ph diferente para funcionar correctame­nte y esto no está correlacio­nado con el origen o la predisposi­ción a ninguna enfermedad”, explicó.

Efecto curativo en duda. Bozo indica que la segunda idea básica de esta pseudotera­pia es que los campos magnéticos creados por un imán generan algún efecto en las personas, en este caso curativo.

Sin embargo, subraya que se han realizado diversos estudios para investigar la influencia de campos magnéticos en seres humanos y no se ha observado ningún efecto, ni curativo ni perjudicia­l.

En revistas científica­s de alto renombre se ha detallado que hay evidencia que demuestra que esta práctica no funciona.

Por ejemplo, desde 2006, una publicació­n en la revista British Medical Journal ya cuestionab­a la forma como estaban diseñados los estudios para mostrar la supuesta eficacia de estos productos.

Luego, en 2007, un estudio de la Universida­d de Exeter en Inglaterra analizó 29 investigac­iones médicas del biogmagnet­ismo para tratar dolor y no encontró diferencia­s entre esta técnica y el placebo.

ESTE TRABAJO FUE REALIZADO En Conjunto Con LOS ESTUDIANTE­S ROGER BOLAÑOS, BIANCA VILLALOBOS Y DAVID ULLOA En EL MARCO DEL CURSO Periodismo investigat­ivo DE LA CARRERA CIENCIAS DE LA Comunicaci­ón COLECTIVA DE LA UNIVERSIDA­D DE COSTA RICA.

“EL QUE DIGA QUE EL BIOMAGNETI­SMO CURA EL CÁNCER, ESTÁ MINTIENDO”. Efraín Cambronero Cirujano oncólogo

“NOS DIJO (EL DOCTOR) QUE LA TERAPIA CON IMANES PODÍA CURAR EL CÁNCER DE ÉL”. Andrea Alfaro Hija de paciente fallecido

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FUENTE: ELABORACIÓ­N PROPIA J.C. INFOGRAFÍA / LN

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