Autoridades médicas niegan efectividad del biomagnetismo
››Práctica de medicina alternativa podría tener consecuencias legales
Al igual que distintos especialistas en el área médica, tanto el Ministerio de Salud como el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica desconocen el tratamiento con imanes como un método efectivo para curar el cáncer.
Salud asegura que en sus registros no se encuentra inscrito ningún medicamento o procedimiento basado en imanes para el tratamiento del cáncer, por lo que no hay licencias para que clínicas privadas trabajen bajo esta figura.
El Colegio de Médicos y Cirujanos, por su parte, sostiene que hasta este momento no ha tenido conocimiento de la existencia de protocolos y estudios clínicos que validen esta práctica. No obstante, tampoco se pronuncia en contra de ella.
La institución solo recomienda el uso de terapias y procedimientos basados en la evidencia y que cuenten con la aprobación de organismos internacionales como la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Las autoridades sanitarias señalan que cualquier persona que desee registrar un tratamiento en el país puede hacerlo, siempre que presente estudios preclínicos y clínicos que demuestren su seguridad y eficacia.
El doctor Allan Cerna, médico especialista en epidemiología, egresado de la Universidad de Costa Rica (UCR) e incorporado al Colegio de Médicos, es uno de los pocos profesionales ticos de la salud que validan el biomagnetismo.
Cerna alega que la terapia magnética sí tiene cualidades curativas, pero que debe ser aplicada por personas con profundo conocimiento médico, debido a que “hay conceptos claves sobre bioquímica y química electromagnética que no cualquier persona maneja”.
El médico destaca que el cáncer debe ser tratado, únicamente, con la radio o quimioterapia, y nunca combinarlo con la terapia de imanes, ya que esta podría interferir en la efectividad de dicho tratamiento y causar efectos no deseados en las personas.
Una biomagnetista de apellido Pérez consultada para esta investigación, destacó que no es posible aplicar el tratamiento con imanes a personas que estén recibiendo quimioterapia o radioterapia, pues la combinación con estas puede ser letal.
“A una persona que pasa por biomagnetismo y le ponen radioterapia, le pueden llegar a quemar la zona del cuerpo donde se aplica, porque ya no hay nada malo porque ya el biomagnetismo lo limpió. Si le ponen quimioterapia, la persona puede llegar a morir. Ya han pasado casos”, explicó.
Una vecina de Río Cuarto que fue atendida por el padre de esta biomagnetista, afirmó a La Nación que le cobraron ¢20.000 por cada sesión de 25 minutos y que primero le recomendaron ir cada 15 días, luego cada 22 días y después cada mes.
La paciente dijo que ha notado que la mayoría de clientes paga por medio de Sinpe Móvil o en efectivo. Además, comenta que los trabajadores de este negocio familiar le aseguraron que la pseudoterapia quita la covid-19, aunque esto no se haya comprobado.
Fallido tratamiento. Otro de los pacientes atendido por Pérez se llamaba Carlos Luis Alfaro y padecía cáncer de garganta. Él desistió de la medicina convencional para someterse a la pseudoterapia, según comentó su hija Andrea Alfaro.
Carlos empezó a asistir a las consultas por recomendación de un amigo de la familia. Andrea afirmó que su padre perdió la voz de forma irreversible durante la quimioterapia, aspecto que también lo motivó a probar el biomagnetismo.
“Nos dijo que la terapia con imanes podía curar el cáncer de él. De hecho, desde la primera sesión nos dijo que no existían células cancerígenas, y que entonces la radio o quimio más bien harían efecto sobre tejido sano”, mencionó la hija.
Desde la primera sesión con imanes, el tumor de Carlos continuó creciendo, según dijo Andrea, quien se preocupó por la efectividad que podía tener el tratamiento.
Tiempo después, su padre falleció debido al cáncer, según relató la mujer.
Casos como los de Vanessa y Carlos Luis evidencian la existencia de personas que han dejado de lado la medicina convencional, como la radioterapia o quimioterapia, para someterse a prácticas sin sustento científico como el biomagnetismo.
Consecuencias legales. El especialista en derecho penal, Carlos Tiffer Sotomayor, afirma que algunas de las conductas que realizan las personas que ofrecen medicinas alternativas pueden llegar a tener repercusiones legales en caso de ser denunciadas o que se confirmen acciones en perjuicio de la salud de un paciente.
Tiffer asegura que quien se presente ante la sociedad como médico sin estar colegiado y sin contar con un título académico válido que lo acredite como tal, se expone a ser acusado del delito de ejercicio ilegal de la profesión, tipificado en el artículo 315 del Código Penal de Costa Rica.
De acuerdo a este artículo, “será reprimido con prisión de tres meses a dos años, al que ejerciere una profesión para la que se requiere una habilitación especial sin haber obtenido la autorización correspondiente”.
Asimismo, si se llegara a comprobar que por incitar a una persona a evitar someterse a la radioterapia o quimioterapia se causó la muerte de esta, el o la responsable estaría cometiendo un delito de homicidio y se expondría a una pena de prisión de 12 a 18 años.
Como última consecuencia legal, Tiffer asegura que si el fin último de quien aplica el biomagnetismo es lucrar a costa de poner en riesgo la vida del paciente, el responsable estaría cometiendo un delito de estafa, tipificado en el artículo 216 del Código Penal.
Este delito puede ser castigado con prisión de dos meses hasta diez años, dependiendo del monto defraudado.
La Fiscalía indicó que las estadísticas por delitos de ejercicio ilegal de la profesión, homicidio y estafa no detallan la modalidad delictiva, por lo que no es posible determinar si se han presentado denuncias relacionadas con el ejercicio del biomagnetismo.
Por su parte, el Colegio de Médicos y Cirujanos confirmó que no se encuentra vigente ninguna investigación o denuncia sobre alguna persona o negocio que realice esta práctica en el país.