‘Investiguen sobre el mar y no dejen el chaleco salvavidas’
Elisio naranjo matamoros conversó con ‘La nación’ vía telefónica y describió a su hija como una persona muy humana y amable
“El suceso imprevisto nos acaece a todos”, esa frase es un extracto de Eclesiastés 9:11 y fue la que utilizó Elisio Arturo Naranjo Matamoros antes de dar tres consejos a las personas que salen a navegar al mar.
Hace menos de un mes, el pasado 8 de agosto, su hija Ligia Eugenia Naranjo Delgado falleció ahogada en Golfito, Puntarenas.
Ella, junto con su esposo Francisco Javier Montero Brenes, y dos amigos más, salieron a pescar al golfo Dulce y, por motivos que aún se desconocen, la lancha en la que viajaban apareció semihundida un día después. Todos murieron y ninguno se puso el chaleco salvavidas.
El padre de esta mujer, de 41 años y quien trabajaba en la Municipalidad de Coto Brus, conversó con La Nación y recordó a su hija como una persona “muy humana, amable, abordable y caracterizada por su sonrisa permanente”.
Nos brindaba apoyo físico, apoyo moral, apoyo espiritual, apoyo emocional y apoyo económico”.
––¿A qué se dedicaba Ligia? —Como testigo de Jehová ella apartaba tiempo para llenar sus necesidades espirituales, para compartir con otras personas lo que aprendió de la Biblia, compartir con su esposo y salir a pasear cuando era posible, le gustaba salir de aquí, del país.
––¿Cómo era la relación que ella tenía con ustedes (sus padres)?
—La relación era la que cualquier padre desea tener con sus hijos, con una excelente y constante comunicación. Además, nos brindaba apoyo físico, apoyo moral, apoyo espiritual, apoyo emocional y apoyo económico.
––¿Durante el tiempo de la pandemia pudieron compartir con ella?
—Con frecuencia, constantemente. Nosotros somos el matrimonio y dos hijas, entonces nuestra burbuja era esa, mis dos hijas y un nieto.
”Compartimos mucho porque vivimos a muy corta distancia, unos 300 metros, entonces nos visitábamos.
”También, nos reuníamos por Zoom para esto del alimento espiritual que recibimos a través de la organización de nosotros”.
––¿El paseo que ella hizo lo tenía planeado desde hace mucho?
—No es un paseo que requiera de mucho planeamiento, pero el esposo era muy hábil en cuestión de pintura y estas cosas, entonces él pasó como un mes pintando el bote, arreglándolo y haciéndole detalles para tenerlo bien bonito ese día, más o menos lo conversaron y lo planearon todo como en un mes.
––¿Cómo se enteran ustedes del accidente?
—Ella murió, según lo que describe el OIJ (Organismo de
Investigación Judicial), a eso de las 7 p. m. del sábado y nosotros nos dimos cuenta el domingo después del mediodía.
”El sábado nosotros estuvimos reunidos, tuvimos una reunión de nuestra actividad espiritual, entonces no vimos noticias y ya el domingo vinieron y nos avisaron”.
––¿Qué consejos les da a las personas que salen a navegar en el mar?
—Voy a empezar diciendo algo de un escritor muy sabio, “el suceso imprevisto nos acaece a todos”.
”Entonces aún y cuando eso es así, es una ley, el consejo que podemos darle es que primero que nada que pregunten e investiguen con los lugareños el comportamiento del mar, las corrientes, mareas, rocas escondidas, todo eso, la desembocadura de ríos que arrastran árboles.
”Después, que nunca, por ningún motivo, dejen el chaleco salvavidas a un lado, pónganselo aunque estén pescando y haga calor.
”Y, finalmente, si no tienen experiencia, por favor, no se aventuren a que se les haga de noche en el mar”.