OMS da 4 recomendaciones para reabrir actividades y frenar virus
››Expertos señalan que cumplimiento es clave en nueva normalidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio cuatro recomendaciones a gobiernos, sistemas de salud y a personas para ser aplicadas en la fase de reabrir actividades y así mitigar los efectos de la covid-19.
Para controlar la transmisión y tener mayor control sobre la enfermedad, la OMS recalca que es fundamental cumplir lo siguiente: 1- Prevenir la diseminación
del virus. Ya que se transmite de forma muy eficiente en eventos masivos.
“En algunos países se han visto brotes ligados a actividades en lugares como estadios, iglesias, centros nocturnos y otros sitios donde se reúne una mayor cantidad de personas”, expresó Adhanom Ghebreyesus, director del ente.
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 para la OMS, señala que “este virus es muy hábil, si ingresa en un lugar con una gran cantidad de personas, va diseminarse y será más difícil de mantener el control”.
En lugares donde hay transmisión baja por clústeres o solo casos aislados sí se pueden realizar actividades de este tipo con aforos disminuidos.
“Hemos visto salidas muy creativas a eventos. Por ejemplo, un DJ que ponga música que las personas escuchan sin salir de su carro y con el
compromiso de que no pueden abandonar su vehículo, si deben ir al baño, utilizan su mascarilla”, ejemplificó Van Kerkhove.
2- Proteger a los más vulnerables. Una de las formas de reducir más muertes y alivianar la presión sobre el sistema de salud es proteger a los grupos más vulnerables y que podrían enfrentar mayores complicaciones y mayor riesgo de mortalidad.
Adultos mayores, personas con problemas inmunitarios, aquellos con más de una enfermedad crónica como males respiratorios o cardíacos, hipertensión, diabetes u obesidad deben tener menos exposición a espacios cerrados, a aglomeraciones y, en el ideal de los casos, deben trabajar desde su hogar y limitar sus salidas.
También se habla de cuidar al personal de salud responsable de atender la emergencia. Esto se consigue dando el equipo de protección, pero también dotando a las personas de capacitación necesaria y el tiempo de descanso suficiente para aguantar las jornadas laborales. 3- Hacer nuestra tarea. Cada persona debe tomar su papel para evitar infectarse e infectar a otros.
Lo primero, según especialistas, implica conocer nuestro estado de salud y saber si tenemos factores de riesgo que puedan representar un mayor riesgo: enfermedades respiratorias o cardíacas, ser adulto mayor, tener obesidad, hipertensión o diabetes (especialmente cuando estas dos no están controladas) son factores de riesgo.
El tener una o más de estas condiciones no necesariamente quiere decir que la persona se complicará, pero sí aumenta las posibilidades.
Otras sugerencias incluyen el mantenerse a 1,8 metros de distancia de personas que no son parte de nuestro núcleo familiar, utilizar mascarilla cuando no pueda aplicarse esa distancia y lavarse las manos constantemente; el alcohol en gel es un “plan B” si no hay agua y jabón a mano.
También hay que evitar tres cosas: espacios cerrados, contactos muy cercanos con personas con quienes no convivamos y aglomeraciones.
“La nueva normalidad incluye el distanciamiento físico y cosas que debemos hacer para mantenernos protegidos de infectar y de infectar a los demás. Esto es nuestra responsabilidad”, enfatizó Van Kerkhove.
4- Pruebas, contactos y aislamiento. Este punto va dirigido a los gobiernos y sistemas de salud: estos deben tomar acciones para encontrar, aislar y realizarle pruebas a las personas sospechosas de tener la enfermedad. Además, deben rastrear a quienes tuvieron contactos cercanos con los casos confirmados y ponerlos bajo cuarentena.
En Costa Rica, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) indicó que se tomaron acciones para procesar 4.500 pruebas diarias.
El consejo de la OMS es que el 10% de las pruebas sean positivas, de lo contrario, se sugiere hacer más. De momento, en nuestro país se supera el el 35% de pruebas positivas, y hay momentos en los que se ha estado cercano al 47%.
“Es la forma en la que podemos saber con una mayor precisión cómo se encuentra el virus y detener la transmisión lo más posible. Aun cuando el virus esté bajo control no se irá y se darán infecciones, por esta razón debemos estar vigilantes para que la enfermedad se transmita lo menos posible .
”A menor transmisión, menores casos se complican y requerirán hospitalización y el riesgo de muerte será menor”, concluyó Van Kerkhove.