Presidente culto
El primer párrafo del excelente editorial de La Nación del 30 de agosto me parece una clara referencia al artículo de Jacques Sagot, aparecido un día antes en este diario, en el cual hace una hiriente crítica al muy merecido fin de semana que el presidente, Carlos Alvarado, pasó en Guanacaste.
En un concierto de la Sinfónica Nacional, el año pasado, el presidente estaba presente y fue saludado con grandes aplausos. Contrario a lo que dice Sagot, el mandatario sí ocupa el palco presidencial del Teatro Nacional.
Sagot cita en su artículo numerosos escritores y filósofos, pero yo le recomiendo acudir a algo más práctico, como es Google, y buscar el nombre de Carlos Alvarado. Ahí se dará cuenta de los impecables antecedentes académicos de nuestro joven presidente. En cuanto a su cultura, en un artículo del laureado escritor Sergio Ramírez, que leí en el El País de España y fue publicado también en La Nación, el autor de Margarita, está linda la mar aseguró que solo una nación democrática como Cosa Rica puede tener un presidente con el intelecto de Carlos
Alvarado.
Lo que Sagot menciona en su artículo, que “la canalla se ha encaramado en el poder”, es inaceptable. Un costarricense ecuánime reconocerá que en estos tiempos tan críticos de pandemia, nuestro gobierno nunca pudo estar en mejores manos.
Álvaro Chaves Núñez escazú