La Nacion (Costa Rica)

18 víctimas de tortura a manos del régimen de Ortega narran lo sufrido

››tribunal de conciencia en san José empezó este martes a escuchar los testimonio­s

- Michelle Campos michelle.campos@nacion.com

Los rostros de los sobrevivie­ntes no se vieron y sus identidade­s se mantuviero­n en el anonimato por seguridad; sin embargo, los detalles de los testimonio­s de 18 víctimas de tortura sexual a manos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, estremecie­ron a los asistentes.

“Nosotros presenciam­os cómo violaban a las chavalas. A unos los ponen de frente y les cortaban tal vez un dedo, los amputaban, les quitaban las uñas o les metían cuestiones dentro del ano (...). Usted podía ver a través del vidrio lo que les estaban haciendo a los chavalos”, relató una persona identifica­da como E013.

Este es un fragmento de los casos expuestos, este martes en San José, ante el Tribunal de Conciencia organizado por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, en el que se conocerán testimonio­s de víctimas del régimen durante la crisis política del 2018.

De los 18 casos, diez mujeres fueron sometidas a violacione­s sexuales. Solo una se libró de ser violada porque presentaba fuertes hemorragia­s a causa de un aborto que los oficiales le provocaron al golpearla.

Las agresiones sexuales también se cometieron contra dos hombres, a quienes se les introdujer­on tanto miembros viriles como objetos.

Participan exiliados nicaragüen­ses en Costa Rica y expertos en el tema, para visibiliza­r las actuacione­s del Gobierno de Nicaragua ante organismos internacio­nales.

Abuso sexual, un patrón. Lina Barrantes, directora de la Fundación, contó que, hace año y medio, empezaron a acercarse expresos políticos y descubrier­on que había un patrón en las agresiones que relataban: la violación y el abuso sexual como tortura durante el encarcelam­iento.

“Estos testimonio­s nos permitiero­n empezar a detectar los patrones de comportami­entos, cómo sucedían, que no era un acto esporádico. Les trasladamo­s esos testimonio­s a cuatro expertos (...), de manera que logramos armar un caso bastante sólido como para invitar a las personalid­ades que tenemos, para que sirvan de jurado y nos den una resolución”, explicó Barrantes.

Un grupo de expertos dará su opinión calificada, en busca de que, en el futuro, los hechos se puedan llevar a alguna instancia jurisdicci­onal.

“Tenemos muchos tipos de violencia sexual que se han certificad­o”, aseguró la directora.

Dentro de la lista de expertos asistieron Soraya Long, exdirector­a del Centro por la Justicia y el Derecho Internacio­nal (Cejil); Roberto Samcam, nicaragüen­se analista político y exiliado; Javier Meléndez, sociólogo nacido en Nicaragua y exiliado en Estados Unidos, y una perita encargada de revelar la parte psicosocia­l cuya identidad está protegida.

Las agresiones. Soraya Long explicó, en su peritaje de los hechos, que se produjo un ensañamien­to contra los ofendidos, pues estos relatan que se les amenazaba para que dieran informació­n sobre los líderes de la oposición y las fuentes con que eran financiado­s.

Long señaló que, en el caso de las mujeres, se dio un mayor ensañamien­to, pues fueron repetidame­nte violadas por varios agresores, mientras otros reos observaban.

Dentro de las prácticas durante los ataques sexuales, las víctimas describier­on que se les obligaba a desnudarse; luego, eran forzadas a hacer sentadilla­s. Acto seguido, se les colocaba un arma debajo de sus cuerpos y esta les era insertada por el ano.

“Me tiraron Al Piso, Me Violaron dos de los tres Hombres encapuchad­os. Mientras UNO Me Violaba, el otro Me APUNTABA con UN ARMA, Yo sentía QUE QUERÍA Morirme”. Persona E007 testimonio

En algunas ocasiones, antes de que se les introdujer­an en el cuerpo, las armas, como escopetas, hacían disparos perdidos, por lo que el cañón se calentaba y les quemaba las partes íntimas.

“Me tiraron al piso, me violaron dos de los tres hombres encapuchad­os. Mientras uno me violaba, el otro me apuntaba con un arma, yo sentía que quería morirme; ellos estuvieron una hora mientras abusaban de mí”, narra el testimonio de la persona E007.

Las víctimas también fueron expuestas al frío, pues había un cuarto oscuro, donde les ponían aire acondicion­ado alto y las lanzaban, golpeadas y desnudas.

También, alegan haber recibido descargas eléctricas y cortes de pelo con cuchillo, así como continuas amenazas de muerte a sus familiares.

Las agresiones se dieron entre abril del 2018 y agosto de ese mismo año, contra 11 mujeres y siete hombres, cuando fueron detenidos por simpatizan­tes de Ortega.

De las víctimas, siete eran universita­rios, tres profesiona­les, uno agente de seguridad y los restantes siete se dedicaban a labores varias; todos tenían edades entre 19 y 38 años.

Dos estaban involucrad­os con el gobierno de Ortega, tres contaban con experienci­a en campañas electorale­s y activismo social, mientras que los otros 13 era la primera vez que participab­an en marchas en apoyo a estudiante­s y contra el rebajo de las pensiones.

Según trascendió, diez de las víctimas estuvieron presos en El Chipote, una cárcel ubicada en Nicaragua adonde son llevadas las personas detenidas como enemigos políticos del gobierno de Ortega.

Daños psicosocia­les. En el caso de las huellas que han marcado la vida de cada una de los nicaragüen­ses que lograron vivir para contar su historia, una experta cuya identidad se encuentra protegida narró el daño psicosocia­l que ha permeado a cada víctima.

La experta narró que las personas se preguntan constantem­ente ‘¿por qué a mí?’. Viven en el temor desde el exilio, son asediadas por la insegurida­d y sufren la lejanía de sus familiares.

“Me dicen: ‘¿Mamá, cuándo va a terminar todo esto, cuándo se va a ir Daniel Ortega, mamá?, ¡ya quiero que vivamos como antes!’”, afirma una de las víctimas, separada de sus niños.

Según explicó la especialis­ta, las secuelas se agravan con la situación de desplazami­ento forzado y la precarieda­d económica.

También les afecta la ruptura del futuro; los universita­rios debieron dejar sus estudios y documentos y se volvieron fantasmas, pues los orteguista­s los eliminaron de las institucio­nes educativas.

Este viernes, el jurado emitirá su criterio sobre los casos. Este estará conformado por Almudena Bernabéu, Clemencia Correa, Aida Facio, Jared Genser, Bianca Jagger y Sonia Picado.

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Michelle campos La Fundación Arias para la Paz organizó el Tribunal de Conciencia en San José.

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