Dirigente opositora de Bielorrusia detenida en frontera con Ucrania
››Autoridades de Ucrania dicen que líder se resistió a una expulsión forzada
MINSK. AFP. Bielorrusia afirmó este martes que arrestó a la opositora María Kolésnikova, una de las líderes de la protesta contra el presidente Alexander Lukashenko, cuando huía del país, pero la vecina Ucrania y sus colegas aseguraron que en realidad se trató de un intento fallido de exilio forzado.
Lukashenko sostuvo que Kolésnikova había sido arrojada desde un vehículo “en marcha” por otros dos opositores cuando huían hacia la vecina Ucrania, y agregó que negoció con Kiev la entrega de los tres.
Las autoridades ucranianas desmintieron esta versión de los hechos y explicaron que Kolésnikova se había resistido a su expulsión forzada de Bielorrusia y la Policía la detuvo ante la imposibilidad de echarla del país.
“Kolésnikova está actualmente detenida”, afirmó el vocero de la guardia fronteriza, Anton Bytchkovski, sobre la última de las tres figuras de la oposición durante la campaña presidencial que todavía seguía en Bielorrusia.
Las otras dos, la candidata Svetlana Tijanóvskaya y Veronika Tsepkalo, tuvieron que exiliarse.
Según Bytchkovski, otros dos miembros del Consejo de Coordinación de la Oposición, Antón Rodnenkov e Iván Kravtsov, cruzaron la frontera y se encuentran en
Ucrania.
Ante la prensa este martes por la tarde, en Kiev, Rodnenkov dijo que las autoridades intentaron expulsar por la fuerza a Kolésnikova, quien se negó y rompió su pasaporte antes de ser detenida.
La opositora “fue obligada a subir al asiento de atrás de un vehículo y gritaba que no iría a ninguna parte”. “Rompió su pasaporte y después salió por la ventana del coche antes de dirigirse a la frontera bielorrusa”, declaró.
Los guardias fronterizos bielorrusos rechazaron, sin embargo, estas acusaciones y dijeron en un comunicado que los opositores, al salir de Bielorrusia en automóvil, se dirigieron a toda velocidad hacia la frontera “poniendo en peligro a los soldados del servicio de guardia fronterizo”.
‘Mi pueblo necesita ayuda’. En una entrevista concedida a varios medios públicos rusos y que será difundida posteriormente, Lukashenko aseguró que “si Bielorrusia cae, la próxima será Rusia”.
“Si Lukashenko se derrumba, todo el sistema se derrumbará, seguido de todo Bielorrusia”, añadió.
Tras haber acusado a Rusia durante la campaña electoral de querer apartarlo por su negativa a someterse a las ambiciones de Moscú, Lukashenko dio un giro de 180 grados, pidiendo el apoyo ruso ante el movimiento de protesta inédito desde su llegada al poder en 1994. Ahora denuncia un complot occidental contra su país.
Kolésnikova, de 38 años, desapareció el lunes en Minsk, “secuestrada”, según sus partidarios, y fue puesta en un vehículo contra su voluntad.
Tijanóvskaya, exiliada en Lituania, pidió su liberación inmediata y denunció una “situación absolutamente inaceptable” en Bielorrusia.
“Esta no puede ser la norma en Europa, ni en un mundo civilizado”, dijo en una intervención por videoconferencia ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. “Mi pueblo, mi nación, necesita ayuda”, dijo Tijanóvskaya.
Por su parte, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que espera que la situación de Kolésnikova “se aclare pronto”.
Muchos opositores, ya sean o no miembros del Consejo de Coordinación, se vieron obligados al exilio o fueron encarcelados en las últimas semanas. Las autoridades iniciaron acciones legales contra este organismo por “amenaza a la seguridad nacional”.
Peligro real. Desde hace un mes, las manifestaciones semanales reunieron a más de 100.000 personas todos los domingos en Minsk, capital de Bielorrusia, para denunciar la reelección del jefe de Estado, considerada fraudulenta, el 9 de agosto pasado con el 80% de los votos, frente a Svetlana Tijanóvskaya.
El gobierno bielorruso ya recurrió en el pasado al exilio forzado para alejar a sus detractores. Tijanóvskaya se fue a Lituania inmediatamente después de las elecciones, según sus partidarios, luego de sufrir presiones.