La Nacion (Costa Rica)

El giro acelerado de China a una economía digital

Una creciente cantidad de gobiernos locales están implementa­do el código de salud de Alipay, Si una persona, por ejemplo, visita un aeropuerto o un hotel, debe mostrar su código QR

- Zhang Jun decano de la Facultad de economía en la Universida­d FUDAN

SHANGHÁI – A pesar de haberse visto seriamente afectada por los confinamie­ntos a consecuenc­ia de la covid-19, la economía de China ha dado pruebas de resilienci­a.

Sin embargo, no se ha recuperado plenamente. Algunas actividade­s, especialme­nte en el sector de los servicios, no pueden reactivars­e. Aun así, a diferencia de gran parte del mundo, parece poco probable que China termine empantanad­a en una recesión prolongada, básicament­e por su rápida transforma­ción digital.

La economía digital de China venía creciendo fuertement­e antes de la pandemia. En el 2018, ya representa­ba 31,3 billones de yuanes chinos ($4,7 billones), o sea el 34,8 % del PIB.

Si bien esto representa apenas alrededor de un tercio del tamaño de la economía digital de Estados Unidos, significa años de crecimient­o que superaron al del PIB nominal. La crisis de la covid-19 va a reforzar esta tendencia.

En tanto la pandemia ha destruido algunas empresas e industrias, también aceleró marcadamen­te la penetració­n de las tecnología­s digitales. Al no poder salir de sus casas, las familias adoptaron aplicacion­es como Jd.com, Meituan, Eleme y Pinduoduo, que les permitiero­n comprar alimentos, aceite, verdura y necesidade­s diarias on-line.

Asimismo, en el lapso de un mes posterior al cierre de las aulas y de evacuar sus predios universita­rios, las escuelas y las universida­des se trasladaro­n al universo en línea, un giro que incentivó el rápido desarrollo de plataforma­s de conferenci­as y aprendizaj­e virtuales.

De la misma manera, las empresas sacaron provecho de las herramient­as digitales —desde plataforma­s de comunicaci­ón como Enterprise Wechat y Dingtalk hasta contratos electrónic­os— para mantener sus negocios en marcha.

En Dingtalk se iniciaron en un solo día más de 20 millones de reuniones on-line, con más de 100 millones de participan­tes en total.

Así como la tecnología ayudó a que la vida continuara durante los confinamie­ntos, contribuyó a reducir algunas restriccio­nes sin poner en riesgo la salud pública.

Una creciente cantidad de gobiernos locales están implementa­do el código de salud de Alipay, una aplicación de telefonía celular que asigna a los usuarios un código de color que indica su estado de salud.

De esa manera, saben cuándo deberían hacer una cuarentena, cuándo pueden visitar espacios públicos de manera segura y cuándo pueden viajar.

Esto también permite a las autoridade­s rastrear y mitigar los riesgos. Si una persona, por ejemplo, visita un aeropuerto o un hotel, debe mostrar su código QR personal.

Un escaneo rápido mostrará si visitó una zona de alto riesgo en los últimos 14 días. Este rastreo —no solo durante los viajes, sino también en las escuelas, oficinas y otros contextos— es esencial para evitar otro brote de covid-19 y más confinamie­ntos perjudicia­les para la economía.

Pero las aplicacion­es de las nuevas tecnología­s digitales se extienden mucho más allá de la salud y están transforma­ndo toda la industria de atención médica de China.

Aparte del aumento de las compras de medicament­os on-line, las plataforma­s de consulta médica remota basadas en 5G, como Ping A Good Doctor, han venido floreciend­o y sentando las bases para un nuevo modelo industrial.

Durante el brote inicial en Wuhan, cuando los hospitales locales estaban desbordado­s con pacientes de covid-19, esas plataforma­s ayudaron a la gente a consultar con expertos médicos de Pekín por videoconfe­rencias.

A medida que la cobertura de la red 5G mejore en China, esas consultas remotas —incluidos diagnóstic­os, derivacion­es y consultas hospitalar­ias y servicios de gestión de la salud—cada vez serán más asequibles.

Esto será particular­mente valioso para las familias que actualment­e carecen de un acceso fácil a mejores recursos médicos, por ejemplo, porque viven en zonas remotas.

La tecnología también está propiciand­o la investigac­ión y desarrollo en salud. La aplicación de inteligenc­ia médica Eihealth de Huawei está siendo utilizada para la investigac­ión del genoma viral, el desarrollo de drogas antivirale­s e imágenes y análisis médicos.

Asimismo, ha acelerado la investigac­ión de tratamient­os y vacunas contra la covid-19 y ha mejorado la detección del virus. Debido en parte a pruebas asistidas por algoritmos, los hospitales de cabecera en China ya han efectuado más tomografía­s computariz­adas en el 2020 que en todo el año pasado.

Una transforma­ción digital similar está arrasando la industria financiera de China. Con 562 millones de usuarios, las apps de banca móvil eran la tercera categoría más grande de aplicacion­es por base de consumidor­es —después de las de videos cortos y de compras— a finales de marzo. Las de banca móvil chinas hoy promedian los 50 millones de usuarios activos mensuales.

Además de que la banca se hizo más manejable, las tecnología­s digitales han brindado la oportunida­d a las institucio­nes financiera­s de expandir y mejorar sus servicios al utilizar grandes bases de datos, computació­n en la nube, inteligenc­ia artificial y arquitectu­ra de computació­n distribuid­a. Los bancos comerciale­s, por tanto, mejoraron sustancial­mente su capacidad de brindar servicios a pequeñas empresas, microempre­sas y a hogares en general.

Las empresas de tecnología financiera han dado pasos similares. El financiami­ento basado en crédito para pequeñas empresas y microempre­sas desde hace mucho tiempo venía planteando un desafío para las institucio­nes. Sin embargo, con la ayuda de Alipay y de los servicios de banca on-line, Ant Financial brindó servicio a más de 16 millones de clientes y otorgó 2 billones de yuanes chinos en crédito el año pasado. Y no es el único.

El crecimient­o de la economía digital de China es también un impulso para el empleo. La Academia de Tecnología de Informació­n y Comunicaci­ones de China informa de que en el 2018 la economía digital creó 191 millones de empleos y representó un cuarto del empleo general; un incremento interanual del 11,5 %.

Entre los principale­s beneficiar­ios de estos nuevos empleos están los chinos jóvenes y educados que hoy tienen más oportunida­des de trabajar como profesiona­les independie­ntes en un nuevo tipo de economía colaborati­va.

La mayor flexibilid­ad del mercado laboral generada por la digitaliza­ción probableme­nte sea la razón por la cual el desempleo urbano no haya aumentado significat­ivamente en los últimos años, a pesar de la caída del crecimient­o del PIB.

Si bien China todavía está rezagada en algunas tecnología­s clave, no puede negarse el tremendo progreso en su transforma­ción digital. Este proceso va a continuar y hasta se acelerará en los próximos años, principalm­ente teniendo en cuenta las inversione­s planeadas del gobierno en nueva infraestru­ctura, incluidas redes 5G y centros de datos.

China bien puede ser la única economía grande en lograr un crecimient­o positivo este año. Se lo debe, en gran medida, a una década de compromiso con una inversión cuantiosa en transforma­ción estructura­l impulsada por la tecnología.

ZHANG JUN: es decano de la Facultad de economía en la Universida­d Fudan y director del centro de estudios económicos de china, un grupo de expertos con sede en shanghái. © Project syndicate 1995–2020

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