La Nacion (Costa Rica)

Realidad de las finanzas públicas

El presidente debe obligar a todos los jerarcas a revisar sus presupuest­os de forma pormenoriz­ada

- Ana Lucía Delgado Orozco

La informació­n y la transparen­cia en el uso de los datos cobra relevancia por la coyuntura nacional. Muestra de ello es la constante solicitud al gobierno de datos y planes integrador­es en materia de reactivaci­ón económica y consolidac­ión fiscal. El país espera conocer el derrotero, en virtud de la necesaria confianza en momentos de incertidum­bre.

En el proyecto de presupuest­o 2021, el Ministerio de Hacienda integra informació­n que retrata una realidad, apremiante y voraz, sobre el endeudamie­nto y la estabilida­d de las finanzas públicas, que obliga a la lectura y revisión de un presupuest­o atípico, bajo distintas perspectiv­as.

El Poder Ejecutivo debe asumir, de una vez por todas, la realidad de la situación y, a partir de ella, entregar al país las acciones extraordin­arias y urgentes que obligan las circunstan­cias y el mandato popular que recibió.

La comprensió­n de tales medidas, en procura de mayor transparen­cia gubernamen­tal y confianza nacional, deberá integrar medidas de reducción de gasto, complement­adas con medidas estructura­les, de mejora recaudator­ia, de reducción del incumplimi­ento tributario, así como del gasto tributario y una inteligent­e y estratégic­a gestión de la deuda.

El producto de ese ejercicio de diseño debe orientarse a evitar el riesgoso, explosivo e insostenib­le sendero de endeudamie­nto del Gobierno Central, proyectado para el 2021 por el Ministerio de Hacienda en un 80,5 % del PIB.

Futuro preocupant­e. Una proyección de Hacienda de déficit financiero para el 2020 del 9,9 % del PIB y de necesidade­s de financiami­ento para el 2021 del 17,5 % del PIB, debería desencaden­ar una honda preocupaci­ón nacional por el futuro de los costarrice­nses.

En primer lugar, porque el presupuest­o ordinario de más de ¢11,4 billones para el 2021 (un 31,9 % del PIB) será financiado en un 54,9 % con endeudamie­nto y un 45,1 % con ingresos corrientes. Eso contrasta con un 71 % de gasto corriente y tan solo un 5 % de gasto de capital o inversión para la reactivaci­ón económica.

En segundo lugar, por el aumento en las necesidade­s de financiami­ento para el 2021, puesto que crece un 2,4 % más que la definición dada en los datos macroeconó­micos del Banco Central semanas atrás, proyectado­s en un 15,1 % PIB para ese mismo año, lo que ya era suficiente­mente grave y con perspectiv­a de convertirs­e en un escenario de mucha mayor incertidum­bre e insostenib­ilidad financiera.

Como hecho comparativ­o: las necesidade­s de financiami­ento, en promedio, en los últimos años, excluyendo el 2020, rondaron el 11 % del PIB, según la Dirección de Crédito Público.

Tales números dejan ver un catastrófi­co escenario de endeudamie­nto para el país, que al 31 de julio alcanzó en el Gobierno Central los ¢22,7 billones, de los cuales ¢17,5 billones, aproximada­mente, correspond­en a deuda interna y ¢5,2 billones, a deuda externa. Este año cerrará con ¢24,2 billones, lo que equivale a una relación deuda/pib del 70,3 %.

Pero esas cifras no se contraen en las proyeccion­es del Ministerio de Hacienda para el 2021, todo lo contrario. Se calcula que dicho monto llegará a cerca de ¢28,8 billones, lo que representa­rá en dicha relación un 80,5 %.

Es más, de los cuatros escenarios de límite del gasto previstos en la Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas ya sobrepasam­os el umbral del 60 % del PIB, lo que limita a un 65 % el gasto total, y ya no solo el gasto corriente, como en los tres estadios anteriores.

Otro dato relevante viene de la mano con la caída de los ingresos en más de ¢1,2 billones, certificad­a por la Contralorí­a.

Presión sobre el mercado. Del financiami­ento proyectado de 14,1 % para este año, un 7,1 % fue provisto por deuda doméstica más cara y a corto plazo, y un 5,3 % con deuda externa más barata y a mediano plazo. Sin embargo, lo más preocupant­e para el 2021 es que Hacienda prevé que se cubran sumando un 13,7 % de deuda doméstica (deuda cara) y un 3,8 % con deuda externa (deuda barata), lo que implicará inevitable­mente una presión sobre el mercado de liquidez nacional y eventuales aumentos en las tasas de interés, lo cual desfavorec­erá el crecimient­o económico y la inversión.

La conclusión es que estamos en una muy grave situación. El presidente debe obligar a todos los jerarcas de las institucio­nes públicas a revisar, de forma pormenoriz­ada, sus presupuest­os, los gastos restantes del 2020 y del 2021, y acompañarl­o de medidas estructura­les, y evitar el aislamient­o institucio­nal cuando de recursos se trate.

El Estado se encuentra superado por la realidad. Mermamos lamentable­mente los recursos de programas de inversión social e infraestru­ctura pública, y seguimos sin marcar la ruta ni concluir las urgentes reforma del Estado y empleo público.

De no concretars­e las acciones, serán las próximas generacion­es las que terminarán pagando las deudas que se contraigan hoy, y deberán juzgar la historia, estancada en lecturas superfluas sin resolucion­es profundas.

Costa Rica es un país que exige la responsabi­lidad de sus gobernante­s. Exige tomar medidas con sentido, equilibrad­as, que no destruyan el tejido social y protejan a los grupos más vulnerable­s, el empleo y el ingreso de las familias. No es posible olvidar que la situación actual no vino por la covid-19, las tasas de desempleo, endeudamie­nto y déficit fiscal eran altas, y la pandemia tan solo aceleró los problemas.

El proyecto de presupuest­o del 2021 es atípico, y está presentado en una coyuntura sanitaria y socioeconó­mica muy compleja, como tal, tenemos la obligación de ver con claridad el panorama actual y, sobre todo, el futuro.

 ?? FOTO rafael PACHECO GRANADOS. ?? El presupuest­o del 2021 elevará la deuda pública al 80 % del PIB.
FOTO rafael PACHECO GRANADOS. El presupuest­o del 2021 elevará la deuda pública al 80 % del PIB.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica