Exministros: Plan ‘fiscalista’ del Gobierno deja fuera reactivación
A los exministros de Hacienda Thelmo Vargas y Jorge Wálter Bolaños no les resulta atractiva la versión inicial de la propuesta que el gobierno le presentaría al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un financiamiento de $1.750 millones a cambio de implementar un plan de ajuste económico.
Para los exjerarcas, el plan se enfoca más en lo fiscal, al contener más cargas tributarias que recorte al gasto público, y obvia lo que consideran prioritario, que es la reactivación económica.
Precisamente, creen que para retomar el dinamismo de la economía, agravado por las cuarentenas decretadas en la pandemia, es necesario promover incentivos fiscales para el sector productivo.
Así lo manifestaron, por separado, ante consultas de La Nación.
Vargas, quien se desempeñó como titular de Hacienda entre 1990 y 1991, al inicio del gobierno socialcristiano de Rafael Ángel Calderón Fournier, dijo que “la solución obvia es volver a crecer, a alta velocidad y cuanto antes”.
“Pero la propuesta del gobierno es fiscalista en el mal sentido y no tiene en consideración que la prioridad es la reactivación. Más impuestos a todo, un mínimo recorte de gasto, pues la propuesta hace alarde de la regla fiscal que ya estaba vigente, y un simbólico eventual ingreso por venta de activos no estratégicos”, señaló Vargas.
El exjerarca de Hacienda considera que el hecho de que el plan incluya medidas temporales, como un aumento por dos años en las tasas de renta, de entre 2,5% y 10% por encima de los porcentajes existentes, induce a las empresas a posponer algunas inversiones.
“Por el contrario, debió pensarse en adoptar durante el periodo 2021-2022 medidas como un esquema de depreciación acelerada que incentive la inversión. También, otras como la atracción activa de inversión extranjera directa y la concesión de obra pública nueva y existente”, añadió.
Según Vargas, la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda no recurrir a incrementos de impuestos por ahora.
Mediante depreciación acelerada, continuó, una empresa puede pagar la depreciación de un bien en uno o dos años, por ejemplo, en vez de los 10 años que sería el tiempo de vida útil definido por la Dirección General de Tributación.
De ese modo, añadió, al contabilizar ingresos y gastos en poco tiempo, habría un aumento en los gastos de las empresas que les permitiría tributar menos. “Eso es un endulzante para que la gente invierta”, aseveró Vargas.
“En suma, se trata de una mal diseñada propuesta fiscalista. La mejor medida fiscal es que la economía recupere cuanto antes la senda del crecimiento”, finalizó.
Otras ideas. Por su parte, Bolaños considera que el gobierno sí debe hacer un ajuste “drástico” en sus finanzas, similar al tamaño del problema.
Pero cree que este debe contener otros elementos: una mayor venta de activos del Estado, el cierre de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) y de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), así como impulsar un recorte al gasto en las instituciones del Gobierno Central y hacer cambios en el equipo económico que negociará con el FMI.
Sobre el tema de activos, Bolaños, quien fungió como ministro de Hacienda entre los años 2002 y 2003, al inicio del gobierno del socialcristiano Abel Pacheco, cree que la idea de vender el Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) y la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) es tímida.
Para él, la venta debe incluir la totalidad del Banco de Costa Rica, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y el Instituto Nacional de Seguros (INS).
En cuanto a su idea de aplicar un recorte del 10% en las instituciones, dice que debe ser analizado con seriedad por el gobierno para hallar la forma de ejecutarlo, dada la rigidez del Presupuesto Nacional.
Sobre el equipo económico, integrado por la ministra Pilar Garrido; el jerarca de Hacienda, Elian Villegas, y el titular del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Rodrigo Cubero, Bolaños dijo: “Ha perdido credibilidad. No vamos a ninguna parte con ese equipo de negociación. Tiene que ser más neutral, políticamente hablando. Sugiero que se mantenga Rodrigo Cubero y que sea él con Eduardo Lizano (expresidente del BCCR) quienes conduzcan un equipo de alta credibilidad que pueda negociar con el Fondo para llegar a buen puerto”.