Propuesta equilibrada para el FMI
El borrador del plan para el FMI no tiene suficientes elementos de control, reducción y mejora de la eficiencia del gasto público.
El borrador de propuesta para el Fondo Monetario Internacional (FMI) suscitó el rechazo de sectores políticos cuyo concurso es indispensable para cuajar el acuerdo con la entidad financiera internacional. Ya fuera porque las autoridades no auscultaron el criterio de los actores clave o que las reacciones iniciales propiciaron un cambio de criterio, hay por delante mucho trabajo de negociación y convencimiento. Ahora se impone el realismo en uno y otro bando. Es difícil creer en un camino ayuno de ajustes tributarios. El propio FMI lo ha venido señalando, pero tampoco es viable descansar, excesivamente, sobre ese recurso.
En el informe redactado antes de conceder el instrumento de financiamiento rápido por $508 millones, el FMI recomienda aumentar los tributos sobre el consumo y la propiedad, entre otros, pero también una reforma del servicio civil, además del congelamiento de salarios y la venta de activos. La propuesta del gobierno pone el acento sobre los tributos y, si bien son la vía más rápida para enfrentar el problema inmediato, ese no es motivo para omitir medidas adicionales de ahorro a corto y mediano plazo, además de explorar la venta de activos más allá de los sugeridos.
El deterioro de indicadores sociales y fiscales de los últimos meses en mucho obedece a un evento externo extraordinario, como es la pandemia de la covid-19. Las autoridades han actuado con diligencia en materia de salud pública, decretando fuertes medidas de higiene, confinamiento y distanciamiento físico y social. Pero eso lesionó la economía en general y las finanzas públicas, lo que justificó una apertura gradual y controlada del aparato productivo.
El convenio con el Fondo Monetario Internacional dará acceso a un préstamo blando de apoyo a las finanzas públicas. Es necesario adoptar un programa de ajuste compatible con la necesidad que se pretende satisfacer. El objetivo final de un programa de ajuste debería ser apoyar a los ciudadanos más afectados por la pandemia y atender el deterioro de las finanzas y el endeudamiento público, sin olvidar las necesidades del aparato productivo.
El borrador del programa por presentar al FMI no tiene suficientes elementos de control, reducción y mejora de la eficiencia del gasto público. El pago de impuestos nunca será popular. No obstante, tendrá mayor aceptación acompañado de garantías de un gasto racional y ajustado a las circunstancias.
Si las finanzas públicas, el empleo y la pobreza se deterioraron violentamente durante los últimos meses por la caída de la producción, la salida de la crisis depende también de la revitalización de la economía. Por eso, el componente de impuestos —siempre recesivos— de la propuesta para el FMI debe ser revisado con detenimiento.
En un documento titulado Tax and Fiscal Policy in Response to the Coronavirus Crisis: Strenghthening Confidence and Resilience, del 19 de mayo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda a los países abstenerse por ahora de incrementar la carga tributaria y, más bien, concentrarse en la promoción de la reactivación económica para reducir el desempleo y la pobreza, así como aportar recursos sanos al fisco. Costa Rica, con sus déficits galopantes y creciente endeudamiento no parece estar en condiciones de renunciar a nuevos ingresos tributarios, aunque sean temporales, pero debe buscar mayor equilibrio.
La presentación del borrador de propuesta para el FMI sirvió para destacar la necesidad de racionalizar el sector público. Con unas 320 entidades y órganos es muy grande, ineficaz y caro. Debemos fijarnos más en el recorte de gastos para llegar al FMI con una propuesta viable y tener conciencia de que más adelante, cuando la pandemia esté bajo control, será necesario reflexionar sobre el Estado que el país requiere y la forma óptima de financiarlo.
El borrador del programa para presentar al FMI no tiene suficientes elementos de control, reducción y mejora de la eficiencia del gasto público
El convenio dará acceso a un préstamo blando de apoyo a las finanzas públicas. Es necesario adoptar un programa de ajuste compatible con la necesidad por satisfacer