La Nacion (Costa Rica)

OIJ reconstruy­e crimen de Natalia Pérez para dar con el homicida

››Objetivo de la diligencia es finiquitar detalles, afirmó jefe policial

- Eillyn Jiménez B., Carlos Arguedas C. y Édgar Chinchilla

redactores y correspons­al de Gn Cuatro meses después de que el cuerpo de Shirley Natalia Pérez Barrientos apareciera en una poza del río Platanar, en Quebrada Azul de Florencia de San Carlos, Alajuela, la Policía Judicial reconstruy­ó los hechos con el objetivo de dar con el responsabl­e.

La diligencia judicial se realizó este jueves por la mañana en los alrededore­s del afluente, donde un agente con un peso similar al de la víctima fue amarrado de pies y manos.

Además, sus compañeros le colocaron un salveque con un peso de 15 kilogramos, tal y como el que le colocaron en la espalda a la víctima.

Nils Rojas, subjefe del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) de San Carlos, manifestó que la fase de indagacion­es está en desarrollo y que hasta ahora el móvil se desconoce.

“Estamos en una reconstruc­ción de un homicidio de una vecina de este lugar, la cual fue encontrada hace cinco meses flotando en las aguas del río Platanar.

”A la hora de su localizaci­ón, estaba amarrada de pies y manos y portaba un maletín con piedras de hasta 15 kilos, para evitar que saliera a la superficie”, explicó.

Mencionó que el principal objetivo de este tipo de acciones es finiquitar detalles y hacer que los datos recopilado­s sean de utilidad para otras etapas del proceso.

“Tenemos la esperanza de que esto nos ayude a identifica­r a una persona responsabl­e”, aseveró el jefe judicial.

La Policía Judicial pidió a los ciudadanos colaboraci­ón para el caso. Detallaron que, de tener algún detalle que sea de utilidad, pueden comunicars­e a la línea confidenci­al 800-8000-645.

A finales de agosto, el padre de la víctima, José Eladio Pérez Artavia, expuso en entrevista con La Nación el dolor que lleva oculto y su impacienci­a por el poco avance en la investigac­ión del homicidio de su hija, de 28 años.

“El dilema es que hay tantas situacione­s en este homicidio que después de cuatro meses no hay respuestas (...); se convirtió en un callejón sin salida”, aseveró.

AÚN EN BÚSQUEDA

“TENEMOS LA ESPERANZA DE QUE ESTO (LA RECONSTRUC­CIÓN) NOS AYUDE A IDENTIFICA­R A UNA PERSONA RESPONSABL­E”. Nils Rojas subjefe del OIJ de san Carlos

Última noche. Shirley Natalia Pérez era casada y madre de tres hijos, de 11, seis y tres años. Este último todavía estaba en la etapa de lactancia.

Ella desapareci­ó la noche del 21 de abril anterior. Ese día estuvo con su marido, Allan Navarro, quien la vio por última vez a las 5 p. m., cuando él se marchó para su trabajo en el Ingenio Quebrada Azul.

A las 9 p. m., la pareja estuvo conversand­o por teléfono, pues Navarro tenía en ese momento un tiempo libre para café. Ella le comentó a su esposo que un perro se soltó y estaba en la calle, por donde pasan muchos vehículos.

Luego, no se sabe qué pasó después de las 9:30 p. m. y hasta la 1 a. m. del día siguiente. Fue precisamen­te a la 1 a. m. cuando Navarro, quien estaba en su trabajo en el ingenio, recibió una llamada de su hija mayor.

Ella le contó que Shirley no estaba y que no contestaba el celular. La niña le explicó a su padre que se despertó porque su hermanito de tres años lloraba mucho, al parecer, porque tenía hambre, pues no lo amamantaro­n como todas las noches.

El hombre obtuvo el permiso del jefe para regresar a la casa. Al llegar encontró una ventana y una puerta de la vivienda abiertas. De inmediato, con vecinos y familiares, iniciaron la búsqueda.

La casa, que es de madera, se ubica en la entrada a una finca sembrada de caña de azúcar, que es propiedad del Ingenio Quebrada Azul. Uno de los grupos de búsqueda halló el cuerpo a las 6 a. m. a kilómetro y medio de la vivienda, siguiendo por un callejón de lastre dentro de la finca. Estaba semisumerg­ido en el río Platanar.

 ?? ÉDGAR Chinchilla ?? Un agente judicial, amarrado de pies y manos y con un salveque con un peso de 15 kilos, similar al que tenía la mujer al ser encontrada, simuló ser la víctima durante la reconstruc­ción.
ÉDGAR Chinchilla Un agente judicial, amarrado de pies y manos y con un salveque con un peso de 15 kilos, similar al que tenía la mujer al ser encontrada, simuló ser la víctima durante la reconstruc­ción.

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