La Nacion (Costa Rica)

Cáncer acaba con el roquero Eddie Van Halen

Fundador y líder de la banda Van Halen falleció a los 65 años. Su técnica explosiva marcó el camino para generacion­es de guitarrist­as

- Víctor Fernández G. vfernandez@nacion.com

Eddie Van Halen, cofundador y líder histórico de la legendaria banda de rock Van Halen, falleció este martes 6 de octubre, luego de una larga lucha contra el cáncer de garganta. La noticia fue confirmada por su representa­nte, desatando de inmediato homenajes en todo el mundo hacia una de las figuras más influyente­s del hard rock y, en especial, de la guitarra eléctrica.

Nacido en Holanda en 1955 pero formado en California, Edward Lodewijk Van Halen fundó en 1972 la agrupación por la que su apellido se convirtió en marca universal, al lado de su hermano, el baterista Alex Van Halen. Junto con el bajista Michael Anthony y los vocalistas David Lee Roth y Sammy Hagar, los Van Halen alcanzaron las cimas de las listas de popularida­d planetaria­s, llenaron los estadio más grandes, y construyer­on una leyenda de rock and roll plagada de talento, excesos, temperamen­to y creativida­d.

Su hijo Wolfgang, quien llegaría a acompañar a su padre dentro de las filas de Van Halen como bajista, dijo en Twitter que Eddie “había perdido su larga y ardua batalla contra el cáncer esta mañana”.

“Fue el mejor padre que pude pedir. Cada momento que competí con él sobre y fuera del escenario fue un regalo.

Mi corazón está roto y no creo que me vaya a recuperar del todo de su pérdida. Te amo mucho, Pop”, escribió Wolfgang.

En las últimas cuatro décadas, Eddie Van Halen escribió su nombre entre los más grandes guitarrist­as de todos los tiempos (la revista Rolling Stone de hecho lo ubicó en el octavo puesto en su lista del 2015), gracias a una técnica inaudita, casi sobrehuman­a, que le confirió un rol protagónic­o usualmente reservado para los cantantes: en Van Halen, él siempre fue la estrella principal.

Desde finales de la década de 1970, millones de jóvenes aspirantes a guitarrist­as tomaron a Eddie como referencia, como el máximo nivel de habilidad al que se podía aspirar. Encerrados en su habitación, una y otra vez arremetier­on contra las cuerdas, procurando recrear algo de la magia que despide Eruption, la insolente clase magistral de guitarra que conforma el segundo track de Van Halen, el disco debut de la legendaria agrupación. En apenas 1:42 minutos, Eddie Van Halen le gritó al mundo que lo suyo era algo excepciona­l.

En los últimos 20 años, la salud del guitarrist­a fue un tema constante en los medios de comunicaci­ón. Años de intenso tabaquismo resultaron en un cáncer que incluso implicó la remoción, en el 2000, de parte de su lengua. Además, sus legendaria­s piruetas y carreras por el escenario le pasaron la factura física, con problemas de articulaci­ones e un reemplazo de cadera, en 1999.

También el músico sostuvo una pública lucha contra sus adicciones, tanto al alcohol como a otras drogas, que lo llevaron en varias ocasiones a la rehabilita­ción, aunque al momento de su muerte tenía más de una década de mantenerse en sobriedad.

Como todos los genios, Eddie fue temperamen­tal; impulsivo; volátil, y eso se reflejó tanto en su música como en sus relaciones con los otros integrante­s de Van Halen, a excepción de su hermano, Alex, con quien formó una mancuerna indestruct­ible.

Conocidos fueron sus choques con Roth y Hagar, duran

te las distintas etapas en que cada uno de ellos se encargó de ser la voz de la agrupación, e incluso con el bajista Michael Anthony, a quien Eddie separó del grupo después de casi 25 años de ser compañeros para darle su espacio a Wolfgang, cuando su hijo era aún un adolescent­e.

Al final es claro que Van Halen siempre se movió al ritmo de su guitarrist­a, quien también era el autor de buena parte de la música que conforma la amplia discografí­a del grupo y que incluye 12 álbumes de estudio, ocho grabados con Roth, cuatro con Hagar y uno con el cantante Gary Cherone, reclutado tras su éxito al frente de Extreme pero cuyo paso por la banda fue breve.

Fama. Incluido en el 2007 como parte del Salón de la Fama del Rock and Roll (ceremonia a la que Eddie no asistió), Van Halen ha vendido más de 80 millones de discos en todo el mundo, siendo una de las bandas de rock más exitosas de todos los tiempos.

Sus giras, si bien siempre estuvieron marcadas por tensiones internas, se contaron entre las más lucrativas y, fuese con Roth o Hagar como vocalista, Van Halen siempre logró agotar la capacidad de cualquier recinto donde se presentara.

Además de su trabajo con el grupo que lideró, el guitarrist­a también se dio la oportunida­d de poner su habilidad al servicio de otros artistas, colaborand­o en grabacione­s de estrellas como Frank Sinatra, Gene Simmons, Roger Waters, Black Sabbath, Steve Lukather, Bryan May y hasta el rapero LL Cool J.

Sin embargo, su trabajo como invitado más notable es el legendario solo de guitarra que le aportó a Beat It, el megaéxito musical de 1983 que consolidó al disco Thriller como el más vendido de la historia y a Michael Jackson como el Rey del Pop.

Enmarcado como uno de los solos más imitados de la historia, Eddie confirmó que su participac­ión en el tema de Jackson fue poco premeditad­a, tras recibir una invitación del productor Quincy Jones que al inicio él se tomó como una broma. Jones le indicó a Van Halen que tocara lo que quisiera y el guitarrist­a se lo tomó a pecho, creando por su cuenta aquel explosivo testimonio de su talento y por el cual no cobró a Michael.

Y es que escoger el mejor solo de guitarra de Eddie Van Halen es tan complejo como votar si su grupo fue mejor durante la etapa con David Lee Roth o en los años de Sammy Hagar.

Favoritos. Todos los fanáticos tienen sus favoritos, pero sí pareciera haber consenso en que dentro de los trabajos esenciales del guitarrist­a están

Runnin’ with the Devil, Ain’t Talking About Love, Dance the Night Away, Hot for Teacher, Top of the World, Poundcake,

Dreams, Right Now y Panama... apenas por mencionar un puñado.

Incluso Jump, el único sencillo de la banda que alcanzó el número 1 en el Top 100 de Billboard, tiene el sello de Eddie por todo lado, pues, si bien es cierto que es el teclado el instrument­o predominan­te en esa canción por encima de la guitarra, igual es él quien se ocupa del sintetizad­or.

Los Van Halen se mudaron de Holanda a los Estados Unidos en 1962 y desde pequeños los dos hermanos llevaron clases de piano. Eddie, aunque nunca aprendió del todo a leer partituras, interpretó en público composicio­nes de Bach y Mozart e incluso ganó un concurso infantil de piano, previo a pasarse por aburrimien­to a la batería, en tanto que Alex le tomó gusto a la guitarra.

Algunos años más tarde, e influencia­do por Eric Clapton y Jimmy Page, Eddie le pediría a su hermano que intercambi­aran instrument­os y el resto es historia.

Hoy, Eddie Van Halen afina su guitarra al lado de otros genios eternos de la “lira” que le antecedier­on en su partida, como Jimi Hendrix, Duane Allman, Chuck Berry, Prince, Randy Rhoads y B.B. King. Acá quedamos los que escucharem­os, una y otra vez, los

playlists en honor a su obra. Hoy en este hogar se oye Van Halen... y mañana también.

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AFP Eddie Van Halen, guitarrist­a y cofundador de Van Halen.
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Twitter Wolfgang Van Halen es el único hijo de Eddie. El joven sirvió como bajista en la agrupación de su padre desde el 2007. En Twitter anunció la muerte de su progenitor.
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AFP Eddie durante un concierto en el 2015, en Las Vegas.

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