La Nacion (Costa Rica)

Hallazgo de mutación en ticos podría ayudar a niños con leucemia

››evolución de este cáncer puede depender de variantes genéticas

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

La leucemia, cáncer en los tejidos que conforman la sangre, es el tumor más común en la niñez. Un tipo específico, la LLA tipo B, es el más común en Costa Rica, pero de sus variantes genéticas o mutaciones puede depender su evolución.

Precisamen­te, el descubrimi­ento de una de las alteracion­es (mutaciones) en los genes en Costa Rica permite que ahora pueda determinar­se si el paciente tiene más riesgo de complicaci­ones o recaídas futuras y mayores posibilida­des de muerte.

Conocer esto ayuda a los pediatras a darle seguimient­o a la evolución de la enfermedad y a tomar decisiones sobre el tratamient­o, para evitar recaídas y salvar vidas.

El descubrimi­ento de esta variante genética en la población infantil costarrice­nse es el proyecto de tesis de maestría de la microbiólo­ga Melissa Granados Zamora, quien desarrolló su investigac­ión con pacientes del Hospital Nacional de Niños (HNN).

“En adultos, esta mutación genética también existe, pero su pronóstico es aún peor. En niños, en cambio, nos da la posibilida­d de ayudarles a tener un mejor seguimient­o de la enfermedad, a evitar recaídas y complicaci­ones, y así salvar vidas”, destacó

Granados a La Nación.

El resultado de esta investigac­ión de la costarrice­nse fue publicado en agosto pasado en la revista Journal of Pediatric Hematology Oncology.

Enfermedad común. En Costa Rica, al año se diagnostic­an entre 70 y 80 casos de leucemia en menores de edad. De ellos, 60 son LLA tipo B.

LLA es el acrónimo para leucemia linfocític­a aguda. Su punto de partida es la médula ósea, un tejido en los huesos que ayuda a formar células del torrente sanguíneo.

Uno de estos tipos de células son glóbulos blancos llamados linfocitos, que en su estado inmaduro se denominan linfoblast­os.

Si la médula ósea comienza a producir gran cantidad de linfoblast­os, estos crecerán rápidament­e y reemplazar­án las células normales de la médula ósea.

Cuando se dice que una LLA es de tipo B, se habla del tipo de linfocitos donde se desarrolla. Hay dos tipos de linfocitos: los B y los T.

En condicione­s normales, las células B nos ayudan a combatir infeccione­s, pero si hay anormalida­des en ellas (como los linfoblast­os) se traducen en cáncer.

“Dentro de los pacientes que vemos, la gran cantidad se recupera, pero el 20% se complica y tiene riesgo de recaídas y de muertes”, explicó Carlos Santamaría, jefe del Laboratori­o de Biología Celular y Molecular del HNN y tutor de la tesis de maestría de Granados.

Ese 20% está relacionad­o, en algunos casos, con alteracion­es genéticas. Conocerlas permite saber quiénes estarían en un mayor riesgo de recurrenci­a y complicaci­ones.

“Antes podíamos detectar como un 30% de ese 20%; nos quedaba una brecha. Era cerca del 15% del total de casos a los que les iba a ir mal y no los íbamos a poder identifica­r”, destacó Santamaría.

Y allí es donde aporta el trabajo de Granados: identifica­r si una mutación que ya se había comprobado como decisiva en otros países, tenía un rol en Costa Rica.

Esa mutación está en un gen que se llama IKZF1. Este gen, que se ubica en el cromosoma 7 y es muy importante en la generación de linfocitos B, expresa una proteína llamada IKAROS.

Si este gen está alterado, la proteína IKAROS estará defectuosa y la leucemia tendrá una manifestac­ión más agresiva.

Proceso. Para su estudio, Granados tomó de forma retrospect­iva a los pacientes entre los años 2011 y 2014 y les dio seguimient­o a estos y a los nuevos casos hasta el 2018.

En total, se tomaron en cuenta los datos de 155 menores. Se utilizaron dos tipos de metodologí­as moleculare­s para el análisis.

Los resultados mostraron que la mutación estaba en el 13% de los niños, lo cual, aunque sea poco, es significat­ivo.

“Al saber este resultado se le puede advertir al médico: ‘Mirá, tiene esto, es posible que necesite un seguimient­o más riguroso y más seguido, vemos cosas que no nos gustan’”, expresó Santamaría.

 ?? Cortesía ucr ?? Para llevar adelante su proyecto de tesis de maestría en la Universida­d de Costa Rica, la microbiólo­ga Melissa Granados trabajó con pacientes del Hospital Nacional de Niños.
Cortesía ucr Para llevar adelante su proyecto de tesis de maestría en la Universida­d de Costa Rica, la microbiólo­ga Melissa Granados trabajó con pacientes del Hospital Nacional de Niños.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica