La Nacion (Costa Rica)

Bloqueos sin control

- Eduardo Ulibarri Periodista Y Analista radarcosta­rica@gmail.com

Desde que plantearon sus 15 exigencias al Ejecutivo, los autoprocla­mados líderes de los bloqueos hicieron imposible, por lo extremas y absurdas de algunas, que fueran atendidas, y así tener justificac­ión para continuar con su estrategia. Quedó de manifiesto que esta se reduce a generar violencia, aunque sea a costo de la viabilidad política y credibilid­ad del movimiento; sobre todo de sus cabecillas, cuatro jinetes del apocalipsi­s que son ejemplos supremos de “los mismos de siempre”, en la versión más retro posible. Lo difícil es escrutar cuál será su objetivo ulterior, si existe.

Vaciados de propósitos sustantivo­s y sin representa­ción social genuina, los bloqueos se convirtier­on en un fin en sí mismos. De aquí a que cualquier liderazgo — real o ficticio— perdiera control, el camino era muy corto. Lo que comenzó como una serie de actos delictivos (cerrar vías e impedir la libertad de circulació­n son delitos) se ha transforma­do en un serio problema delincuenc­ial.

José Miguel Corrales, el más vocal de los cuatro jinetes, reconoce que la dinámica perversa puesta en marcha se les salió de las manos y que narcotrafi­cantes y delincuent­es se han adueñado de varios puntos. Algo similar ha dicho el ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, quien el miércoles en la tarde, antes de que fuera incendiada en Abangares una buseta de la Fuerza Pública, ofreció este balance: 12 patrullas destrozada­s, un centenar de policías heridos (la mayoría levemente) y el robo de implemento­s a varios de ellos. Peor aún es el impacto sobre la población, la producción y el bienestar general.

Estamos, esencialme­nte, ante un serio problema de orden público. Por no actuar a tiempo para restaurar el libre tránsito, y más bien centrarse en administra­r los bloqueos, el gobierno proyectó un mensaje de desamparo ciudadano y pérdida de autoridad. No es de extrañar, entonces, que de la violencia oculta que es impedir el tránsito, se pasara a la abierta de los ataques, las quemas y los “peajes”.

Hoy el control del orden es más difícil; por ello, más urgente. Las exigencias sustantiva­s de múltiples sectores se atienden en la mesa de diálogo; la violencia casi anárquica debe frenarse con acciones policiales prontas, bien pensadas y ejecutadas. Forman parte del acto de gobernar.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica