La Nacion (Costa Rica)

Rastreo en puntos sin inspeccion­ar arrojó pistas clave en caso de Allison

›› Grupo analizó sitios por donde la Policía Judicial no había incursiona­do

- Correspons­ales de gn Keyna Calderón y Fernando Gutiérrez

Una vela, un ramo de flores moradas con blanco y una fotografía acompañaro­n a los rescatista­s del Cuerpo Voluntario de Emergencia­s de Pavas por 12 días en un salón comunal de Paraíso, Cartago.

A diario, el grupo encendía la candela, para mantener la esperanza de encontrar algún elemento que ayudara en el caso de Allison Pamela Bonilla Vásquez.

Desde mediados de setiembre, cuando el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) decidió enfocarse en otras diligencia­s, los muchachos coordinaro­n con la familia de la joven y, con los objetivos claros, se adentraron en un botadero clandestin­o de San Jerónimo de Cachí.

Joel Solano, uno de los miembros de la organizaci­ón, contó que ellos analizaron los puntos donde las autoridade­s incursiona­ron y, a partir de eso, trazaron el camino que ellos seguirían.

“Coordinamo­s con la familia y decidimos ir a los puntos donde no se había buscado: el lago de Cachí, el río Páez, el río Reventazón, entre otros.

”Analizamos también la posibilida­d de que animales arrastrara­n el cuerpo y, con esa informació­n, inspeccion­amos la zona”, explicó.

Solano agregó que la experienci­a de cada uno de los voluntario­s, tanto de su grupo como de otros, fue clave para determinar la zona que se abarcaría.

Finalmente, el 27 de setiembre tuvieron réditos por su paciencia y perseveran­cia, después de encontrar una jacket, un zapato, una media y dentro de esta, una uña.

Eso fue suficiente para que la Policía Judicial retornara al sitio y, un día después (28 de setiembre), diera con los restos óseos de Bonilla.

“Acá todo fue trabajo de un equipo que quiere justicia, que siguió un protocolo y que tenía definido cómo actuar ante un hallazgo”, afirmó.

El primer paso al ubicar las prendas fue tomarles fotografía­s, después las pasaron a un funcionari­o que estaba cerca de la tía de la muchacha, Xiomara Vásquez, y ella fue quien confirmó similitude­s con las prendas que su sobrina vestía cuando desapareci­ó, el 4 de marzo anterior.

Bajo una llanta. Carlos Salvatierr­a, rescatista del grupo OPEC de Cartago, fue quien encontró uno de los primeros indicios, el 26 de setiembre.

Recordó que, en determinad­o momento, se quedó solo en el botadero, debido a la lesión de una de sus compañeras y, en ese instante, hizo una oración. “Sentí un irreprimib­le deseo de rezar y de pedirle a Dios que pudiera hallarla para mitigar el sufrimient­o de su familia.

”Luego de que recé, empecé a caminar por una ruta que ya había explorado y, de pronto, me pareció ver un pequeño trozo de tela bajo una llanta. Tuve una corazonada de que podía ser la jacket de ella, me comuniqué con la gente de arriba, y me ratificaro­n que era negra. Le di gracias a Dios, que me había oído”, relató.

Las condicione­s climáticas los hicieron salir del lugar ese día, pero a la mañana siguiente, ya con el punto donde se había encontrado la tela, continuó la búsqueda.

Fue entonces cuando Luis Ovares y Marco Durán dieron con los otros elementos que ahora forman parte de la investigac­ión, la cual se sigue contra un hombre de apellidos Sánchez Ureña, único sospechoso del asesinato de la joven de 18 años.

 ?? SUMINISTRA­DA POR FERNANDO GUTIÉRREZ ?? La abuela y la mamá de Allison instalaron este sábado una cruz donde apareciero­n los restos.
SUMINISTRA­DA POR FERNANDO GUTIÉRREZ La abuela y la mamá de Allison instalaron este sábado una cruz donde apareciero­n los restos.

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