Lo útil y lo inútil
Se habla de las reivindicaciones económicas y muy poco de las reivindicaciones culturales
Ya comenzaron a levantarse las voces de quienes tienen clara conciencia de la significación y la relevancia de la cultura en la vida de los seres humanos. Es factor decisivo en la identidad y desarrollo de un pueblo.
Es la cultura la que nos saca del primitivismo y la barbarie. Se habla de las reivindicaciones económicas y muy poco de las reivindicaciones culturales, que son las que los pueblos necesitan.
El poeta español Federico García Lorca, en la inauguración de una biblioteca, pronunció estas palabras: “Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan, sino medio pan y un libro. ¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: amor, amor y que debían pedir los pueblos como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras”. Menéndez Pidal propone, como lema de la república, cultura “porque solo a través de ella se pueden resolver los problemas en los que hoy se debate el pueblo, lleno de fe, pero falto de luz”.
En esta sociedad pragmática y utilitaria en la que nos ha tocado vivir y en estos “siglos de siglas”, como llamó Dámaso Alonso al siglo XX, ¿qué es lo útil y qué es lo inútil? No cabe duda de que a esta pregunta una gran mayoría responderá que útil es aquello que nos proporciona un beneficio económico e inútil, lo que no cumple con este requisito.
De modo tal que el arte en general, la música, la pintura, la danza, la escultura, el cultivo del intelecto y del espíritu, no serían algo de primera necesidad en la vida de los seres humanos, como el agua, como el aire, y pasarían a ubicarse en la categoría de lo inútil.
Recuerdo una reflexión de mi padre, autodidacta, que, a sus 98 años de edad decía: “No le tengo miedo a la muerte, pero me preocupa la idea de que no haya música en el más allá”.
Nuccio Ordine, profesor de Literatura en la Universidad de Calabria, autor de varios libros y profesor visitante en prestigiosas universidades europeas y norteamericanas, publicó en el 2013 un manifiesto que tituló La utilidad de lo inútil.
La idea central y el propósito del manifiesto es destacar y revalorizar la utilidad de aquellos saberes y disciplinas que, por no ser productivas económicamente podrían considerarse inútiles. Saberes y disciplinas que son fundamentales en el cultivo del espíritu y en el desarrollo civil y cultural de la humanidad . Útil es todo aquello que nos ayuda a ser mejores.
Ordine hace un recuento histórico de cómo a lo largo de los tiempos la antinomia de lo útil y lo inútil se ha mantenido como tema de controversia y expone los conceptos expresados al respecto por poetas, ensayistas, dramaturgos, novelistas y filósofos.
Ovidio, el poeta latino de Las metamorfosis, sabe muy bien que de la poesía no se puede obtener ninguna verdadera ventaja; no obstante, afirma que “no hay nada más útil que las artes inútiles”. Giacomo Leopardi, poeta italiano del siglo XIX, eligió lo inútil contra el utilitarismo de “un siglo soberbio y estúpido”.
Considero oportuno mencionar un discurso pronunciado por el insigne escritor francés Victor Hugo, el 10 de noviembre de 1848, ante la Asamblea Constituyente y cuya asombrosa vigencia haría pensar que fue escrito en estos días:
«Afirmo, señores, que las reducciones en el presupuesto especial de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas. Son insignificantes desde el punto de vista financiero y nocivas desde los demás puntos de vista (...).
»¿Y qué momento se elige? Aquí está, a mi juicio, el error político más grave que les señalaba al principio: ¿Qué momento se elige para poner en cuestión todas esas instituciones a la vez? El momento en el que son más necesarias que nunca, el momento en el que en vez de reducirlas, habría que extenderlas y ampliarlas (...).
»¿Cuál es el gran peligro de la situación actual? La ignorancia más que la miseria. ¡Y en un momento como este, ante un peligro tal, se piensa en atacar, mutilar, socavar todas esas instituciones que tienen como objetivo expreso perseguir, combatir y destruir la ignorancia! (...).
»Han caído ustedes en un error deplorable, han pensado que se ahorrarían dinero y lo que se ahorran es gloria (...)».
Tengo la certeza de que nuestros gobernantes procederán con la sabiduría necesaria para encontrar las soluciones justas a fin de darle al pueblo el pan del cuerpo sin privarlo del pan del espíritu, que es la cultura.