Madre beneficiada: ‘No somos escoria; deseamos que nos miren como personas’
En un momento difícil de su vida, Yessenia Prado llegó, junto con dos de sus cuatro hijas, a un pequeño precario en Cristo Rey, de San José, donde residía su madre.
Eso ocurrió en 1996. Inicialmente, creyó que su estancia ahí sería pasajera, pero se extendió por 24 años.
Ahí crecieron sus cuatro pequeñas, en medio de necesidades y peligros. Al principio, ninguno de los ranchos tenía agua potable, electricidad ni servicio sanitario.
Entre los propios vecinos, reunieron ahorros para llevar al menos esos servicios básicos a sus viviendas, con piso de tierra y paredes de lata y cartón.
Su cuarto, afirma, era a la vez cocina y sala.
Cuando salían de sus casas, los vecinos caminaban temerosos por los trillos, ante la posibilidad de ser asaltados y perder sus pertenencias.
Hubo un tiempo en que la droga también era una amenaza para niños y adolescentes. Los mismos vecinos se unieron para alejar esa problemática.
Otro gran temor era la posibilidad de un incendio, pues los ranchos o casas solo tenían una salida.
Ahora, esta mujer ve su futuro con ilusión. Recién a inicios de año fueron desalojados del asentamiento informal, donde ahora se levanta un condominio vertical que albergará a las mismas 22 familias que ocupaban esos ranchos.
Mientras tanto, esas personas viven en casas de alquiler, con ayuda de un subsidio económico que entrega el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).
En abril del 2021, volverán al que fue su hogar durante tantos años, pero, ahora, con condiciones dignas.
Yessenia recuerda con pesar las veces que sufrió rechazos por vivir en un precario.
“Yo quiero que la gente sepa que nosotros no somos escoria para la sociedad, somos seres humanos con sentimientos; deseamos que la gente nos mire como personas.
”Merecemos respeto e igualdad, la diferencia era que vivíamos entre latas, pero era un hogar decente, pobre, pero de gente que salía a trabajar sin hacerle daño a nadie”, dijo.
Ella vivirá junto a tres hijas en una de las 22 viviendas en la torre de condominio de bien social construida por el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU).