La Nacion (Costa Rica)

262.000 hogares más caerían en pobreza si un miembro pierde el trabajo

Programa Estado de la Nación identifica posible impacto de pandemia

- Juan Diego Córdoba G. juandiego.cordoba@nacion.com

Unas 262.000 familias quedarían sumidas en la pobreza si uno de sus miembros activos en el mercado de trabajo quedara desocupado como consecuenc­ia de la crisis.

Este es uno de los principale­s hallazgos del último informe del Programa Estado de la Nación, dado a conocer anoche. El estudio analiza el impacto socioeconó­mico de la pandemia en el país.

Para tener una idea más clara de esas repercusio­nes, aún en evolución, los investigad­ores realizaron simulacion­es o proyeccion­es con la base de datos del Sistema Nacional de Informació­n y Registro Único de Beneficiar­ios del Estado (Sinirube), el cual maneja informació­n del 70% de los hogares.

“El objetivo de este ejercicio es identifica­r cuáles poblacione­s se podrían afectar más ante los impactos económicos producidos por la pandemia, de manera que se contemplen en la toma de decisiones de la política pública”, señala el informe.

A esas familias se les aplicaron cuatro tipos de shocks negativos para cuantifica­r su impacto. Estas variables fueron: el hogar pierde un ocupado, las pensiones se reducen en un 20%, el ingreso del hogar se contrae en un 50%, y el hogar pierde un beneficiar­io social.

Antes de aplicar las simulacion­es, datos del Sinirube a julio señalaban que 35,9% de los hogares registrado­s eran pobres; 35,8% no pobres pero vulnerable­s y 28,3% ni pobres ni vulnerable­s.

Al aplicar el shock de la pérdida de un miembro en el mercado laboral, esos grupos cambiaron significat­ivamente su proporción: 52% pobres, 24,3% no pobres pero vulnerable­s y apenas 23,7% no pobres.

“La simulación cuando el hogar pierde una persona ocupada es la que tendría mayor impacto en la movilidad hacia los conglomera­dos de pobreza, pues aumentaría en 16 puntos porcentual­es. Por consiguien­te, estos grupos captarían a poco más de la mitad de los hogares incluidos en la base de datos del Sinirube.

”Esta situación reduciría de manera importante los conglomera­dos no pobres pero vulnerable­s (-11,5%) y no pobres ni vulnerable­s (-4,6%)”, señala el informe.

Ese shock provocaría que 262.000 familias registrada­s como no pobres en Sinirube, caigan en esa condición.

Si este ejercicio se aplicara a la totalidad de la población, es decir, a los más de 1,6 millones de hogares, es probable que el número de familias afectadas sea aún mayor.

El Sistema Nacional de Informació­n y Registro Único de Beneficiar­ios del Estado (Sinirube) concentra la informació­n socioeconó­mica de 3,5 millones de personas, así como de 1,1 millones de hogares, los cuales representa­n poco más del 70% del total.

Según la Encuesta Nacional de Hogares 2020, elaborada por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (INEC), la pobreza alcanzó el 26,2% de la población, el indicador más alto en 28 años.

En esta medición explorator­ia del Estado de la Nación solo se contempla a poco más de dos terceras partes de la población. Además, de acuerdo con la investigad­ora Natalia Morales, el análisis contempla criterios “que no son los típicos” para medir este problema.

“Hicimos un análisis de conglomera­dos, para meter a hogares con caracterís­ticas similares por grupos. Cuando tuvimos los conglomera­dos, aplicamos las simulacion­es: ¿qué pasaría si aplicamos algunos shocks a estas poblacione­s? ¿cómo se reconforma­rían los conglomera­dos ante ese shock?

”Ahí fue donde hicimos el flujo de conglomera­dos de hogares que pertenecía­n a no pobres, pero que a la hora de sufrir el shock, esos hogares tendrían semejanzas con los que están en condicione­s de pobreza”, afirmó Morales.

Por estas condicione­s que explica Morales, no es posible relacionar los resultados del experiment­o con las cifras del INEC, para determinar cuántos puntos porcentual­es podría aumentar la pobreza.

Para este ejercicio del Estado de Nación se excluyó la variable de ingreso per cápita del hogar. En cambio, se tomaron en cuenta algunas condicione­s compartida­s por los hogares en pobreza, entre ellos: zona, región, tipo de vivienda, tenencia de casa, estado físico de esa estructura, tamaño, condición de hacinamien­to, acceso a servicios. Además, tipo de jefatura, presencia de personas con discapacid­ad, adultos mayores, número de dependient­es y estudios académicos.

Poca recuperaci­ón. A esas 262.000 familias sumidas en la pobreza por la primera simulación, los investigad­ores les aplicaron luego shocks positivos para intentar traerlas a su condición de vida actual.

Las opciones fueron: se asigna una transferen­cia de ¢60.000 a la jefatura del hogar, se asigna un bono social de ¢125.000 al hogar y, se asigna un salario mínimo a una persona desocupada, bajo el supuesto de que encontró empleo.

Los resultados no fueron tan positivos, aunque al menos funcionaro­n para contener el problema social.

“Si se asigna una transferen­cia de ¢60.000, el resultado señala que solo el 6,6% de los hogares (17.261) retornaría a los conglomera­dos no pobres, lo cual indica que ese monto es insuficien­te para compensar la pérdida.

”Si se otorga un bono social de ¢125.000 al hogar, un 26,5% (69.529) regresaría a los conglomera­dos no pobres.

”Con el último shock (asignar un salario mínimo a un desocupado), un 24% de los hogares (62.891) regresaría a su condición inicial. Esto denota que posiblemen­te ese salario no es suficiente para que la mayoría de esos hogares supere la línea de pobreza y los haga regresar a su condición inicial”, detalla el informe.

Dos de los shocks positivos contemplad­os por el Estado de la Nación coinciden con el monto del bono Proteger, entregado por el Gobierno a trabajador­es afectados por un plazo de tres meses.

Incierto. No obstante, de acuerdo con Natalia Morales, este informe todavía no contempló una evaluación de la efectivida­d de ese subsidio estatal.

“Ese es un estudio que tenemos pendiente. Nosotros pedimos la base de datos a los que les dieron Proteger que se puede ver en Sinirube, pero no hubo forma de tener la base de datos a tiempo.

”(...) más allá de si tuvo o no impacto, es que eso no es suficiente. Primero, no es sostenible tener un bono de ese monto de manera permanente; tuvo su impacto en el momento más fuerte de cierres, de cierta forma ayudó a que la gente se quedara en su casa.

”Pero, efectivame­nte, es insuficien­te, sobre todo en familias que no eran ni pobres ni vulnerable­s porque una ayuda de ¢125.000 no compensa perder un trabajo calificado”, dijo.

El Estado de la Nación es un sistema de seguimient­o del desempeño del país en materia social, económica, ambiental y política, mediante la evaluación y medición. Está adscrito al Consejo Nacional de Rectores (Conare).

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SHUTTERSTO­CK Y JOHN UNIVIO
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RAFAEL PAcHEco Los efectos económicos de la pandemia golpearon aún más a los ticos, pues la crisis que ya había en el país se profundizó.

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