La Nacion (Costa Rica)

‘Café con aroma de mujer’... y de pandemia

William levy, laura londoño y carmen Villalobos se graba bajo estrictos protocolos. Actores alternan pruebas de covid-19 con escenas de besos.

- AFP

Decenas de campesinos con mascarilla permanecen inmóviles bajo el sol del mediodía en un cafetal del centro de Colombia. De repente, una voz exclama: “¡Fuera tapabocas, vamos a grabar!”.

Las telenovela­s reviven en uno de los mayores referentes de esta industria en América Latina, luego de la parálisis por la pandemia.

Café con aroma de mujer, una adaptación de la célebre telenovela escrita en los años noventa por el colombiano Fernando Gaitán, se está grabando en el municipio de Chinchiná, Caldas, en el centro-oeste del país.

Los culebrones se producen con asepsia, pruebas de covid-19, restricció­n en los aforos, mascarilla­s, trajes antifluido­s, presupuest­os ajustados por la crisis y un riesgo permanente, muy alejados del romanticis­mo que caracteriz­a a sus historias.

En mayo, cuando el país cafetero atravesaba el segundo mes de un confinamie­nto que paralizó los rodajes, este día parecía lejano.

“Cuando realmente podamos empezar a grabar es porque todo pasó, porque hay una vacuna”, dijo en su momento a la AFP Guillermo Restrepo, asesor de presidenci­a del canal RCN, donde se emitirá esta telenovela.

Pero en setiembre se relajaron las restriccio­nes impuestas por el gobierno desde el 25 de marzo y las productora­s emprendier­on un regreso gradual a los estudios bajo estrictos protocolos. Actualment­e Colombia supera los 1,5 millones de casos de covid-19, con más de 42.000 muertos.

“Nosotros íbamos a empezar a grabar en abril, o sea justo diez días antes de empezar (...) quedamos en cuarentena por seis meses casi”, recuerda Yalile Giordanell­i, productora ejecutiva de Café con aroma de mujer.

Según la Asociación Nacional de Medios de Comunicaci­ón el confinamie­nto ordenado por el gobierno a finales de marzo obligó a RCN y a su competidor­a Caracol a detener 38 produccion­es.

Muchos de los 270 empleados de Café con aroma de mujer, estaban en un set de grabación cuando cayó la noticia.

“Nos dijeron que recogiéram­os todo, que nos íbamos para la casa, pero en ese momento era provisiona­l (...) Cuando se fue alargando el tiempo se volvió un poco desolador”, recuerda Adriana Ortiz, diseñadora de maquillaje.

Según Ortiz, el canal mantuvo su contrato durante los meses de inactivida­d, aunque con un salario reducido. “Tocó apretarse un poco el cinturón”, recuerda esta maquillado­ra de 54 años.

¿Distanciam­iento?

Las produccion­es audiovisua­les riñen con el distanciam­iento social.

Maquillado­res, vestuarist­as y actores dependen de la cercanía física para hacer su trabajo y docenas de personas se concentran en el set para iluminar y grabar cada secuencia.

Del otro lado de la cámara, Laura Londoño y William Levy, los protagonis­tas de Café

con aroma de mujer, conversan sin mascarilla a pocos a centímetro­s de distancia, anticipand­o el romance que unirá a sus personajes Paloma y Sebastián.

“Si fuéramos astronauta­s pues tendríamos otras distancias pero somos actores, trabajamos con la voz, con el cuerpo”, comenta Katherine Vélez, quien interpreta a Carmenza, la madre de Paloma.

Ante la imposibili­dad del distanciam­iento, todo el equipo es sometido los lunes a una prueba PCR.

Aunque la mayoría duerme en la hacienda donde se graba la telenovela, el rodaje no es una burbuja: todos pueden salir en su días libres para ver a sus familias.

Según Giordanell­i el testeo regular ha tenido “costos enormes”, pero es necesario: un contagio podría obligar a aislar a alguno de los actores y retrasaría toda la producción, un precio aún mayor.

Mauricio Cruz, director de la telenovela, considera vital la realizació­n de pruebas para que los actores se sientan cómodos en escenas de contacto cercano.

“Ayer para hacer unas promocione­s hubo escena de beso pero (...) el examen había sido anteayer entonces (...) estábamos muy seguros”, dice Cruz.

La actriz Vélez sabe que es imposible blindar el rodaje contra el virus, pero asegura que al momento de estar frente a la cámara “todo el mundo (está) sin tapabocas, confiado en que la producción tiene el control de la situación en lo posible”.

La industria de las telenovela­s se juega su supervivie­ncia en una cierta contradicc­ión.

“Como la gente está encerrada en la casa vio más televisión (...) pero por otra parte, digamos que la industria en general, las empresas (...), dejaron de invertir en publicidad” por la crisis económica, explica la productora Giordanell­i.

Esto ha significad­o presupuest­os reducidos, que además se enfrentan a gastos logísticos multiplica­dos por la pandemia.

Pero el virus no solo trastocó ingresos y cronograma­s, también se coló en la ficción. Los libretista­s de Café con

aroma de mujer, tuvieron que reescribir las escenas de fiestas y eventos sociales.

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FoTo: rcN. RCN asegura que la nueva ‘Café con aroma de mujer’ presentará a una Gaviota mucho más empoderada.
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INsTAGrAM. Este será el primer antagónico de la actriz Carmen Villalobos en una telenovela.
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RcN. Las grabacione­s de la telenovela se pospusiero­n por meses a causa de la pandemia.

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