Regreso de teletrabajadores a la oficina reta a empresas
Medidas para garantizar la salud resultan clave
“La mayoría de las tareas son virtualizables. Que la empresa no quiera, sepa o pueda adaptar, es otra cosa”, dice Ricardo Solís.
“Ahora tengo más tiempo, flexibilidad y comodidad. Además, puedo hacer varias cosas al mismo tiempo”, asegura Paulina Cerdas.
“Yo llevo más de un año y cuatro meses teletrabajando y todo ha ido bastante bien hasta el momento”, relata Esteban Cubillo.
“No gasto en pases de bus o en viajes de Uber y puedo andar con ropa cómoda para estar en la casa”, manifiesta Gabriela Villalobos.
Cada uno de estos trabajadores costarricenses concuerdan con algo: volver al trabajo presencial no es la opción más atractiva para ellos.
Estos empleados han disfrutado de los beneficios que les ha traído el teletrabajo y se cuestionan la necesidad de volver a sus oficinas en un futuro próximo.
La pandemia de covid-19 obligó a las empresas a enviar a muchos de sus funcionarios a la casa para que siguieran realizando sus labores.
Sin embargo, transcurridos 10 meses y, a pesar de las medidas de flexibilidad concedidas por el Gobierno, retomar el trabajo presencial representa un gran reto.
Reto empresarial. Especialistas consultados por La Nación argumentan que las compañías deberán cumplir varias medidas de seguridad sanitaria y flexibilidad laboral para recibir de nuevo a sus funcionarios.
De acuerdo con la empresa consultora Manpower, dedicada a brindar soluciones laborales, los centros de trabajo deberán ajustarse a la “nueva normalidad” que trajo la emergencia sanitaria.
¿Por qué movilizarse a otro lugar si se puede trabajar exactamente igual desde el hogar? ¿Qué garantiza que se vaya a realizar un mejor trabajo en otro sitio?
Manpower consultó a más de 8.000 personas en ocho países sobre cómo esperan que sea el mercado laboral en el futuro.
Después de la salud, lo que más le preocupa a los consultados es regresar a una forma antigua de trabajar, en la que perderían la flexibilidad que han ganado.
Asimismo, 8 de cada 10 quieren un mejor balance entre la familia y el trabajo. Añadido a eso, un 43% cree que este periodo marcó el final de los horarios habituales con jornadas de ocho horas.
Por otro lado, la mayoría dice que prefiere negociar con sus empleadores para ir de dos a tres días a la semana al lugar de trabajo y no de manera diaria.
El sondeo también arrojó que los millenials son quienes están menos dispuestos a perder la flexibilidad que han ganado con el teletrabajo.
Muchos prefieren evitar el traslado diario y quieren estar seguros de que, en caso de tener que volver, los trabajadores enfermos se quedarán en casa.
Nuevo concepto. Natalia Severiche Calderón, líder de Manpower en Costa Rica, dijo que esta crisis debería ser un catalizador para un nuevo futuro del trabajo; más flexible, más diverso y más orientado al bienestar.
“El covid-19 nos demostró que debemos buscar una mayor integración de vida laboral y vida personal. No somos una persona en el trabajo y otra persona por fuera; somos la misma”, aseguró.
La especialista en gerencia de proyectos afirma que ahora deberá haber mucha más transparencia y confianza entre empleados y jefes.
Indica que se necesitarán patronos más comunicativos y empáticos, especialmente si se desea continuar con la modalidad de teletrabajo.
Según el sondeo, aquellos que confían en sus empleadores tienen el doble de probabilidades de sentirse positivos al regresar al lugar de trabajo que aquellos que no lo hacen (44% frente a 23%).
Además, uno de cada tres trabajadores no confía en que su empleador tome la decisión correcta sobre su salud.
Es por esto que Severiche enfatiza en que los jefes deben escuchar con mayor atención a sus empleados para llegar a acuerdos beneficiosos para ambas partes.
“El impacto de la covid-19 ha sido diferente para todas las empresas. Hay que empezar a trabajar desde esa individualidad, a fin de tomar las decisiones adecuadas”, agregó.